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sábado, 29 de diciembre de 2007

Mutabal Betinjan o Baba Ganuj. Puré de berenjenas o "vicioso y coqueto"

Este plato forma parte del grupo de los purés y se considera como un plato estrictamente de meeza (estimulante o entrante). Así pues, se ofrece tanto a la hora del almuerzo como a la hora de cenar, y casi nunca a la hora del desayuno. Está muy difundido en el mundo árabe y últimamente, tal como sucede con el falafel y el hommos, está rompiendo fronteras a nivel mundial. Este puré es conocido en todo el mundo con el nombre de muttabal betinjan. No obstante, en Siria y Palestina la gente lo conoce por el justo y adecuado nombre de baba ganuj (coqueto y vicioso), sin duda debido a su textura, muy ligera y bailarina, y por la insaciabilidad que causa entre los comensales.
Precisamente en estos dos últimos países, numerosas madres creían el poder que posee este plato para contagiar su melosidad. A menudo lo administraban a sus hijas creyendo que éstas adquiriría las mismas características de baba ganuj, esto es, que se convertirían en mimosas y viciosas, dos “virtudes” que revalorizan a la mujer árabe casadera y que enfervorizan al hombre árabe.
Salah Jamal cuenta una anécdota que ocurrió en su entorno familiar. Su tía, la esposa de su tío paterno, muy creyente y a la vez muy ingenua, transmitió su ilustración y su inquebrantable fe religiosa en su única hija. Por poner un ejemplo, le prohibió, entre otra tantas cosas, comer este puré, con la esperanza de que creciera serena, equilibrada y nada mimosa. Efectivamente, cuando la niña tenía quince años, aparentaba treinta, era tan serena como arisca, nunca abría la boca y rechazaba a cualquier chico que intentara acercarse a ella con palabras dulces. Su tía falleció y su tío volvió a casarse con una mujer originaria de Siria. Ésta de, ligeras convicciones religiosas y gran entusiasta de las supersticiones populares, creía ciegamente en el poder misterioso y casadero en el baba ganuj. Así pues, no dudó en atiborrar a sus seis hijas con este puré. Pronto se vio que las niñas iban creciendo con un evidente y exagerado grado de coquetería, que despertaba la lujuria en cualquier alma. Todas ellas se casaron antes de llegar a los quince años de edad. La alegría de la madre duró poco. A principios de los ochenta, en el mundo árabemusulmán se produjo una fuerte oleada de reislamización, que dejó en la cuneta a esas seis coquetas e irredentes mujeres; “lógicamente”, fueron divorciadas una tras otras. Y, por cierto, la hermanastra tampoco se casó, ni siquiera en esa época, sin duda la más propicia para las mujeres conservadoras. Se supone que se le pasó la edad. De ahí proviene, el comentario de las mujeres de su amplio círculo familiar “del baba ganuj, ni mucho ni poco” [Salah Jamal, Aroma árabe. Fotografías: portal google].

domingo, 23 de diciembre de 2007

El Castellar de Sierra

En la Crónica de al-Ûdrí (S.XI), en el itinerario de Chinchilla a Cartagena, se cita Tubarra. En esa época parece ser que tienen origen algunas aldeas o caseríos como Aljubé, Alboraj, Abenuj, etc., de clara toponimia árabe. Tobarra fue sede de un valeroso jefe local, Yagub Ibn Jalid, Al-Tubarri, el de Tobarra. Durante el mandato de éste se originó asimismo Sierra (سيرّا) .
Sierra es una pequeña Pedanía de la provincia de Albacete situada a 4 Km. de Tobarra y 8 Km. de Hellín. Sin duda, lo más destacable de esta población es su castillo “El Castellar”, enclave hispanomusulmán situado a 714 m de altitud en una sierra de difícil acceso con el mismo nombre.

El Castellar muestra los restos de una fortaleza medieval, en lo alto de una atalaya, donde aún se conserva la torre principal, aljibes para almacenamiento de agua y algunos paños de murallas. Esta es una fortaleza que constituye uno de los mejores conjuntos representantes del pasado medieval de la provincia, desde el cual se divisan preciosos paisajes, entre ellos el importante parque arqueológico del Tolmo de Minateda.

En el año 1268, Alfonso X el Sabio lo cedió a un noble musulmán con el fin de favorecer la integración de la nobleza islámica en el proceso repoblador, pero este intento fracasó al ser vendido al concejo de Alcaraz en 1268 por el hijo del noble musulmán, Abú Abd Allah. Aquel contrato, firmado en Jerez de la Frontera, marcó el principio del fin del Castellar de Sierra. Este fuerte-castillo data del s. XIII y aún siendo su estado ruinoso se conservan bastantes estructuras en pie.
Se encuentra bajo la protección de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1.949 y ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
La torre del Castellar de Sierra, en Tobarra, es uno de los más interesantes vestigios islámicos de la provincia. Se levanta solitaria en un cerro, entre Sierra y Cordovilla, pero es sólo la parte visible de lo que fue una pequeña fortaleza, como muestran los restos de otras construcciones. Hay testimonios de que al menos otra torre aguantó en pie en este mismo recinto hasta finales del siglo XIX.

Sierra, su alquería y su torre, tuvieron un cierto protagonismo en tiempos medievales, tanto por su carácter defensivo en las luchas fronterizas, como luego, cuando formó señorío independiente, entre Tobarra y Hellín. Hoy, el lugar está completamente abandonado; la torre tiene evidentes muestras de deterioro, tanto en su base como en las agrietadas paredes; aún así, el tapial con el que se hizo (la tabiya árabe) ha aguantado con admirable firmeza siglos de erosión. Este castillo o fortaleza constituye uno de los conjuntos históricos más importantes del pasado islámico de la provincia, cuyo valor refrendan las estructuras monumentales que aún quedan en pie.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La unión amorosa

"Yo, que he gustado los más diversos placeres y he alcanzado las más variadas fortunas, digo que ni el favor del sultán, ni las ventajas del dinero, ni el ser algo tras no ser nada, ni el retorno después del temor y de la falta de todo refugio tienen sobre el alma la misma influencia que la unión amorosa, sobre todo si la han precedido largos desabrimientos y ásperos desdenes que han encendido la pasión, alimentado la llama del deseo y atizado la hoguera de la esperanza. Ni el esponjarse de las plantas después del riego de la lluvia; ni el brillo de las flores luego del paso de las nubes de agua en los días de primavera; ni el murmullo de los arroyos que serpentean entre los arriates de flores; ni la belleza de los blancos alcázares orillados por los jardines verdes, causan placer mayor que el que siente el amante en la unión amorosa, cuando te agradan sus cualidades, y te gustan sus prendas, y tus partes han sido correspondidas en hermosura. Las lenguas más elocuentes son incapaces de pintarlo; la destreza de los retóricos se queda corta en ponderarlo; ante él se enajenan las inteligencias y se engolfa el entendimiento..."

Ibn Hazm, "El Collar de la Paloma", trad. cast. de E. García Gómez, Madrid 1952

martes, 18 de diciembre de 2007

Oriente Occidente

“Hay también una cuestión de honradez intelectual al considerar la historia global, que es importante tanto para una mayor comprensión del pasado de la humanidad (lo que no es poca cosa) como para superar el persistente y falso sentido de amplia superioridad de Occidente, que contribuye al enfrentamiento identitario de manera totalmente gratuita. Por ejemplo, así como recientemente ha habido cierta discusión –con razón- acerca de la necesidad de que las personas de origen inmigrante que se encuentran en Europa o en los Estados Unidos aprendan más acerca de la civilización occidental, muy poco se ha reconocido la importancia de que los “viejos británicos”, los “viejos alemanes”, los “viejos estadounidenses”, entre otros, aprendan más sobre la historia intelectual de nuestro mundo.
A lo largo de la historia no sólo ha habido logros extraordinarios en distintas partes del mundo en campos diversos –desde la ciencia, la matemática y la ingeniería hasta la filosofía y la literatura-, sino que las bases de muchas de las características de lo que ahora se denomina “civilización occidental” y “ciencia occidental” estuvieron sumamente influidas por las contribuciones de los diferentes países … Las teorías culturales o civilizacionales que hacen caso omiso del papel de “otras” sociedades no sólo limitan el horizonte intelectual de los “viejos europeos” o los “viejos estadounidenses” y dejan su educación fragmentada de un modo extraño, sino que también dan a los movimientos antioccidentales una sensación falaz de separación y conflicto que contribuye a dividir a las personas a lo largo de una línea de entrentamiento “Occidente-antioccidente” sumamente artificial.”, en [Amartya Sen, Identidad y violencia. La ilusión del destino, Katz editores, Madrid, 2007, p. 242]

domingo, 16 de diciembre de 2007

El despertar de Irán [reseña]

El despertar de Irán, es un libro narrado en primera persona, donde su autora Shirin Ebadi cuenta todos los acontecimientos políticos que ella ha vivido en Irán.
Conocida en Occidente como “la conciencia de Irán”, Shirin Ebadi (premio Nobel de la Paz en 2003) fue también la primera jueza de Teherán hasta que en 1979 fue obligada a dimitir precisamente por su condición de mujer.
La revolución impulsada por el ayatolá Jomeini implantó la interpretación más reaccionaria y autoritaria de la ley islámica (sharia) y apartó a las mujeres de sus trabajos o estudios para encerrarlas en sus casas. La rebelión de Ebadi contra esta situación fue inmediata y se tradujo en la defensa legal de mujeres y niños en procesos de gran trascendencia política y en un continuo activismo intelectual a través de la intervención en foros internacionales y una intensa labor como escritora.
Convencida de que otro Irán es posible, ha concentrado sus esfuerzos en defender una nueva interpretación de la ley islámica compatible con derechos humanos fundamentales como la democracia y la igualdad de todas las personas sin distinción de género. Por todo ello ha sido degradada, encarcelada y humillada, pero nunca silenciada. Una vida de lucha y compromiso que ahora nos narra en unas memorias que, además de afirmar valores como la insurgencia ante la tiranía (tenga ésta un origen religioso, político o económico), nos ayudan a comprender la realidad de un área del planeta cuya evolución será determinante en nuestro futuro.
“El despertar de Irán es un retrato complejo y conmovedor de una vida guiada por la verdad ” como diría Vaclav Havel, pero atrapada dentro de un sistema político paralizante y pensado para obligar a la sumisión… En un tiempo en el que Washington anuncia con ingenuidad y grandilocuencia un cambio de régimen en Irán, el testimonio de Ebadi nos recuerda fehacientemente que trabajar por la justicia, dentro de un sistema injusto, no siempre permite adoptar una única postura moral que satisfaga a todos”,
The New York Times Book Review.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Hipótesis sobre el nombre de Al-Andalus

Por Al-Andalus se conoce al territorio de la Peninsula Ibérica que desde el año 711 al 1492 estuvo dominado por los musulmanes. Hay tres hipótesis sobre su origen.

La primera es que le pusieran este nombre por un puerto que encontraron los musulmanes al llegar al sur de la Península que se llamaba “Portus Vandalus”. Esta hipótesis queda casi descartada, ya que los vándalos estuvieron poco tiempo en la Península y no ejercieron una gran influencia.

La segunda hipótesis vendría de una transformación de Al-Atlanticus, nombre del océano Atlántico en aquella época. Como en la lengua árabe que ellos utilizaban no existía una palabra concreta para península, la llamaban “isla del Atlántico” (en árabe, "yazira Al-Atlanticus").

En tercer lugar tenemos otra hipótesis elaborada por un alemán. Como sabemos el nombre en alemán para estado o país es “land”; además este señor descubrió que los visigodos se llamaban a sí mismos “ulus”. Estos también habitaron en la Península Ibérica antes que los musulmanes, y podría ser que a esta la llamaran ellos mismos “país de los visigodos” ( Landulus ), nombre que los musulmanes a su llegada adaptarían, y al que añadirían el articulo árabe “Al”, quedando así el nombre de “Al-Andulus”.
Desde el siglo VIII, los ejércitos cristianos emprendieron la llamada Reconquista, avanzando de norte a sur. Aunque los musulmanes fueron perdiendo territorio, el que conservaban seguían llamándolo Al-Andalus. Esto provocará el residuo de este nombre en la actualidad para la comunidad de Andalucía. Ya que, el sur, y concretamente Granada, fue el último territorio que permaneció en manos de los musulmanes hasta el año 1492.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Al-Yabarti. Historiador egipcio (s. XVIII-XIX)


El nombre completo del famoso historiador Abd al-Rahman al-Yabartī, عبد الرحمن الجبرتي es Abd al Rahman Ibn Hassan Ibn Burhān al-Dīn al-Yabartī (1753-1825), cronista egipcio que pasó la mayor parte de su vida en El Cairo. Según algunos historiadores nació en una aldea llamada Tal al-Yabartī, situada al norte del Delta del Nilo y perteneciente a la provincia de Beheira y, según otros, como Abdulkader Saleh, nació en El Cairo. Su padre, Hassan al-Yabartī, uno de los grandes eruditos de la Universidad de al-Azhar, se dedicó a estudiar y más tarde a enseñar matemáticas cuando sus compañeros se dedicaban al derecho islámico, la lengua o la teología. En este ambiente de sabiduría creció Abd al-Rahman asistiendo a las tertulias que se celebraban en su casa entre su padre y otros sabios de la época, incluso veía cómo llegaba a su casa europeos para aprender matemáticas de manos de su padre. Memorizó el Corán como el resto de sus compañeros en el colegio y más tarde empezó sus estudios en al-Azhar, donde asistió a las clases de un sabio procedente de Yemen llamado محمد المرتضي الزبيدي Muhammad al-Murtadi al-Zubaydī. Un día dicho profesor comunica a su alumno que quería escribir la historia del siglo XVIII, por lo que alumno y profesor empezaron a reunir datos sobre personajes conocidos, historias y sucesos ocurridos en este siglo. El año 1790 murió el profesor sin completar el trabajo, por lo que el alumno siguió recogiendo datos y escribiendo todo lo que veía y acontecía a su alrededor. En 1798 llega Napoleón Bonaparte con su ejército a Egipto, al-Yabartī se convierte en el testigo y el cronista que describe todo lo que sucede en Egipto durante la ocupación francesa del mismo. Más tarde y después de la salida de los franceses de Egipto, describe con todo lujo de detalles la situación social, económica y política del país del Nilo. En la época de محمد علي Muhammad Alī, al-Yabartī denunció el abuso de poder cometido por personajes como سليمان أغا السلحدار Sulaymān Agā al-Silihdar y otros, pero no se olvidó de describir la gran transformación del país, así como la construcción de fábricas y grandes barcos. Todos aquellos datos los registró en su libro عجائب الآثار في التراجم والأخبار Agāib al-Athār fī l-Tarāyim wa al-Ajbār. En el año 1821 su hijo fue asesinado por aquellos poderosos como castigo por las denuncias recogidas en su libro. A partir de este momento al-Yabartī deja de escribir y cuatro años más tarde, en 1825, muere el mejor cronista que conoció Egipto en los siglos XVIII y XIX. Imágenes: Al-Yabarti, patio de la mezquita de al-Azhar, Napoleón ante la Esfinge, cuadro pintado por Gérome en 1868.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Calendario solar y lunar

El calendario solar es aquel calendario cuyos días indican la posición de la Tierra en su revolución entorno al Sol. Los calendarios construidos de esta forma tienen un año de 365 días, y cada cuatro años se añade un día por ser año bisiesto.
El primer calendario solar fue el calendario egipcio. El sistema solar fue adoptado posteriormente por el calendario juliano, antecedente del calendario gregoriano. Los meses del calendario solar son: Enero, Febrero, Marzo, Abril, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Septiembre, Octubre, Noviembre y Diciembre.
El calendario musulmán es un calendario lunar. Se basa en ciclos lunares de 30 años (360 lunaciones, de tradición sumeria). Los 30 años del ciclo se dividen en 19 años de 354 días y 11 años de 355 días. Los años de 354 días se llaman años simples y se dividen en seis meses de 30 días y otros seis meses de 29 días. Los años de 355 días se llaman intercalares y se dividen en siete meses de 30 días y otros cinco de 29 días. Años y meses van alternándose. Es decir, cada 33 años musulmanes equivalen a 32 años cristianos. Las intercalaciones se hacen añadiendo un día al final del mes de zul-hiyya en los años 2º, 5º, 7º, 10º, 13º, 16º, 18º, 21º, 24º, 26º y 29º de cada ciclo de 30 años.
El origen de este calendario es la fecha del inicio de la Hégira, que en el calendario gregoriano correspondería al 16 de julio de 622.
El día comienza con la caída del sol, y el mes comienza unos dos días después de la luna nueva, cuando comienza a verse la luna creciente.

Los meses
Como el año lunar musulmán consta de 12 meses, cinco de los cuales son de 29 días y el resto de 30, el resultado es un año de 354 días subdividido en los meses siguientes: Muharram, Safar, Rabi `al-Aw wali, Rabi `ath-Thani, Jumada l-Üla, Jumada l-Akhira, Rajab, Sha `ban, Ramadhan, Sahwwal, Zu l-Qa`da y Zu l-Hijja

jueves, 6 de diciembre de 2007

Hafsa bint al-Hayy al-Rakuniyya [1135-1191]

Hafsa es una de las poetisas arábigo-andaluzas más famosas de al-Andalus, y la más celebre de Granada. Hija de un noble de origen beréber, rico e influyente personaje de esta ciudad, nació hacia el año 1135 (año 530 de la Hégira), según la mayoría de sus biógrafos, en la ciudad de Granada. Allí pasó su infancia y juventud en un contexto de intensa agitación política, que asistió a la caída del Imperio Almorávide y la instauración del Califato Almohade.

Alabada por su cultura e ingenio, al igual que por su belleza, estas cualidades le permitieron ocupar pronto un lugar destacado en la Corte almorávide de Granada, donde desarrolló una intensa actividad literaria y educativa, y alcanzó rápidamente la fama. Célebre también fuera de Granada, fue enviada a Rabat (1158) con un grupo de poetas y nobles granadinos ante el califa Abd al-Mumin, quien le concedió el feudo de Rakuna, cerca de Granada, epónimo del que procede el nombre con el que fue conocida la poetisa, al-Rakuniyya.Hafsa es la poetisa arábigo-andaluza de la que se conserva un mayor volumen de su producción poética gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu Said. En total, han llegado hasta nuestros días diecisiete poemas, de gran calidad literaria. Heredera de la tradición poética árabe, sin embargo, Hafsa, al contrario de lo que es habitual en ésta, es capaz de expresar, con gran belleza, sus sentimientos reales en un lenguaje llano y espontáneo. La mayoría de sus versos son de tipo amoroso, dirigidos a Abu Yafar, aunque hay algunos satíricos y de elogio a Abu Said, alcanzando la cima de su inspiración en aquéllos en los que se lamenta de la prisión y muerte de su amante. Muestra de las mujeres independientes y cultas de la época de esplendor de al-Andalus, Hafsa fue muy respetada, a pesar de sus aparentes libertades, en su época y por los biógrafos posteriores, que la consideraron como una gran poetisa. Ibn al-Jatib dijo de ella: «Granadina, fue única en su tiempo por su belleza, elegancia, cultura literaria y mordacidad».

GARULO, T.: Diwán de las poetisas de al-Andalus . Madrid: Hiperión, 1986.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Domingo Badia

Domingo Badia (Barcelona 1767- Damasco 1818), es conocido como Ali Bay el abbasí, fue uno de los primeros viajeros que recorrió el mundo árabe musulmán durante el siglo XIX, dejando multitud de textos que constituyen un campo de conocimiento para su época.
Domingo Badia fue a la vez etnógrafo, espía, cartógrafo, astrónomo, e incluso dramaturgo.
Fueron más de cinco, los años que estuvo viajando por el norte de áfrica y Oriente medio.
El enorme valor documental de este incansable viajero, radica en que por aquel entonces el mundo oriental era desconocido por occidente.
Se hizo pasar por príncipe para estar más cerca del sultán y así poder realizar su trabajo de espía a la perfección.
El 8 de abril de 1800 presenta al ministro Godoy un plan de viajes a África con objetivos políticos y científicos, es decir, ofreciéndole un proyecto de espionaje en oriente, donde ya manifiesta su intención de hacerse pasar por árabe y poder infiltrarse en su cultura.
El amor que sentía este viajero por el mundo musulmán le hizo realizar la peregrinación a la Meca, cosa que no pudo terminar ya que sufría una enfermedad hepática provocada por sus viajes y el 1 de septiembre de 1818 muere en Siria.
Publicó un diario de viajes bajo el titulo de VIAJES DEL PRINCIPE ALI BEY EL ABBASI EN MARRUECOS, TRIPOLI, CHIPRE, ARABIA, SIRIA Y TURQUIA.”
Centrándonos en Egipto, fue el primer español que viajo a Egipto y describió algunos de los más grandes monumentos de Alejandría y de las inmediaciones del Cairo.
Describió con gran lujo de detalles “LA COLUMNA DE POMPEYO” en Alejandría y también las llamadas “AGUJAS DE CLEOPATRA” que en realidad no tienen nada que ver con cleopatra sino que son grandes obeliscos construidos en la época del faraón ThutmosisIII.
Ali Bey describió acertadamente la forma física de las pirámides e incluso realizó un acercamiento al porque de su construcción, y según él, las pirámides fueron elevadas para servir de última mansión a los soberanos.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Las mujeres en el Islam

Antes de exponer la posición de la mujer en el Islam, es importante entender en qué condiciones se encontraba la mujer antes de la aparición del Islam. En la Arabia pre-islámica, así como en el resto del mundo, su condición era similar a la de los esclavos o subordinados sin derecho alguno. La mujer no poseía ningún derecho sobre la propiedad o la herencia. En asuntos domésticos carecía de derechos sobre sus hijos e incluso sobre sí mismas. De hecho, podía ser puesta a la venta o abandonada por su marido arbitrariamente. No tenía opción al divorcio aún siendo víctima de abuso por parte de su marido. Las mujeres carecían de estatus en la sociedad y no eran respetadas como esposas, madres o hijas. De hecho, a las hijas se las consideraba inútiles y a menudo se les asesinaba al nacer. La educación que recibían era escasa o nula y no disfrutaban de voz ni voto en asuntos religiosos, al considerarse su capacidad limitada en el ámbito intelectual y espiritual.
33:35
"Alá ha preparado perdón y magnífica recompensa para los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes, los devotos y las devotas, los sinceros y las sinceras, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que y las que dan limosna, los que y las que ayunan, los castos y las castas, los que y las que recuerdan mucho a Alá"

Este versículo por sí solo elimina cualquier aspecto de inferioridad que fue impuesto a las mujeres por los hombres y por otras Escrituras. El Corán, además, asegura la igualdad de la mujer a nivel espiritual, intelectual, social y económico. Los derechos de la mujer también han sido salvaguardados por el Profeta al tratar él mismo a las mujeres con honor, amabilidad y dignidad según los mandamientos de Dios.

EL REPUDIO


La palabra árabe que se utiliza en este caso significa despedir. El hombre es libre para despedir a su mujer. No tiene que dar explicación de por qué lo hace; sin embargo, cuando esto se produce, el hombre sabe que se romperan las relaciones entre las dos familias. En caso de divorcio pronunciado por el marido, éste deja marcharse a su mujer con la totalidad de la dote que recibió de él.
Sin embargo, la ley está lejos de fomentar el repudio. Una tradición conocida declara que "el repudio es las más odiosa de las cosas lícitas". Por otra parte, el Corán insiste en las reglas de justicia que hay que observar, en los procedimientos de reconciliación , en caso de rumores o de amenaza de ruptura del vínculo matrimonial.
En caso de divorcio o de viudedad, la mujer debe esperar unos meses antes de casarse de nuevo, para que el marido esté seguro de que no está embarazada y pueda establecerse con seguridad la paternidad del futuro niño. Durante ese plazo y, si está embarazada, hasta el nacimiento y el final de la lactancia, el marido que repudia está obligado a asegurar la manutención de su esposa.

65:6
" ¡alojadlas, según vuestros medios, en vuestra misma vivienda! ¡No les hagaís daño con ánimo de molestarlas! Si están embarazadas, proveedles de lo necesario hasta que den a luz. Si la criatura que crían es vuestra, retribuidles como es debido y llegad a un acuerdo decoroso. Si encontráis alguna dificultad, entonces, tomad un ama a cuenta vuestra."


En caso de repudio, si el marido lamenta su decisión y si su antigua mujer sigue libre, puede volver a tomarla; pero si la repudia por tres veces, no podrá volver a tomarla hasta que ella se haya vuelto a casar con otro hombre y haya vuelto a quedar libre.
En caso de divorcio, la custodia de los hijos se le confía a la madre mientras son pequeños, a no ser que ella sea indigna. Luego los hijos vuelven automáticamente al padre.

EL MATRIMONIO TEMPORAL
Durante la vida del profeta, los árabes conocían un tipo de matrimonio concertado para un período de tiempo limitado. Se llamaba mut’a, que significa “disfrutar”. Los sunnitas, enseñan que este tipo de unión fue admitida al principio, pero que luego la prohibió el profeta. Por eso los sunnitas la prohiben en la actualidad. Al contrario, los chiítas la consideran como una forma lícita de matrimonio y en las obras del ayatolá Jomeini, por los años 1970-1980, se encuentran alusiones a este matrimonio. En cierta ocasión habla de un matrimonio concluido para diez días. El ayatolá vería incluso en este matrimonio temporal una solución a los desórdenes morales que supone la educación mixta en las universidades y en los establecimientos escolares de los últimos años de secundaria. Los sunnitas no comparten estas ideas.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Orhan Pamuk, Estambul. Ciudades y recuerdos

"La esperanza es un estado infantil, la resistencia de la imaginación."

martes, 27 de noviembre de 2007

Una descripción de Egipto

En las próximas líneas podemos leer una descripción bilingüe (árabe y castellano) de Egipto en un relato de viaje realizado por un viajero tortosino en su camino hacia la Meca en 1396[1]. Según el Profesor Míkel de Epalza, el viajero es probablemente el autor del relato escrito en árabe y el texto castellano es traducción del árabe. La fidelidad del castellano al texto es prácticamente total. El traductor del relato se permite a veces algunas paráfrasis del texto árabe, para explicar un poco mejor el sentido de algunas ceremonias de la Peregrinación. El texto original árabe es de inicios del siglo XV, mientras la lengua utilizada en la traducción es castellano clásico de fines del siglo XVI.


[1] Véase Míkel de Epalza, Dos textos moriscos bilingües (árabe y castellano) de viajes a oriente (1395 y 1407-1412), Rabat: Hesperis – Tamuba, vol. XX- XXI, 1982-83.







El viajero llega a Egipto, donde cuenta en primer lugar algunas maravillas de la ciudad de Alejandría.

/341v. /
“Después, en el puerto nombrado, enbarquéme en un navîo grande, que era de chrestianos, donde, prosperándonos Dios, al cavo de quinçe dyas surgimos en Alexandría, la qual es una ciudad de hermoso sitio, de calles y plaças espaciosas y, lo que admira mâs de su disposiçión, que está fabricada de la propia manera debajo de tierra como por ençima, por lo que el agua del Nilo penetra todas las casas, que viene a ser el agua de los poços de savor dulce. También es adornada de muchas universidades y templos. Y lo más peregrino que havemos visto es la columna dicha Assouaria[1] y es alta; penetra el ayre subiendo. No se sabe sus significados, ni la causa por la qual se hiço. Diçen que en los tiempos antiguos era habitaçiôn de Philôsophos y es verisîmil que se haya ordenado para la observación del curso de los astros. Y Dios sabe más cierto.”

[1] Margen: los que han estado en esta çiudad de los n/ues/tros diçan que es la columna del Pompeio Magno, de la hechura de la Trajana y Antoniana q/u/e se veen en Roma.




عمد السواري Es la columna de al-Sawari citada anterior mente en Alejandría.


Otra imagen de la columna de al-Sawari en Alejandría.


El autor llega a El Cairo, habla de las Pirámides y de sus obras maravillosas.

/ 342 r. /
“Después anduvimos por tierra a un lugar que está en la orilla del Río Nilo, que se diçe Phauua, donde nos enbarcamos en el Nilo, mirando los puebladados [1] de un lado y otro hasta la Ciudad del Cayro, de donde descubrimos las Piramîdes llevantadas hasta el çielo, como si fueran cymborios, de edificio admirable, compùestas de piedras gravidíssimas, lisas, conforme la vista de ángulos agudos más amplias que las vegas, que si las gente del mundo quisiesen deshaçerlas serîan imposibilitados. De un ángulo de la una destas Pirámides hasta el otro se cuentan tresçientos sessenta seys passos geométricos. Y son en todo ocho, tres grandes y çinco pequeñas; cada una tien una puerta llevantada de tierra, çerca uno estado, por donde se entra en una sala grande del anchor[2] de çinquenta palmos. Açerca dellas hay diferentes pareçeres entre las gentes: algunos dellos quieren que sean sepulturas de Aad[3] y de sus hijos. Y se halla en una destas sepulturas estatuas espantables de piedra, hechas en figura de hombre.”

[1] (sic).
[2] Otra letra, al margen: cerca.
[3] Margen: Aad fue rey de Arabia, muy poderoso, del q/u/e descienden los Adcos que pueblaron Egypto.


Una imagen de las Pirámides del año 1880.



Habla el autor del cocodrilo, que vio en el Río Nilo.
/342 v. /
“También havemos visto en el Nilo el crocodillo, que es un dragón grandíssimo; tien dos braços y dos ojos semejantes a los del hombre; en espinaço se puede comparar con el de la tortuga. Nos certificô uno de los navegantes que este animal puede rapir con sus braços con mucha veloçidad a un hombre y lo mete dentro el agua. Después lo seca y come.”

Cocodrilo en el Nilo



También habla de la Jirafa y el Elefante que vio en El Cairo.

“Y la mâs peregrina cosa que havemos visto en el Cayro, ha sido la Girapha, que es una bestia grañidísima. Sus pies son largos /343 r. / dos cûbitos, pero las manos mucho mâs[1]. También el Elefante es bestia cubierta de pelos negros. Lleva a cuestas diez personas con sus atambores y ato[2]. Sus orejas grandes como adargas. Su nariz se extiende hasta llegar al suelo; con ésta beve y lleva la comida a la boca. Tien dos colmillos que salen de la boca, blancos, gruesos como el muçlo de un hombre. Sus pies y manos son redondos. No dobla ni tuerçe el pescueço. Tampoco los pies ni las rodillas. Y es de las criaturas maravillosas que hiço Dios ensalçado.”

Habla el autor de la creciente del Nilo y en qué tiempo sucede.

“En el tiempo que enbarcamos por el Nilo començava la crescente que es en el mas de Julio, la qual se acava por Agosto, quando se haçe mar, ocupando y cubriendo la tierra de un monte a otro, estando los lugares y pueblaciones en partes altas. Después se buelve rîo como estava antes. Entonces los lavradores quitan la greda, massândola con los pies de las bestias, y a veces la suelan arar en algunas partes. En Egypto se conosce la cresciente con la medida que es una columna señalada y partida /343 v. /en veynte y quatro cûbitos, y cada cûbito se reparte en veynte dedos. Y cada dya se pregona la crescente, la qual suele llegar a diez y nueve cûbitos.”

El autor habla de los templos, universidades y otros edificios notables en la Ciudad de El Cairo.

“En quanto a la Ciudad del Cayro, es grande y pueblada, donde son las universidades y hospitales grandiosos y en particular la universidad de real, que hiço el sultân Hasan, debajo del Castillo, que es un palaçio fabricado de /344.r / piedra lisa, que parece torre campanas, tanto penetra el ayre. En alto semejante a ésta es la universidad de Borcuco, Bey al presente, que es la luna de Xauual año 798 de la Hégira[3]. Entre los dos alcâçares y el mercado viven los nobres y gente de consideración, donde se passa descansadam/en/te. Entre sus templo los mâs çelebrados, es el templo grandioso y de mucho concurso, donde estâ enterrada la cabeça de Alhosino, hijo de Aly[4] hijo de Abu Talebo (Dios sea aplacado con ellos), dentro uno atabut hecho de plata, a cuya devoçión se subriô[5] uno alcâçar, que la descripçiôn no alcanza el declararlo. También en la Alcarapha estâ la sepultura del reverendo Axxaphio, cubierto de un cimborio grandiss/im/o. Fuimos a visitarlo y bendeçirnos con él. Demás desto, en la dicha Alcarapha se visita la sepultura de la señora Nephissa (Dios nos aproveche por su intercesión)[6], don estâ fabricado el templo con gran sumptuosidad. Visitamos su estación y nos bendecimos con él. Refieren que en la Alcarapha estâ la sepultura del propheta Sâleh y la sepultura de Rubén, hijo del patriarcha Jacob, y la sepultura de Asia, mujer de Pharaón[7]. Cerquita della[8] está un lugarejo nombrado Algira, donde se visita la sepultura de Caabolahbar[9] (Dios sea aplacado con él).”


[1] Margen: los árabes llaman los pies delanteros de los cuadrúpedos las manos. Otra letra: también los españoles.
[2] Lectura poco clara: la palabra árabe se traduce por “trompas” en el f249r.
[3] Otro mano, al margen: 1. 1395 Aerae Christianae.
[4] Margen: Aly fue primo de Mahoma, casado con su hija Phatima.
[5] (sic). El término árabe es “se construyó”.
[6] Margen: está señora la tiene por s/an/ta; he oydo decir a personas que está su templo en medio del burdel; quien desea leer se vida, la hallará escrita de aquel famoso Pedro Antino.
[7] Cfr. Capítulo XII del Corán (azora “José”).
[8] Margen: quiere decir Alcarapha. “cementerios”.
[9]Margen: este Caabolahbar es gran doctor entre ellos, fue judío y después se permutó a la secta mahometana.



La Mezquita del Sultán Hasan, en el relato la nombra como la Universidad de Real.



La Mezquita de Husain en El Cairo.


Sale el autor de El Cairo para la Meca.
“Del Cayro a veynte y uno de la luna de Xauual[1]. Hicimos una jornada pequeña hasta Alberca, la qual se llama Alberca de los Peregrinos, donde los atraçados alcançan a los delanteros. Y venden y compran. En la noche de los veynte y dos del dicho mes marcha la primera cualgada, y por la mañana marchan las cargas, porque la Câfila[2] de Egipto se reparte continuando en este modo, que de donde marchan las cavalgadas para adelante, las cargas llegan a parar en aquel puesto. Desde lugar hasta La Meca, Dios la enoblezca, es el camino de un mes, deteniéndose poco espaçio en la calidad y en las fuentes. Los Egypcios observan orden en sus camellos y llevan copia de bastimiento y criados. Caminan de la propia manera de noche como dya. Andan todos los proves en compañîa de las cargas, por el bien que reçiben conforme la constitución del soldân, donde les dan biscocho y llevan odres de agua con un pavillón que los assombra[3]. Si no que los ministros reales no guardan orden justamente. Nos devemos guardar dellos y de los cameleros de alquiler. Finalm/en/te, a veynte y dos del dicho mes[4], marchamos de Alberca por el desierto, y los montes de arena nos acompañavan del uno al otro. La guya caminava delante la cavalgada. Conoce las jornadas y el camino, sin adelantarse un punto ni atrasarse, haviendo heredado tal profesión de sus antepasados. Passamos por un lugar donde havya hemicyclos[5] fabricados de piedra. Díxome uno de los que tienen notiçiade las cosas, hombre que diço esta camino veynte veçes, que son adoratorios de Moisés. Después llegamos a un bevidero llamado Agrud, que es agua salobre amarga dentro aljibes llenados de un poço, por orden del soldán. Desta propia manera en este camino son la mayor parte de los bevideros. Después marchamos haçia Guadilquebab, que es el valle arenoso, y de allî a los desiertos de los hijos de Israel, que es tierra llana, donde se crîan palmares y es bevidero de agua du/l/çe, suave al gusto.”

[1] Agosto 1395.
[2] Para conocer la estructura de la Cáfila o caravana de peregrinos egipcios, además de los autores que hicieron el viaje, véase J. Jomier, Le Mahmal et la caravana égyptienne des pélerins de la Mecque, Cairo 1953.
[3] En castellano moderno “hace sombra”.
[4] El mes de agosto, de aquel año.
[5] Margen: de la propia manera son como los puestos donde se asientan las estatuas en las paredes.


La caravana de al-Mahmal en su camino hacia la Meca.

lunes, 26 de noviembre de 2007

La mecana, la iraquí y la medinense.

Harun ar-Rashid se hallaba a la sazón bebiendo, rodeado de sus jawari (esclavas) e invitados, cuando al-Fadl Ibn Arabi pidió permiso para entrar. El califa le ordenó que entrara y le preguntó, apenas se hubo sentado: "¿Qué motivo has tenido para venir a visitarnos a esta hora?" "¡La bendición de Dios sea con Vos, Majestad! Me ha sucedido algo de lo que no puedo callarme hasta mañana!, respondió el hombre. "¡Cuenta!", dijo Harun ar-Rashid. Entonces dijo el hombre: "¡Majestad! Tengo en mi casa tres jawari: una mecana, una medinense y una iraquí. La medinense cogió mi miembro con la mano y en cuestión de segundos tuve una erección. La mecana intervino inmediatamente saltando y poniéndose encima. La medinense la increpó entonces, roja de ira: "¿Cómo te atreves a hacer tal cosa? ¿Has olvidado quizás que el profeta Mahoma -sean mil bendiciones de Alá sobre él- dijo: Aquel que despierte a la vida una tierra desierta, la poseerá?" La mecana le respondió: "¿Y has olvidado tú que el profeta Mahoma -sean mil bendiciones de Alá sobre él- dijo también: En la caza, la pieza cobrada pertenece a quien la cace, y no a quien la rastree?" A lo cual la iraquí, que hasta entonces había presenciado en silencio la escena, respondió a ambas cogiendo mi miembro, mientras decía: "¡Me pertenecerá a mí hasta que las dos os hayáis puesto de acuerdo!"

Al-Isfahanii, "Kitab al-aghanii" vol.16, p.374

sábado, 24 de noviembre de 2007

Ibn Jaldún

Al cumplirse los seiscientos años de la muerte del mayor referente de las ciencias sociales del siglo XIV de Oriente y de Occidente, la conmemoración de su memoria permite el resarcimiento de una deuda histórica heredada y ratificada por la academia occidental. Ibn Jaldún (1332-1406) es, sin lugar a dudas, la figura de mayor trascendencia en el mundo musulmán de la época medieval europea. Se ha tratado no solamente de rescatarlo, sino de considerarlo como el fundador de la sociología y predecesor de formulaciones luego asentadas en los siglos posteriores como "fuerzas sociales", "el hecho social" y "las leyes sociales". Su obra enfatiza tanto el conflicto social como la solidaridad, lo que lo inserta tanto en la perspectiva funcionalista como en la del conflicto. En efecto, Ibn Jaldún es tal vez uno de los primeros en analizar la historia desde un punto de vista sociológico y, por eso, una de sus originalidades radicaría en la elaboración de un tipo de inteligibilidad experimental propia de los historiadores y sociólogos contemporáneos. Estos elementos convierten a Ibn Jaldún en un autor central no solamente del pensamiento sociológico, sino también económico y filosófico de todas las épocas, a la altura de Nicolás de Maquiavelo (con el que su vida tiene un gran paralelismo en la combinación entre la práctica política y la reflexión teórica), del barón de Montesquieu (al que se adelanta en los siglos al establecer los condicionamientos ambientales en la actividad y el comportamiento político) o Jeremy Bentham, el padre de la sociología contemporánea (a través del positivismo social y de la vigencia del principio de la utilidad a través de su crítica al derecho natural y sus aplicaciones políticas).

"Al-Muqaddima" La obra más representativa de Ibn Jaldún
Jaldún (Quintaesencia del Conocimiento). En ella puede leerse la fecha de su finalización,1351 y su nombre. El manuscrito se conserva en la Biblioteca Real de El Escorial.
La Muqaddima o “Prolegómenos a la Historia Universal”, la obra más conocida y representativa de Ibn Jaldún, fue redactada a lo largo de unos cuatro años. La Muqaddima conforma una obra enciclopédica donde los temas que se abordan se presentan perfectamente ordenados en una introducción y seis grandes capítulos (abwab) que se articulan en varias secciones.
Con esta obra Ibn Jaldún nos acerca a su propia concepción de la Historia al tratar de la las distintas civilizaciones, las dinastías y los poderes estatales, las ciudades o las aldeas, las artes o las ciencias. Analiza los múltiples fenómenos ideológicos, políticos, económicos o sociológicos que nos podemos encontrar en el complejo entramado de la sociedad humana. El planteamiento de la Muqaddima presenta un hilo conductor riguroso basado en innumerables fuentes.
Un aspecto que caracteriza a la Muqaddima es que aporta una serie de conceptos generales aplicables a cualquier conjunto de hechos históricos con diferentes situaciones espaciales y temporales. El propósito del estudio de las sociedades que realiza Ibn Jaldún es, sobre todo, el del análisis histórico. Este historiador, que además es también filósofo, economista y sociólogo, apoya la historia, los hechos tangibles y distingue entre la narración escueta de los hechos –objeto de la historiografía– y la interpretación filosófica de esos mismos acontecimientos. La obra de Ibn Jaldún ha llegado hasta nuestros días conservada en varios manuscritos, algunos de ellos redactados en vida de nuestro autor.
Es muy significativo que existan de esta obra un importante número de manuscritos conservados. El autor finalizó su estudio en torno a 1378 y, posteriormente, fue realizando nuevas incorporaciones hasta dos años antes de su muerte.
Las ediciones árabes se comenzaron a publicar a partir del siglo XIX. La primera versión en árabe de la Muqaddima se imprimió en Bulaq, cerca de El Cairo en 1857. Esta edición sirvió de base a casi todas las ediciones orientales posteriores. La primera edición europea completa de esta obra se publicó por primera vez en París en 1858.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Una duda resuelta

A las preguntas de algunas muchachas de Medina, que querían saber si los gritos que lanzan muchas mujeres durante el acto sexual son genuinos o sólo fingidos para excitar a los hombres, respondió así Hubaba, una mujer aristócrata de Medina conocida por su apetito venéreo: "¡Jóvenes y atractivas damas! En compañía del califa Otmán, altamente bendito, hice la peregrinación a La Meca. En el camino de regreso, exactamente al pasar por la aldea de Araj, mi marido me miró y yo le miré también a él. En ese instante los dos experimentamos el deseo. Durante el acto sexual yo pegué tales gritos que quinientos camellos se asustaron y emprendieron la fuga. Hasta el día de hoy nadie los ha vuelto a ver".

[Erdmute Heller y Hassouna Mosbahi, "Tras los velos del Islam" págs. 195 y 196. Barcelona, Herder. 1995.]

jueves, 22 de noviembre de 2007

At-Tabari

أبي جعفر محمد بن جرير الطبري

Nace en Amol, Tabaristan [Irán] en el año 224 de la Hégira (838 de la era cristiana) y muere en Bagdad, Iraq, en el año 310 h. (923 d.C.). Aunque su nombre completo es Abi Jafar Muhammad Ibn Jarir At-Tabari, se le conoce por el patronímico At-Tabari (de Tabaristán). Es un importante historiador y tradicionista musulmán, siguió la escuela Shafií (una de las cuatro más importantes dentro del islam sunní), aunque más tarde crearía su propia escuela, que no duró mucho tiempo.

Entre sus obras destacaremos las dos más importantes, su Comentario del Corán y la Historia de los Profetas y los Reyes. Esta es la que le proporciona su fama, recoge la historia desde la Creación hasta el año 302 h. (915 d. C.). Es la primera historia universal escrita por un musulmán. Adopta la forma de anales al llegar a la época musulmana, y estos están ordenados cronológicamente desde el año de la Hégira. Ha sido muy consultada por historiadores posteriores y es de gran valor por la cantidad de información y el detalle que nos ofrece. Sus discípulos continuaron su obra.

La importancia de la obra de At- Tabari reside en la cantidad de materiales que utiliza, no selecciona material, sino que lo registra todo, dando en algunas ocasiones narraciones distintas e incluso contradictorias de los mismos hechos. Esto tiene gran valor, ya que nos deja ver hoy fragmentos de obras perdidas.

Citaremos a continuación un pequeño fragmento de Historia de los Profetas y los Reyes:

Umar preguntó a Salman: “¿Soy rey o califa?”.
Y Salman respondió: “Si has recaudado un
Diham, o más, o menos, por las tierras de los
Musulmanes, y lo has empleado ilícitamente,
Eres un rey, no un califa”. Y Umar lloró.

Musulmanas y modernas. Velo y civilización en Turquía. (Nilüfer Göle)

Nilüfer Göle, es profesora en la Universidad Bogaziçi de Estambul. Durante ocho años, ha sido investigadora en el CADIS (Centre d’Analyse et d’Intervention Sociologique, dirigido por Alain Touraine) y también ha publicado en Turquía Ingenieros e ideología.

Con este libro, la notable autora ha pretendido explicar la evidente oposición que ha existido a lo largo de toda la historia, y que aún persiste, entre el pensamiento occidental, más abierto a la modernidad, y el pensamiento islámico, más tradicional y conservador. Para esta labor ha tomado como referente el velo islámico con el que se cubre la inmensa mayoría de mujeres musulmanas, el cual aparece como el símbolo más espectacular de ese antagonismo entre dos mundos. Nilüfer Göle ofrece en este libro una decisiva contribución a la comprensión de las sociedades musulmanas contemporáneas y los movimientos islamistas.

Además de una introducción y una conclusión, la obra está dividida en tres grandes bloques, el primero se centra en la mujer; el segundo en el kemalismo; y el tercero aborda el tema del velo como símbolo de islamización. Éstos a su vez están constituidos por diferentes apartados mediante los cuales la autora extiende las explicaciones de cada bloque.

La introducción del libro se centra primordialmente en mostrarnos las grandes diferencias que existes entre oriente y occidente, anotando ejemplos para con ello dar testimonio de cómo a lo largo de la historia estas diferencias se han hecho abismales debido a que estas dos culturas, a pesar de influirse mutuamente, recorren caminos separados. También comenta el papel de la mujer en la sociedad musulmana y como en determinados puntos de la geografía oriental, poco a poco, la mujer se está despojando de las tradiciones y está paulatinamente dando pasos hacia la modernización, aunque por el contrario, la otra gran mayoría desprecia los símbolos que representan a la occidentalización.

El primer bloque alude a la situación de la mujer tanto en oriente como en occidente. Explica que el uso del velo viene dado por el hecho de proteger la intimidad (el mahrem) de la mujer, y que debido a la modernización, las mujeres se van desprendiendo poco a poco de las tradiciones y eso conlleva a la apertura de ese mahrem. En el segundo bloque, la autora hace referencia al kemalismo, una ideología basada en el pensamiento de Mustafa Kemal, quien pretendía llevar al mundo islámico hacia la cultura occidental, es decir, lo que para él constituía la civilización. También nos habla del feminismo y de la incorporación de la mujer a la vida social, anteriormente protagonizada principal y únicamente por hombres.
El tercer bloque se centra totalmente en la idea del velo como principal representante de la islamización. Y en que la cuestión del velo ha despertado siempre una cierta polémica.

Para finalizar, es necesario insistir en el gran valor de este libro y de su autora al pretender concienciar a la sociedad de la situación en la que viven actualmente millones de mujeres que, debido a la falta de medios, cultura o a la represión, viven sumidas en las tradiciones y en un constante encierro provocado por la sociedad en que viven.
El libro está escrito con un lenguaje bastante cuidado, pero esto no significa que el lector precise de grandes conocimientos para lograr entender lo que aquí se nos explica, todo lo contrario: la obra es bastante clara y sencilla, y dada la brevedad de ésta, su lectura se hace bastante amena. Es por ello una obra que está dirigida a todo tipo de lectores. Por lo tanto, se podría decir que Nilüfer Göle ha conseguido aunar en este libro los elementos necesarios para hacer de ésta, una obra que podría constituir el punto de partida hacia un cambio en las sociedades más retrógradas, gracias al trasfondo concienciador que posee.

Nilüfer Göle, Musulmanas y modernas. Velo y civilización en Turquía, Madrid, Talasa, 1995, 192 págs

Hind Bint Utba

Hind Bint Utba, fue el tipo de mujer dinámica, influyente y llena de iniciativa, tanto en el plano privado como en la vida pública. Esta mujer desempeñó un papel primordiales la oposición mecana a Mahoma, hasta el punto de que, cuando el profeta conquistó la Meca, su nombre figuraba en la lista de los escasos mecanos para los que le profeta solicitaba la pena de muerte. Éste no le perdonaba su ritual de cantos y bailes en el campo de batalla de Uhud entre los cadáveres de los musulmanes: “Las mujeres, que habían vuelto de la montaña, se mantenían detrás de la tropa tocando el pandero para animar a los soldados. Hind, mujer de Abu Sufiyan, bricaba y bailaba, cantando estos versos:

Somos hijas de la estrella matutina:
Caminamos sobre cojines
Tenemos los cuellos adornados de perlas:
Y los cabellos, perfumados con almizcle.
Os abrazamos, si lucháis:
Adiós al amor.

Uno de los papeles de las mujeres en la Arabia preislámica era incitar a los hombres a luchar hasta el final, a no rendirse, a afrontar la muerte en el campo de batalla.
Hind y su canto de guerra, al contrario, representan una imagen de la feminidad como impulso de la muerte. Además, los historiadores musulmanes describen a Hind como una antropófaga, pues se supone que se comió el hígado de Hamza, el tío del profeta, al que detestaba especialmente.
Ibn Hayyar justifica, por otra parte, los excesos de Hind en el campo de batalla de Uhud y recuerda que la tenía tomada con el tío del profeta porque aquél había matado a su tío en Sheiba y había tomado parte en las intrigas que condujeron a la muerte de su padre, Utba. Su odio al Islam no sólo era conocido, sino reconocido como justo, puesto que estaba diezmando a su clan. Se comprende, pues, que el profeta pidiera su cabeza tras su entrada triunfal en La Meca, en el año 8 de la hégira (630). Como era la mujer de Abu Sufiyan, el jefe de la ciudad, éste abogó por ella ante Mahoma. Cuando le fue acordada la gracia, debía presentarse ante Mahoma con las delegaciones de las mujeres de La Meca, para la bey’a (juramento de fidelidad), tras haber hecho su declaración de fe. El juramento de fidelidad de Hind, que los historiadores han transcrito palabra por palabra, sigue siendo una obra maestra de humor e insolencia política por parte de una mujer forzada a someterse, pero que no renuncia a su derecho a expresarse. Cuando el profeta le pidió que jurase que “no cometerá adulterio.” Hind replicó: “Una mujer libre nunca comete adulterio.” Se supone que el profeta lanzó una mirada divertida a Ómar, “pues conocía las aventuras de Hind y sus relaciones con Ómar antes del islamismo.” La personalidad de Hind ha fascinado de tal forma a los historiadores que le han dedicado páginas enteras.


FÁTIMA MERNISSI
EL HARÉN POLÍTICO, EL PROFETA Y LAS MUJERES

domingo, 18 de noviembre de 2007

La Kaaba

La Kaaba es un edificio de 11 metros de altura de piedra gris, es el principal recinto sagrado del islam, donde sólo se le permite la entrada a los musulmanes. Kaaba, palabra árabe que significa dado, refleja la forma del edificio. Está cubierta por un velo negro de seda y algodón, que durante el tiempo de la peregrinación es reemplazado por uno blanco. En el interior de la Kaaba se encuentra la sagrada piedra negra, que según la tradición fue entregada por el ángel Gabriel. La Kaaba, en la Meca, ya era un lugar sagrado significativo en tiempos preislámicos.
Durante la peregrinación a la Meca, obligatoriamente para todo musulmán, los creyentes han de dar siete vueltas a la Kaaba (tawaf). Una tradición narra que los enemigos de Mahoma habían divulgado el rumor, a su llegada a la Meca, de que los musulmanes estaban débiles a causa de la fiebre. Entonces el profeta pidió a sus seguidores que dieran las tres primeras vueltas a la Kaaba a paso ligero, para demostrar que estaban fuertes. Esta costumbre es hasta hoy una parte esencial de la peregrinación. Al final del peregrinaje el creyente hace otra tawaf de despedida.
El Corán dice:

“ Los hombres están obligados ante Dios a realizar la peregrinación a la Kaaba, siempre que les sea posible” (azora 3, 97)

sábado, 10 de noviembre de 2007

Omeyas, Bizantinos y Mozárabes. En torno a la "prehistoria fabulosa de España" de Ahmad al-Razi [reseña]

El presente libro es una versión ampliada de un Proyecto de Investigación de Doctorado presentado por R. Matesanz Gascón en el Departamento de Historia Medieval de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, dirigido por el profesor E. Gavilán Domínguez.
Este trabajo versa sobre las vicisitudes de la transmisión de los textos antiguos. Presenta una atractiva hipótesis sobre una de las fuentes historiográficas clásicas de la historia de al-Andalus, la conocida como Crónica del moro Rasis.
Para quien no lo sepa, esta crónica romance del s. XIV se conserva en una traducción de una versión portuguesa anterior y, a su vez, la versión portuguesa es una traducción de un original árabe perdido.
Ese original árabe sería obra del gran historiador andalusí Ahmad ar-Razi, que escribió en pleno esplendor del califato omeya en al-Andalus (principios del s. X) una crónica titulada Ajbar muluk al-Andalus (Historia de los reyes de al-Andalus). La obra, tristemente perdida, se encuentra, en parte, en esa versión castellana y existen también fragmentos de ella en otras fuentes árabes posteriores que copiaron o extractaron información de ella.
Dentro de la Crónica del moro Rasis hay una parte de “historia preislámica” de al-Andalus en cuyo estudio se centra R. Matesanz. Esta parte ha sido estudiada por diversos investigadores que han buscado sus fuentes. Fue Sánchez-Albornoz el que la denominó como “la prehistoria fabulosa de España”, alusión que aparece en el mismo título de este trabajo. Sánchez-Albornoz planteó como hipótesis que la fuente de al-Razi fuera una compilación (hoy perdida) de historiadores latinos hecha por mozárabes (cristianos peninsulares que vivían en territorio islámico y que se arabizaron progresivamente). R. Matesanz rebate dicha teoría ya que defiende que para escribir su Historia de los reyes de al-Andalus Ahmad ar-Razi se valió principalmente de la obra del historiador Apiano de Alejandría, que vivió en el siglo II de la era cristiana, Romaikè historía (Historia romana), en especial su libro dedicado a Iberia, escrita en griego. En el último capítulo hace una crítica a C. Sánchez Albornoz que se basa en que los presupuestos ideológicos del gran historiador le impedían afirmar que fue un musulmán quien confeccionó por primera vez una historia de España, por lo que tenía que haber acudido a unas hipotéticas compilaciones mozárabes [ver pp. 166-167].
Para defender su hipótesis, R. Matesanz presenta una serie de concordancias o paralelismos entre las dos obras, tanto textuales como de estructura o criterios generales. A continuación, justifica históricamente cómo Ahmad ar-Razi pudo tener acceso a dicha fuente griega. Para ello nos sitúa en el contexto del siglo X mediterráneo, siglo en el cual el imperio bizantino se interesó por preservar la herencia griega clásica en un momento de renacimiento cultural, bajo la dinastía macedónica a partir del año 867 d.C. Las grandes obras de la antigüedad griega son copiadas en el entorno de la corte imperial (sobre todo bajo el emperador Constantino VII Porfirogéneto (913-959 d.C.) en ejemplares de lujo y en letra minúscula [ver pp. 128-129] y, además, se utilizan para confeccionar grandes colecciones enciclopedicas del saber o historias contemporáneas. Muy probablemente, la Historia romana de Apiano fue “recuperada” y utilizada en este contexto. El paso de la obra de Apiano de un lado al otro del Mediterráneo, lo ubica R. Matesanz a mediados del s. X, en un contexto de acercamiento entre Córdoba y Bizancio por cuestiones geo-políticas e intereses comunes que trajo consigo el intercambio de embajadas. Es en dicho contexto cuando una embajada del ya mencionado Constantino VII Porfirogéneto fue recibida en Córdoba por el califa omeya ´Abd ar-Rahman III, “la cual traía consigo, como presentes para el califa, libros en lengua griega.” [ver pp. 145 y 157]. Pero esta embajada es solo una muestra. Como afirma el autor: “No hay duda, en todo caso, de que durante varias décadas, entre finales del reinado de ´Abd al-Rahman III y el califato de al-Hakam II, los envios de libros griegos a Córdoba fueron una realidad reiterada.” [p. 155]. Para poder acceder mejor a los libros llegados de Bizancio, fue enviado a al-Andalus el monje Nicolás y residió en Córdoba 10 años, hasta su muerte el año 961 d.C. Este monje colaboró con el hebreo Hasday ibn Shaprut, consejero y embajador del califa y dio clases de griego a un grupo de eruditos cortesanos. R. Matesanz considera que, probablemente, tanto Ahmad al-Razi como su hijo, y también historiador, Isa al-Razi fueran alumnos del monje bizantino, ya que convivieron durante varios años en la floreciente corte cordobesa. Esta sería la trayectoria a través de la cual el historiador andalusí Ahmad al-Razi pudo conocer y utilizar la obra histórica griega de Apiano.

Es muy interesante su idea de que con sus Ajbar muluk al-Andalus Ahmad ar-Razi buscaba redactar una historia peninsular global, dirigida a presentar y legitimar la culminación de un proceso histórico, el poder del califato omeya de al-Andalus. En ese sentido es una obra original, “localista”, ya que no parte del género de la crónica universal que se remonta a la creación del mundo. Su contenido, como dice el autor, constituye la primera historia general de la Península Ibérica que merece tal nombre” [p. 19]. En esta línea habría que mencionar “la enciclopedia del saber andalusí”, el Iqd al-Farīd (Collar único) del escritor y cortesano Ibn ´Abd Rahhihi, con cuya obra se dice que al-Andalus logra esa personalidad propia fruto de un desarrollo personal dentro de la cultura árabo-islámica. [ R. Matesanz Gascón, Omeyas, bizantinos y mozárabes. En torno a la “prehistoria fabulosa de España” de Ahmad al-Razi, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2004. Imágenes: portada del libro, C. Claudio Sánchez Albornoz y Jesús bendiciendo a Constantino VII]

jueves, 8 de noviembre de 2007

Flashes del conocimiento volumen 2

Los califas ortodoxos

Se considera este periodo como el incluido entre el 11/632 (fecha de la muerte del ProfetaMahoma) y el 40/660 (fecha de la implantación del califato omeya).
Mahoma no tuvo en cuenta la cuestiónde su sucesión y esto trajo consigo graves problemas, que estuvieron a punto de dar al traste con su obra político-religiosa. Sus dos siguientes sucesores fueron elegidos sin problemas: Abu Bakr y Umar. Los dos eran hombres buenos y honestos, y desarrollaron una sincera acción política, pero ambos fueron meros aplicadores de la ley de Mahoma, sin ampliarla ni interpretarla.
A la muerte de Umar (44/236), la elección de Uthmán plantea ya serios problemas secesionistas, que acabarán en su asesinato y la ascensión de Alí. De este modo se anuncia ya lo que serán las dos oposiciones más importantes en el seno del islam: la sunna frente a la shia (facción o secta), consecuencias religiosas de lo que en origen fue una mera lucha política por el poder entre dirigentes.

1) Abu Bakr as-Siddiq
Abū Bakr `Abd Allāh ibn Abī Quhāfa `Uthmān ibn Ka`b al-Qurayshī, llamado Abū Bakr Al-Siddīq, o simplemente Abū Bakr (en أبو بكر الصديق) fue el sucesor de Mahoma y, por tanto, primer califa del islam, iniciador del periodo conocido históricamente como el de los califa ortodoxos.
El nombre de Abū Bakr es en realidad un apelativo que suele traducirse como «el [hombre] de la camella»; tenía, en efecto, un número importante de estos animales, de los que se ocupaba mucho. Este apelativo se ha convertido en un nombre propio frecuente en todo el mundo islámico (con variaciones como Bubker, Babacar, etc.). As-Siddīq es también un apelativo que significa "El Sincero"; sus descendientes son llamados siddīqī. Su nombre de pila original era `Abd al-Ka`ba, esto es "Siervo de la Kaaba", que cambió por `Abd Allāh ("Siervo de Dios") tras su conversión al Islam.
Mercader en La Meca y miembro de la tribu de Qurais, fue uno de los primeros habitantes de la Meca que se convirtió a la nueva religión predicada por Mahoma, a quien acompañó al exilio (hégira) en Medina. Se convirtió en suegro de Mahoma cuando este se casó con su hija Aisha. Cuando el profeta cayó enfermo, designó a Abū Bakr para que dirigiese la oración en su lugar, lo cual fue interpretado a la muerte de Mahoma como deseo de que Abū Bakr fuese su sucesor. Así, en el años 632 se convirtió en la primera persona que llevó el título de califa, esto es, de "sucesor del Mensajero de Dios" (خليفة رسول الله jalīfat Rasūl Allāh). Su elección fue contestada por Ali ibn Abi Talib, primo y yerno de Mahoma, quien reclamó para sí la sucesión. Ali acató finalmente la elección de Abū Bakr, pero esta divergencia daría lugar años más tarde a la división de los musulmanes en tres ramas: sunníes, chiíes y jariyíes.
El mismo año de su elección estallaron sendas revueltas tribales en las regiones de Hiyaz y Nechd; la primera rechazaba el islam y la segunda la originó la negativa a pagar impuesto al Estado islámico. El califa sofocó ambas revueltas, aunque hubo de hacer frente en lo sucesivo a oposiciones fuertes, la más importante de las cuales era la capitaneada por Musailma. Éste fue finalmente vencido por Jalid ibn Walid en la batalla de Akraba, tras lo cual quedó definitivamente adherida al estado islámico la Península de Arabia. Logrado esto, Abū Bakr dirigió a sus generales hacia la conquista de otros territorios: Iraq le fue arrebatado al Imperio Sasánida por Jalid ibn Walid en una sola campaña y hubo también exitosas operaciones en Siria.
Abū Bakr murió el año 634 en Medina. Poco antes de su muerte, atribuida por unos al envenenamiento y por otros a causas naturales, nombró sucesor a Omar, elección que fue ratificada por la comunidad, nuevamente con la oposición de Ali y sus partidarios, aunque sin ningún incidente serio. Está enterrado junto a Mahoma y Omar en la Mezquita del Profeta de Medina.

2) Umar ibn al-Jattab

`Umar ibn al-Jattāb (en árabe, عمر بن الخطاب), o simplemente `Umar, fue el segundo de los llamados califas ortodoxos ya que sucedió a Abu Bakr y gobernó entre 634 y 644.
Nacido en La Meca hacia el 581, combatió en un primer momento contra Mahoma y los fieles de la nueva religión, pero más tarde se convirtió al Islam y llegó a ser uno de los lugartenientes más fieles del profeta. Era además suegro de Mahoma, ya que éste se casó con su hija Hafsa.
Una vez elegido califa, Umar guerreó contra el Imperio Bizantino y Persia. Se lanzó a la conquista del Mediterráneo oriental, estableciendo las bases del imperio islámico que sus sucesores extenderían. Conquistó la Siria bizantina en 638, Palestina y Egipto, en 642 y Mesopotamia, en adelante conocida como Iraq, el mismo año, tras la Batalla de Nehavend. En todos los territorios conquistados mantuvo las estructuras administrativas existentes y no intentó acabar con las creencias religiosas de sus habitantes, entre otras cosas porque puso a los no musulmanes bajo el estatuto de dimmíes o "protegidos", lo que les obligaba a pagar un impuesto específico que proporcionaba importantes ingresos al Estado islámico. Sus tropas eran mantenidas en un cierto aislamiento de la población en los lugares conquistados y las pagaba con el botín obtenido.
Umar fue el primer califa que ostentó el título de Príncipe de los creyentes (أمير المؤمنين amīr al-mu'minīn). Instituyó la era de la Hégira, por la que se rige el calendario musulmán, con inicio el 16 de julio del año 622. También mandó construir la famosa Cúpula de la Roca en Jerusalén, alrededor de la roca en la que, según la tradición, Abraham se dispuso a sacrificar a su hijo Ismael (Isaac en la tradición judeocristiana) y desde la que Mahoma ascendió al cielo.
Murió asesinado el 4 de noviembre del año 644 en la mezquita de Medina (capital del Estado) por un esclavo persa llamado Firūz.




3) Uthman ibn Affan

`Uthmān ibn `Affān (en árabe, عثمان بن عفان) fue el tercero de los llamados califas ortodoxos, que gobernó entre los años 644 y 656.
`Uthmān ibn `Affān es el `Uthman por excelencia dentro de la cultura árabe e islámica. Su nombre, que se transcribe aquí de acuerdo a la pronunciación del árabe clásico, puede encontrarse también como Otmán, Othman u Osman (esta última es la forma turca del nombre).
Según la tradición, fue el primer habitante de La Meca en convertirse al Islam, tras Mahoma y sus familiares directos. Sus relaciones con el profeta eran excelentes, ya que se casó sucesivamente con dos de sus hijas, Rukayya y Umm Kulthum. Fue elegido califa en el año 644, a la muerte de Omar, y tuvo que competir con la candidatura de Ali, primo y yerno de Mahoma. Su mandato fue polémico: confiscó en favor de su clan buena parte del botín traído de las conquistas en África, Asia Menor y Persia. También fijó por escrito el texto del Corán, que hasta entonces se transmitía como tradición oral, ordenando al mismo tiempo destruir cualquier edición escrita hecha con anterioridad. Ello le acarreó la enemistad de muchos de los antiguos compañeros de Mahoma y sobre todo de la tercera esposa de éste, Aisha, hija de Abu Bakr. Fue asesinado el año 656.

4) Ali Ibn Abi Talib

Abu l-Hasan Ali Ibn Abi Tálib (en árabe أبو الحسن علي بن أبي طالب), o simplemente el Ali por excelencia dentro del Islam: cuarto califa, primo y yerno de Mahoma y fundador de la rama chií del Islam.
Mahoma, huérfano desde muy niño, fue acogido y educado por su tío Abu Talib. El hijo de éste, Ali, nació hacia el año 600 en La Meca, y, a su vez, fue acogido como hijo adoptivo por Mahoma a la edad de seis años. Se convirtió además en yerno del profeta al casarse con Fatima, hija de éste y de su primera esposa, Jadiya.
Ali fue el primero en convertirse a la nueva fe predicada por Muhammad, y en lo sucesivo actuó como lugarteniente de éste. Basándose en esa cercanía, cuando el profeta murió (632), Ali reclamó su derecho a sucederle auxiliado por sus partidarios, la Shi'at Ali o facción de Ali (de la que procede el nombre de shiíes o chiíes).
La comunidad, sin embargo, eligió califa a Abu Bakr, después a Omar y, más tarde, a Uthman. Tras el asesinato de éste en el año 652, Ali fue finalmente designado califa. Sin embargo, acusado de haber instigado el asesinato de su predecesor, encontró una fuerte oposición dirigida por la viuda de Mahoma, Aisha, y varios candidatos al califato, el más importante de los cuales era Muawiyya, miembro de la familia de los Omeyas y gobernador de Siria. En la batalla de Siffín (657) Ali aceptó la propuesta de que las diferencias entre él y Muawiyya fueran resueltas por un árbitro independiente. Éste falló en favor del gobernador de Siria y Ali se replegó a su capital, la ciudad de Kufa, en el actual Irak, donde conservó cierto poder.
Algunos partidarios de Ali, sin embargo, rechazaron en Siffín el arbitraje y abandonaron el campo de batalla. En adelante serían conocidos como "jariyíes" (los que salen). Más adelante entrarían en guerra abierta con Ali, a quien asesinaron en la mezquita de Kufa en enero de 661.
La proclamación de Muawiyya como califa (661) pone fin a la época llamada en la historia del Islam "de los califas bien guiados" o "califas ortodoxos" (Abu Bakr, Omar, Uthmán y Ali) e inaugura el califato omeya, con capital en Damasco.
La muerte de Ali no cerró la cuestión sucesoria, ya que sus partidarios pronto se rebelaron contra el califa de Damasco aclamando a los hijos de Ali (Hasan, y a la muerte de éste, Husein) como legítimos sucesores del profeta. Con el tiempo, darían lugar a una de las tres ramas fundamentales del Islam, la de los chiíes. Los jariyíes, por su parte, se convertirían en otra rama.
La figura de Ali goza de gran popularidad en el mundo islámico, sobre todo, lógicamente, entre los shiíes. Su mausoleo en la ciudad de Nayaf es un importante lugar de devoción chií. [Imágenes: Abu Bakr (segundo por la izq.) concise.britannica.com, la Cúpula de la Roca en Jerusalén, Mahoma y Ali; Ali, santuario shiíta].

domingo, 4 de noviembre de 2007

Falafel

A principios de los años setenta hubo muchos intentos de elaborar algún menú auténticamente árabe y todos acabaron fracasando, por muchas causas. En España faltaban las materias primas esenciales para distinguir los platos de un país a otro, aunque existían todas las especias, faltaba el arte de saber mezclarlas para formar una sola. A esa falta se le sumaba la falta de dinero de los estudiantes árabes y la carestía de la importación, ya que no había mercado consumidor para esas mercancías. Así, pues, elaborar una comida árabe en aquella época era una quimera. El lugar de cocinar este tipo de comidas, también era complicado ya que los estudiantes alquilaban habitaciones sin derecho a cocina y lo hacía cuando la casera se marchaba los fines de semana, ellos aprovechaban para poner en práctica todos sus conocimientos en el arte culinario, eso sí el domingo impregnaban la cocina de perfumes franceses, para que la casera no notara el olor a especias y no les pusiera una sanción o les echara una tremenda bronca.
Unos meses después, se inauguraba posiblemente el primer restaurante árabe en Barcelona, dirigido por el ex-lazarillo, que acompañaba al príncipe saudí, octogenario y ciego , que estaba más que harto de sus quejas. Protestaba por el desayuno, el almuerzo y la cena. Un día después de atiborrarse de marisco fresco traído en avión particularmente desde Galicia, el príncipe exclamó desde el fondo de sus entrañas “Pagaría ahora mismo mil dolares por un plato de Hommos y cebolla tierna”. Aquel lamento nostálgico y deseoso encendió las luces del instinto comercial que tienen los libaneses. Este lazarillo que no tenía ni idea de preparar un plato recurrió a un palestino, mano de obra hábil y barata. Y poco a poco para sorpresa de estos falsos “restauradores” la clientela se convirtió casi toda nativa, es decir, Barcelonesa.
Los españoles son curiosos, indagan mucho, preguntan mucho cómo se hace este plato u otro por lo que el autor, Salah Jamal Alboali, cada vez que viajaba a algún país árabe volvía cargado de recetas típicas del país, relatadas oralmente únicamente por mujeres, que son el auténtico archivo de la cultura culinaria árabe.
Ellas, contentas y sorprendidas de poder hablar con un varón árabe interesado en la gastronomía árabe, relataban con entusiasmo lo que sabían, pero se les notaba su total desconfianza en la habilidad de Salah para elaborar siquiera un plato sencillo.
Con este libro, el autor nos acerca un poco más a la cultura árabe, para que el lector se familiarice con su gastronomía, que la descubra, que la disfrute y que se anime a cocinarla.

Podría poner mil recetas de todas las que hay y lo interesantes que resultan, por saber de dónde vienen, qué significan sus nombres y desde cuánto hace que se cocinan, ya que han ido pasando de boca en boca desde no sabemos cuánto tiempo atrás.

Comenzaremos por el famoso FALAFEL (CROQUETAS VEGETALES):

El falafel es el plato típico del Próximo Oriente, incluidos los países no árabes. El orígen de su denominación proviene, con toda probabilidad, del verbo árabe falfala, que significa “condimentar”. Ciertamente la masa del falafel contiene la más variada y equilibrada cantidad de especias de todos los platos árabes. El falafel se consume a cualquier hora del día, para desayunar, almorzar, merendar, cenar, o simplemente, para picar. También se toma como entremés o plato de acompañamiento , y a menudo se convierte en un plato básico y único para para miles de familias de pocos recursos. Y en verdad, un solo sándwich de falafel, bien hecho y bien condimentado, satisface por completo, igual que un menú.
El falafel es omnipresente y se vende en cualquier rincón de las cuidades del Próximo Oriente. En Egipto lo conocen con el nombre de Taameya. Aunque en el Magreb no es tan conocido como en el resto del mundo árabemusulmán. El aroma que emana del aceite en que se fríe el falafel impregna todo el espacio de los ciudadanos, como el jazmín, la flor no menos omnipresente en todos los rincones del mundo árabemusulmán.


El origen de las croquetas de falafel ha sido muy discutido, pero es probable que ya se consumieran en el Egipto faraónico y que desde allí fueran llevadas a la Península Arábiga, sobre todo al Yemen. A principios del siglo XX, y a causa del descubrimiento del petróleo, se produjeron grandes oleadas de migraciones de la zona del próximo Oriente hacia las regiones pretolíferas. Miles de familias yemeníes, emigraron hacia el norte, a Arabia Saudí, Kuwait…, en busca de mejor suerte. En estos países se encontraron con otros emigrantes que provenían del norte, palestinos, sirios, etc., y con millares de familias que provenían del norte de Africa. Los yemeníes montaron sus paraditas de falafel, en muchas esquinas de las calles de estas regiones florecientes. Esa comida rápida y baratísima causó furor, entre las capas trabajadoras de emigrantes, que representaban el 70 % de la población del golfo arábigo. Años después, muchos de aquellos emigrantes, al volver a sus países de origen con un poco de fortuna, montaron infinidad de puestos de venta de falafel como plato nacional propio. Curiosamente los yemeníes, que fueron presumiblemente los responsables de la difusión de estas croquetas, no lo reclaman como propio.


FALAFEL
Croquetas vegetales

Ingredientes:
Para 6-8 personas

-1/4 Kg de habas
-1/4 Kg de garbanzos
-2-3 dientes de ajo medianos
- 5 cebollas de tamaño mediano
- ½ vaso de perejil fresco y triturado
- ½ vaso de cilantro fresco triturado
-2 cucharaditas de sal
- 2 cucharadas soperas de harina
- ½ cucharadita de pimiento rojo picante
- ½ cucharadita de bicarbonato
- ½ cucharadita de pimienta negra
- ½ cucharadita de comino
- ½ cucharadita de canela en polvo
- 3 cucharadas de levadura en polvo Baking powder
- 5 vasos de aceite vegetal para freír las croquetas de falafel


Elaboración:

- Dejar en remojo los garbanzos y las habas durante 12 horas (o toda la noche)
- Pelar y triturar la cebolla y el ajo. Mezclarlos con perejil y cilantro
- Incorporar los garbanzos a la mezcla anterior y triturarlo todo en una picadora, para obtener una masa algo grumosa
- Añadir a la masa las especias , la sal, el bicarbonato, la harina, la levadura, el pimiento picante, y amasarlo todo de nuevo.
- Reservar la masa durante 1 hora o 1 hora y media, para que repose.
- Utilizando sencillamente los dedos o con una cuchara, separar de la masa pequeñas porciones para moldear croquetas redondas o alargadas, cuidando que no quedan gruesas
- Freír las croquetas en una sartén honda o una freídora, con aceite hirviendo. Cuando estén doradas, retirarlas.

Sugerencias:

Estas croquetas se consumen al gusto del comensal, aunque lo más típico es introducirlas dentro de los panecillos árabes, junto con rodajas finas de tomate, un poco de lechuga, rodajas de pepinillo, cebolla, salsa de tahina y una pizca de picante. También puede servirse en un plato, con toda o parte de la guarnición anterior.

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