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sábado, 7 de abril de 2012

سعيا وراء الحرية



الحصول على الحرية هدف تسعى إليه كل الشعوب منذ الأزل ولا يعرف قيمتها إلا من حرم منها. فهي السبيل الوحيد للحصول على التقدم والازدهار والنمو، لذلك كانت من أسمى القيم التي تطالب به الشعوب التواقة إليها, يدفعون أرواحهم في سبيل نيلها، لكي يصبح وطنهم حرا.
يشهد الوطن العربي حاليا، منعطفا تاريخيا في ما يتعلق بقضية نظام الحكم، وعلاقة الحاكم بالشعوب. كل هذا يأتي بسبب اندلاع ثوراتٍ شعبية للمطالبة بحقوق مواطنيها في ما يسمى ب"الربيع العربي" الذي بدأ من تونس أولا، لكي تنتقل أزهاره إلى مصر فتسقى بدماء الشهداء في ساحة التحرير. في هذا المشهد المهيب و بتلك الدماء الطاهرة نجحت الثورة و أعادت لمصر مكانتها بين الأمم.
لا ننسى أن هذه الثورات المباركة والناجحة كانت الشرارة التي انتشرت في المنطقة وكانت السبب في إسقاط كل من الطاغية الليبي معمر القذافي، والمستبد علي صالح.
الآن المشهد متوقف والأنظار ملتفة نحو معاناة الشعب السوري الأبيّ، الذي يصارع النظام المتطرف البعثي المحكوم من طرف أسرة الأسد, والذي لا يختلف عن النازية، فإنه يُقتِّل شعبه من أجل العائلة الحاكمة.
هذا النظام بدأ مع استيلاء حزب البعث على الحكم عام 1963, ومن ثم حصل انقلاب عسكري داخل الحزب لحافظ الأسد في سنة 1970، لتبدأ معه سنوات الظلم و الاستبداد. في سنة 1982 ارتكب النظام السوري مجزرة في مدينة حماة, مات فيها ما يقرب من ثلاثين ألف مواطن.
بعد عقود عديدة في الرئاسة توفي حافظ عام 2000 حيث كان يعاني من سرطان في الدم. ورث الحكم ابنه بشار الأسد, في سابقة تحصل لأول مرة في نظام جمهوري. بعد انتشار الفساد والقمع والظلم, انتفضت الناس في 15 مارس 2011 مشعلة الثورة السورية, بداية من مدينة درعا أولا, ثم انتشرت في باقي المدن السورية, رغم استخدام نظام الأسد لكل أنواع القمع الوحشي للمظاهرات السلمية, حيث قام بقتل المتظاهرين بأبشع الطرق وبتعذيبهم وذبحهم أمام أهليهم. كذلك تم اغتصاب النساء وتعذيب الأطفال بأساليب مخيفة بالإضافة إلى منع الطعام والشراب والدواء والكهرباء عن المدنيين. رغم كل هذا ما زالت الثورة مستمرة وسوف تستمر ما دامت دماء الشهداء تروي زهرة الحرية التي ستستنشق عبيرها الأجيال المقبلة إن شاء الله.

Entrada escrita por Batul Hathat, alumna de segundo curso del Grado de Estudios Árabes e Islámicos.

domingo, 16 de enero de 2011

ARISTÓTELES Y EL ISLAM. LAS RAÍCES GRIEGAS DE LA EUROPA CRISTIANA (reseña)



Este libro que presentamos hoy es la traducción francesa de la obra Aristote au Mont-Saint-Michel. Se enmarca dentro de una corriente muy crítica con todo lo árabe y musulmán y ha suscitado una gran polémica en Francia. Este libro ha sido escrito para combatir la idea, tan extendida, de que la cultura árabe e islámica clásica sirvió de transmisora de las obras de la antigüedad griega –especialmente de la figura esencial de Aristóteles- al mundo cristiano medieval a través de las traducciones y que, gracias, en parte, a ese papel se produjo el Renacimiento en Europa.

Se editó en Francia en el año 2008 y la traducción al castellano es de 2009. Enseguida fue rebatido con otro libro titulado Les grecs, les arabes et nous, de varios autores, este todavía no traducido al castellano.

Sin haber leído la crítica francesa a la obra de Sylvain Gouguenheim, vamos a intentar, de forma esquemática, presentar los argumentos del autor, citando algunos fragmentos de su obra, para después comentarlos.

La tesis que él defiende se puede resumir en los siguientes puntos:

1- Europa no tiene ninguna deuda con la cultura árabo-islámica porque hubo una labor de traducción directa de la sabiduría clásica –del griego al latín- a lo largo del siglo XII por parte de sabios, monjes y eruditos europeos. Entre estos eruditos conocedores de los pensadores griegos destaca Jacobo de Venecia, que vivió un tiempo en la abadía de Mont-Sant-Michel (Normandía) y cuyas traducciones son 50 años anteriores a las que se hicieron en el Toledo cristiano del siglo XIII, famosa sede de traducciones del árabe al latín o a las lenguas romances. Define el autor a Jacobo de Venecia como “el eslabón perdido en la historia del paso de la filosofía aristotélica del mundo griego al mundo latino”, p. 96.




Abadía Mont-Sant-Michel en la actualidad

2- Destaca el papel de Bizancio “el gran olvidado de la herencia europea” [p. 20] en la conservación y transmisión de ese saber. Dando importancia también a los cristianos griegos y del Próximo Oriente que se dispersaron por distintos lugares de Europa tras las conquistas islámicas (habla de una auténtica “diáspora cristiana oriental”, p. 33.


Patriarca de Constantinopla Miguel Cerulario. Cronicón de Juan Skylitzes (s. XI)

3- Combate la idea de los siglos oscuros en Occidente y defiende un continuismo desde la época greco-romana a la medieval europea, con dos momentos de desarrollo cultural: la corte carolingia y la de los emperadores alemanes (s. X y XI). Tanto en el continente como en Sicilia. [Véase pp. 29 y 38].

Podemos interpretar el desarrollo intelectual de Europa como un movimiento continuo, de muy larga duración, que se realizó a través de una serie de etapas engranadas unas con otras”, p. 51.

4- Lo (poco) que se hizo en el mundo árabe e islámico no lo hicieron los árabes musulmanes sino que todo fue obra de los cristianos siriacos.

Cuando hablamos de “cultura árabo-musulmana” para los siglos VII al X estamos cometiendo un anacronismo – o recurriendo a un truco-, porque entonces aquella cultura apenas era musulmana y no fue árabe más que de forma indirecta. En realidad era en gran medida cristiana y siriaca.”, p. 74.

Fueron, por tanto, cristianos los que inventaron, de principio a fin, el vocabulario científico árabe.”, p. 80.

Es con ellas (comunidades cristianas orientales), a fin de cuentas, con las que tiene una deuda el mundo occidental, una inmensa deuda”, p. 91.


Fraile habla con obispo. Consolaciones en el entretenimiento de califas y reyes. De Muhammad ibn Zafar al-Siqilli. Filósofo y pensador político(s. XII). Su obra es considerada por algunos como precursora del Príncipe de Maquiavelo.

La conclusión es clara: el Oriente musulmán se lo debe prácticamente todo al Oriente cristiano.”, p. 91.

5- Los árabes musulmanes no asimilaron la filosofía griega porque la lengua árabe es adecuada a la poesía pero no sirve para el razonamiento, al contrario de la lengua griega.


En conclusión:

1- Europa no le debe básicamente nada a la cultura islámica.
2- La identidad europea hunde sus raíces en el mundo griego clásico y el Cristianismo. Bizancio, el mundo carolingio y el Sacro Imperio Romano Germánico son sus transmisores.

¿Es exagerado pensar que esta aspiración del espíritu europeo a un pensamiento libre y a un examen crítico del mundo encuentra sus raíces, al menos en parte, en las enseñanzas de Cristo, conciliadas con la curiosidad universal de la Grecia antigua?”, p. 52.



3- El mundo árabe e islámico constituye una civilización contraria o incompatible con el Europea cristiana.

Las dos civilizaciones, la de la Grecia antigua y la del Islam clásico, no se mezclaron … En resumidas cuentas, en la Edad Media el Islam no se helenizó, del mismo modo que Occidente no se islamizó”. P. 147.

* * *




Muy esquemáticamente, estas son las ideas y las conclusiones que vertebran el libro de Sylvain Gouguenheim. Como se puede apreciar sin dificultad, esta obra pertenece a una corriente actual que se ha tachado de islamófoba pero que creo que también se la puede tachar de arabófoba. El rechazo a todo lo que sea árabe e islámico conjuntamente (se salvan los cristianos árabes y los persas e hindúes) parece ser lo que lleva al autor a escribir el libro.

Los defensores de esta corriente persiguen definir la identidad cultural europea por oposición a la árabo-islámica, negando cualquier contacto fructífero o influencia de la una en la otra. Además, obligados a adjudicar algún valor y logro a dicha cultura, consiguen eliminar todo elemento árabe y musulmán para atribuir el mérito siempre a cualquier otro –siriaco, persa, beréber, kurdo, hispano-romano, hindú, etc.


Averroes.El más importante filósofo árabe de la Edad Media y gran comentador de Aristóteles.

Dejando de lado lo pueril del argumento y aceptando –por pura lógica- que traducciones de las obras griegas hubo en distintos lugares y desde diversas lenguas a lo largo de toda la Edad Media, hay varios puntos que me parece muy discutibles (dejando a parte el tema de la filosofía).

No me parece defendible de ningún modo considerar a la Grecia clásica como un mundo radicalmente ajeno al Islam y a la civilización árabo-islámica, al contrario de la civilización occidental y el cristianismo, “que emergió en un universo griego” (p. 164). Esta atribución identitaria de la Grecia clásica a Occidente (siempre en oposición al Otro, al árabe musulmán) le hace ir un paso más allá al considerar, resumiendo, que el logos de la lengua griega es intraducible en una lengua que no sirve para el razonamiento lógico, aunque sí para la poesía. Eso le lleva a la conclusión de que las estructuras mentales de los griegos y latino parlantes y de los árabo parlantes son tan opuestas que responden a civilizaciones incompatibles.
Es decir, no se trata de que la cultura o civilización árabo-islámica no quisiera tomar del saber griego sino que el árabe como lengua y el pensamiento y mentalidad que se deriva de dicha lengua no es apto al logos o al razocinio. Este razonamiento me parece inadmisible, sin más.


Sócrates y sus estudiantes. Ilustración del Kitab Mukhtar al-Hikam wa-mahasin al-kilam de Al-Mubashir. Siglo XIII.

Precisamente, cuanto más estudias la historia más cuenta te das de la permeabilidad de culturas, pueblos y razas y que plantear esencialismos es una posición política o ideológica muy alejada de la compleja realidad histórica.
Por otro lado es obvia la gran influencia que la cultura griega tuvo en el mundo musulmán, sobre todo en el árabe. Aunque nació en la Península Arábiga, pronto se estableció y creció en territorio anteriormente ocupado por los griegos, Asia Menor. Incluso antes del islam, los árabes ya tenían contacto con el mundo grecolatino. Los importantes centros de Petra y Palmira eran de árabes romanizados. Uno de los emperadores romanos fue Filipo el árabe, que gobernó del 244 al 249 d.C. Los árabes gassaníes (cristianos monofisitas) fueron aliados de los romanos en sus enfrentamientos con los persas (s. IV al VI). Importantes urbes greco-bizantinas pasaron a pertenecer al mundo árabo musulmán a partir del siglo VII, como Alejandría, Jerusalén o Antioquía. La arquitectura de la gran Siria reutiliza elementos griegos, los baños –de tanta tradición dentro del Islam- tienen grandes puntos de contacto con los baños greco-latinos. Diversas palabras y conceptos griegos son adoptados por el mundo árabe. Valga como ejemplo el concepto étnico-lingüístico de bárbaro en el mundo griego y el de ´ayam en el mundo árabe. La importantísima obra literaria de Ibn Hazm de Córdoba, El collar de la paloma, refleja un concepto del amor básicamente platónico. Esto es solo una muestra, a vuela pluma, de que la cultura árabo islámica clásica se nutre de la antigüedad clásica de la misma forma que también tiene elementos de la cultura persa o la india, ya que, como toda civilización en su desarrollo y apogeo, absorbe como una esponja todo lo que le rodea.


Mezquita de Damasco. Interior.


Por eso, me parece también poco acertada la opinión del autor de que los árabo-musulmanes no tuvieron curiosidad por conocer, sino solo por estudiar su libro sagrado y aplicar la ley. Muy por el contrario, el mundo árabo islámico clásico se caracteriza por un gran afán de conocer y de interpretar. Historiadores, viajeros y literatos (sin detenernos en analizar si eran árabes o no, ya que todos compartían unos referentes culturales, fueran cuales fueran sus orígenes étnicos o religiosos) recogen en sus obras enciclopédicas descripciones de lugares, costumbres y tradiciones de otros pueblos, de otras culturas, fenómenos que desconocen y maravillas que interpretan a su modo.
Por otra parte, respecto al Islam, como tercera de las religiones monoteístas reveladas, lógicamente, tiene diversos puntos en común con el Cristianismo. ¿Es el Cristianismo más o menos hostil a la razón que el Islam? [El Cristianismo…”no es en sí mismo, una religión hostil a la razón” (p. 67)]. S. Gouguenheim afirma que “La revelación coránica se mueve dentro de otro universo, indiferente en origen a toda perspectiva científica”, p. 125. ¿Es que las religiones en sí se ven atraídas por la perspectiva científica? ¿No condenó el Cristianismo a diversos científicos por defender teorías opuestas a los dogmas de fe?


Sófocles y sus alumnos. Ilustración del Kitab al-Mujtar de al-Mubashir. Siglo XIII.

Por último, y aunque se podrían poner en entredicho muchos más aspectos del libro, me parece que criticar al movimiento de los muta´zilíes porque eran creyentes y no racionalista en el sentido moderno del término me parece un anacronismo. Los muta´azilíes se valieron de los métodos racionalistas del conocimiento elaborados en la filosofía griega para interpretar la religión pero, lógicamente para el momento histórico en el que vivieron, desde una posición de creyentes. El hecho de intentar compatibilizar razón y fe o la disyuntiva del libre albedrío o la predestinación del ser humano fueron cuestiones que se plantearon tanto los cristianos como los musulmanes en la Edad Media. Incluso Descartes, el padre del racionalismo moderno, creía en Dios.

En conclusión, la identidad cultural europea (si es que se puede hablar de tal), como cualquier otra identidad cultural, está forjada por una amalgama de componentes múltiples, complejos e híbridos, que han tenido diversa importancia y desarrollo a lo largo de la historia. Uno de dicho componentes es el Islam, entendido como cultura. La cultura árabo-islámica no se opone a la occidental sino que se inserta en una imaginaria línea civilizatoria que –simplificando mucho- pasa del mundo greco-latino, al árabe musulmán y al latino-cristiano y desemboca en el Renacimiento y el posterior desarrollo de la ciencia. Tratar de dilucidar (sobre todo teniendo la conclusión clara de antemano) qué cultura o civilización es “mejor” es otra discusión pueril. Todas y cada una han contribuido de una u otra forma al conocimiento y la comprensión del mundo. Probablemente, ese desvelo por negar al Otro, provenga de que ese Otro tiene muchos más rasgos comunes con nosotros que divergentes.


Debate imaginario entre Averroes y Porfirio. Monfredo de Monte Imperiali, Liber de herbis, s. XIV.

Sylvain Gouguenheim, Aristóteles y el Islam. Las raíces griegas de la Europa cristiana, Gredos, Madrid, 2009. Título original francés: Aristote au Mont-Saint-Michel, Éditions du Senil, 2008.

domingo, 13 de junio de 2010

Reflexiones argelinas tras la lectura de Une femme en colère

Un día, al volver a casa, después de terminar de hacer unos recados, de estos que no suelen apetecer casi nunca, por lo menos a mi, encuentro a mi madre, que había venido a visitarme desde Orán, sentada en un sillón, que, inconscientemente, lo tengo colocado mirando al exterior, para ella, para cuando viene. Sus visitas a mi casa, a Alicante, es algo que viene haciendo un par de veces al año desde hace dos décadas, justo el tiempo que llevo en España,
Nada más entrar y a juzgar por el silencio que reinaba dentro de casa, deduje que lo que llevaba entre manos era lo suficientemente importante como para no contestarme:
- “Hola, estoy aquí, ¿ya quelqu’un?” Si, si, mitad y mitad, esto nos caracteriza a los argelinos.

Efectivamente, acomodada en la butaca, mirando al Castillo de Santa Bárbara, como si lo quisiera tener por testigo, y con el libro tuyo entre sus manos y sin apartar sus ojos de él, me dice:



- “¿Sabes qué? La autora es de mi quinta…
Y yo le respondo: “¡Ah, y ¿Cómo lo sabes?”
Claro que lo sabía, mi intención era provocar.
- “Bueno, de mi quinta, dos o tres años menor que yo, en fin, vamos, eso creo yo…”
- Si maman, tiene que serlo.

No hacía falta que nadie moderara su monólogo bilingüe, mitad francés mitad argelino, el de Orán, y prosiguió:



- ¡Pues en su libro habla de la Goutte de Lait! Y fíjate, que en la época francesa, aquello era de lo más indignante para los que luchábamos contra las injusticias sociales. Es muy curioso descubrir que después de tantos años, y a través de un relato, vuelves a sentir la misma rabia e indignación que sentiste hace más de 50 años...
Hubo un silencio, un silencio que, sin duda alguna, la llevaría a los años 50, lo sé, reconocí su silencio, ese silencio entre triste y rabioso, por eso es mi madre, ¿no?

Y volvió a relatarme sus recuerdos:

-Llevo toda mi vida indignándome, me dijo. Desde que tengo uso de razón, no recuerdo haber estado de acuerdo con ningún gobierno. Me siento frustrada, por partida doble, eso es peor todavía. Nunca conseguí experimentar esa sensación de confiar en alguien, en algún dirigente o siquiera en algún programa político. No recuerdo haberme sentido útil en mi país, ni siquiera cuando era francés.Cómo puede ser posible todo esto, es inverosímil, es sencillamente increíble. Lo que no entiendo es cómo puede Wassyla Tamzali seguir creyendo en su lucha.



Mi madre, una mujer con estudios básicos, entiende tu ira, tu enfado, “ta Colère”. No le costó, casi nada, expresar su gratitud hacia tu valentía que, sin saberlo, compartía contigo. Se sentía identificada con cada palabra, cada frase y cada mensaje que transmites a través de tu ensayo.
No me lo dijo, pero yo sabía que admiraba tu osadía, pues, con los tiempos que corren, cualquiera se atreve a plantarle cara a los que, de una forma u otra, siguen tomando decisiones sin contar con ellas, con nosotras.

Las Mujeres deberían luchar contra el particularismo, tienen que llegar a su identidad combatiendo en el terreno político, con o sin ayuda de los occidentales, me dijo.
Habrá que desafiar a los intelectuales occidentales que lucharon por la universalidad de los derechos humanos, y que ahora, por motivos poco convincentes para la laicidad, se están demostrando incapaces de pensar más allá de la universalidad de Europa.

“Soy del clan de aquellas mujeres y de aquellos hombres ávidos de libertad que, aunque pertenezcan a un país y a una historia, no dudan en entablar un combate contra la cultura, las tradiciones y los usos políticos de sus sociedades, cuando se oponen a esta libertad” (p. 34).
Muchas lo compartimos.



Después de varios y largos intercambios, concluimos, mi madre y yo, que ambas nos sentimos ignoradas, aún perteneciendo a dos generaciones distintas. Que ambas compartíamos mucho acerca de la laicidad, hasta tal punto que podríamos decir, que cada una en su estilo, lo reivindicamos de forma latente y continúa, aprovechando cada espacio y momento para hacerlo.
En la última década, una brecha, bastante grande, se ha abierto entre el Islam y el resto del mundo. Un temor generalizado se ha apoderado de las mentes, de casi todos, incluidas las de algunos de nuestros amig@s. Empezaron a plantearse serios interrogantes acerca de la compatibilidad entre el Islam y los principios de libertad, la democracia, el pluralismo, etc., obviando todos los esfuerzos realizados por muchos laicos, hasta tal punto que algunos no dudaron en hablar de "guerra de civilizaciones".

A nosotras no nos interesa esta guerra, no la deseamos, sino que la evitamos. Mientras tanto, much@s de nosotr@s, l@s que de una forma u otra, directa o indirectamente, queremos “distinguirnos de l@s demás”, reivindicando el derecho y la libertad de sentirnos afines a la laicidad en el Islam, una corriente vieja y novedosa a la vez, requerimos sentir esta palabra tan bonita que es la tolerancia aplicada a nosotros. No pretendemos que nadie se sienta indignado, queremos recordar que laicidad y libertad religiosa es lo mismo.



Sin citar a nadie en concreto, me tomo la libertad de hablar en el nombre de cada una de ellas, de vosotras, y decir alto y claro que nuestro objetivo común es invitar a todos a un diálogo entre musulmanes y no musulmanes, entre Oriente, Occidente y mundo Árabe y quiena quiera sumarse a la causa.
A juzgar por el estado de la opinión pública en varios países, tanto occidentales como orientales, nos preguntamos sobre el destino de nuestro sueño, el sueño de ver desaparecer la palabra religión de muchas constituciones de muchos países.
A pesar de todo, y en medio de este berenjenal, la confusión y la desesperación entre los laicos crece de forma vertiginosa; a este ritmo y a estas alturas, no nos queda más remedio que seguir creyendo en nuestra apuesta y avanzar hacia adelante con la esperanza de ver subir a nuestro tren cada vez más viajeros convencidos con los que queremos compartir nuestra aventura, hasta el final.

Acabamos nuestra diálogo sin comprender cómo, siendo los islamistas minoría en el mundo árabo-musulmán, su estrategia de probada eficacia está por encima de cualquier ley de igualdad.
No queremos que se trate de una simple reflexión sobre la mujer en el siglo XXI, sino, buscamos poner de relieve la situación de inferioridad que sufre la mujer en Argelia, tanto ahora como hace 50 años.
Por eso mismo, decidimos concluir, haciendo un pacto para que otras voces de la cultura árabo-musulmana sean oídas, la tuya, la mía, la nuestra y las vuestras.

Naima Benaicha
Licenciada e Traducción e Interpretación por la Universidad de Orán
Mediadora social intercultural

domingo, 11 de abril de 2010

Une femme en colère. Lettre d´Alger aux Européens désabusés (reseña)



Wassyla Tamzali es una pensadora argelina, de madre española y de padre argelino, que murió asesinado en la guerra de la independencia argelina (24, 27-8). Ejerció como abogada en Argel y, a partir de 1980, y durante veinte años, dirigió el programa sobre la condición de las mujeres de la UNESCO. Ha trabajado mucho en favor de las prostitutas. Después regresó a Argelia. Tiene otro libro titulado "Une education algerienne", publicado también por Gallimard en 2007.



En su libro ella se declara de cultura musulmana, laica, librepensadora y feminista. Su identidad es conflictiva, excolonizada, que se ha ido forjando en las luchas de liberación, contra el enemigo, una lucha entre la pertenencia y el deseo de libertad.

“Envidio aquellos que viven en la ligereza del ser” (p. 30), escribe, ya que su propia identidad es un reto por el hecho de vivir la dualidad musulmán/laico-librepensador.

Respondiendo a la pregunta sobre su identidad declara también:

“soy del clan de aquellas mujeres y de aquellos hombres ávidos de libertad que, aunque pertenezcan a un país y a una historia, no dudan en entablar un combate contra la cultura, las tradiciones y los usos políticos de sus sociedades, cuando se oponen a esta libertad” (p. 34)

Pero añade que “Para ciertos de mis-amigos-europeos-intelectuales-de izquierda-en-su-mayoría” la respuesta [sobre mi identidad] es clara: yo soy un clon de la civilización occidental, un sub-producto, particularmente de Francia, cuya lengua utilizo.”



Esa identidad de “musulmana laica”, difícil de encasillar, le hace sentirse ignorada – a ella y a las que piensan o se definen como ella- en los debates identitarios:

“nuestra ausencia en el terreno de la identidad explica el lugar ganado por los movimientos religiosos que responden a la cuestión de la identidad y la convierten en base de sus reclutamientos.” (p. 39)


Su libro, tal y como dice el subtítulo es una carta, un alegato dirigido a los intelectuales de izquierda europeos, defensores de la idea de justicia e igualdad pero que ahora han pasado a defender un discurso culturalista y relativista, debido –según la autora- a un sentido de culpabilidad y por el desencanto reinante (74-5). Ella critica toda una serie de conceptos que tiene como base la idea de cultura como interculturalidad, multiculturalidad, mestizaje cultural y movimiento post-colonial.

Es decir, su misiva entra de lleno en el tema, tan de actualidad, del enfrentamiento entre los valores universalistas y los relativistas y la autora hace una defensa a ultranza de los primeros frente a los segundos.

“Nuestra época ya no es la del principio de igualdad en derechos de todos los seres humanos, y de todas las naciones grandes o pequeñas, sino la del descubrimiento de su identidad, de su cultura, cuyo sentido se deja a la apreciación de cada uno. Libertad-igualdad es un viejo eslogan que ya no tiene la capacidad de hacer avanzar la historia” (p. 46).

Constata, pues, una vuelta a una visión esencialista propia del post-orientalismo pero no comparte la idea, cada vez más extendida, de que la universalidad ha muerto. (p. 43, 64)



Veamos ahora, brevemente, sus ideas sobre cultura, feminismo y laicismo. A todo lo largo de la carta de Wassyla Tamzali el concepto de libertad está muy presente. Por ejemplo, en su definición de cultura: “La cultura –dice- es aquello que me permite no ser lo que soy” (p. 74). Es decir, un concepto abierto y libre de “cultura”, no concebida como las ataduras de las costumbres y tradiciones que determinan y esencializan, convirtiendo al ser humano en algo inalterable, siempre igual a sí mismo, que perpetúa una esencia inmutable. Mientras que del feminismo de una definición muy breve pero contundente: se trata de la libertad de la mujer de disponer de su propio cuerpo(115).

“Soy parte de esa corriente de pensamiento que considera que la única vía para la emancipación de las mujeres musulmanas es el feminismo laico y universalista” (p. 125).

Por eso critica en su misiva que la tolerancia en Francia se haya convertido en relativismo cultural. “En Francia, en España, en Italia, el tratamiento sexista de las mujeres es tolerado cuando es reivindicado y practicado por poblaciones venidas de otros lugares (p. 20).Pero es consciente de que “Estas sociedades(las árabes y musulmanas), a penas salidas de los años sombríos del colonialismo, se han lanzado al resentimiento hacia Occidente y hacia los valores occidentales, en particular el feminismo que se encuentra así en el corazón de la guerra de culturas” (p. 36).



La autora -ya que la religión ha invadido el espacio público- quiere situar el debate en el espacio público y político. Para ella el pensamiento feminista es primero un pensamiento político (p. 141).



Respecto al velo, lo considera una práctica de segregación sexista. La cultura del harén, extrapolada al espacio público. Además de contra el velo, Wassyla arremete contra el feminismo islámico: “¿Qué es el feminismo islámico sino el ejemplo de una impostura fundada sobre la utilización aberrante de la historia de las luchas de las mujeres?”(p. 115). Lo combate fervientemente y habla de la creación del Movimiento por la Igualdad (Musawah) que celebró su primer congreso en Malasia en 2009. Participaron 400 mujeres venidas de países musulmanes y de minorías musulmanas de todos los continentes. Se autodenominó así para tomar la necesaria distancia de la religión, a través de una denominación sin ninguna referencia identitaria ni comunitaria (p. 145)[Véase su página web: www.musawah.org].

Igualmente combate el islamismo, al que considera no un retorno a la tradición, como se suele decir, sino un fenómeno contemporáneo. Distingue el Islam de sus abuelos tolerante, tranquilo, tradicional, del politizado e instrumentalizado por los islamistas. Y ve de forma muy negativa cómo se van haciendo sitio en Europa, gracias al laicismo y la democracia (p. 88). Critica esa defensa que se hace desde Europa del “islamismo moderado”. Para ella no es moderado si no condena el crimen de apostasía, si no combate el hecho de que una musulmana no se pueda casar con un musulmán…(117). La laicidad va unida a la libertad de conciencia. Denuncia las maniobras del islamismo moderado cuyos seguidores se hacen pasar por demócratas y laicos pero que no lo son en absoluto(134). Pone como ejemplo significativo a Tariq Ramadan. Frente a estos, cita a los nuevos pensadores del Islam, que han ejercido y ejercen una crítica de la razón islámica, como el argelino Muhammad Arkoun o el tunecino Abdelmadjid Charfi, pero que no se pueden expresar en sus propios países o tienen que vivir fuera de ellos. Ella defiende recuperar el pensamiento islámico en lo que tiene de más innovador, de humanista.

Y voy a terminar con una cita más, que aparece ya al final de su libro y que expresa su malestar y el porqué de su escritura como “mujer enojada”:

“Y nosotras, feministas de países llamados árabo-islámicos, hoy innombradas por unos e innombrables por otros, expulsadas por los de nuestro lado como extranjeras e invisibles a vuestros ojos, estamos condenadas a la soledad (p. 147).

Wassyla Tamzaly, Une femme en colère. Lettre d´Alger aux Européens désabusés, París, Gallimard, 2009. [Una mujer airada. Carta desde Argel a los Europeos desilusionados]


El lunes 19 de Abril, a las 12 de la mañana en el Salón de Grados del Edificio C de Filología y Letras, tendremos el placer de contar con la presencia de la autora, que nos hablará de su libro y podremos preguntarle y debatir con ella sobre este tema tan interesante. La traducción consecutiva correrá a cargo de la traductora, intérprete y especialista en mediación social intercultural Naima Benaicha.

LA CONFERENCIA HA QUEDADO ANULADA PORQUE LA AUTORA NO PODRÁ LLEGAR A LA UNIVERSIDAD DE ALICANTE DESDE PARÍS POR PROBLEMAS AÉREOS DEBIDO A LAS CENIZAS DEL VOLCÁN. PROBABLEMENTE VENDRÁ LA PRIMERA SEMANA DEL MES DE JUNIO. SE COLGARÁ LA INFORMACIÓN EN CASO DE SER ASÍ.

martes, 27 de octubre de 2009

Estereotipos araboislámicos.

Buenos días a las y los lectores de araboislámica. Después de estar sin actualizar el blog desde verano, volvemos, por fin, a las andadas todo el equipo y para empezar con esta nueva etapa de artículos hemos elegido un tema que seguro que causará gran controversia.

Hablemos primero de cultura general. La sociedad es ese animal que alimenta su conocimiento y su saber de varias formas. Los hay que estudian simplemente para conseguir trabajos remunerados, los hay que buscan un conocimiento que varía con los años y el aprendizaje, los hay que no pueden acceder a estudios pero tienen la curiosidad de descubrir otras realidades distintas a lo que se les plantea, los hay que conocen de oídas, los que siguen dogmas establecidos y los comprenden que se necesita una lucha contra los imaginarios universales que persisten en cada uno de nosotros.

No se si habréis oído hablar de las tres “P” , es una teoría de un filósofo holandés llamado Teun van Dijk, según él las tres P son la élite de las sociedades, las personas que realmente tiene poder para hacer realidad un cambio, estos son: Profesores, Políticos y Periodistas. De estas tres P, los periodistas ocupan un lugar privilegiado ya que controlan uno de los medios que más cala en la gente: la televisión.

La mayoría de los occidentales podrían sacarse un par de carreras y sus correspondientes doctorados si dedicaran a estudiar la mitad del tiempo que dedican en ver la televisión. La caja tonta como vulgarmente se llaman, y este nombre dice mucho, se encuentra en la mayoría de los hogares, independientemente del estatus social al que pertenezcamos. Una caja que a veces deja de ser tonta y se convierte en un arma de poder e influencia en los seres humanos. Este arma funciona a base de repeticiones y estereotipos simples y entendibles por todos, como el blanco y el negro, el cielo y el infierno, Oriente y Occidente, cristianismo e Islam.

Por otro lado, hablemos de cine. Las películas occidentales, especialmente en Hollywood, se han ocupado de demonizar el mundo árabe, su cultura y sobre todo su religión. Como ya ocurría en la literatura francesa del S.XII, los árabes son percibidos de forma muy negativa, sin que la Europa del medievo dudara ni un solo segundo que lo que se les contaba era la verdad.
En libros como los cantares de gesta podemos observar deformaciones del Islam. Por poner un solo ejemplo, los nombres de los sarracenos empiezan por “Mal”: Maltruc, Malfren, etc., Según el primer y más importante Cantar de Gesta, el Cantar de Roldán, los sarracenos medievales adoraban a varios dioses y eran hombres impíos e hipócritas, que acababan maldiciéndolos cuando perdían alguna de sus batallas. Pues bien, si tienes una mínima idea de lo que supone ser musulmán y conoces la cultura araboislámica, esta imagen resulta ser una exageración absurda, sin pies ni cabeza, y debemos felicitar a la humanidad por ser conscientes de esto diez siglos después… ¿o no?

¿Cuál es la nueva imagen del árabe en estos tiempos? Parece que ya sabemos todos que árabes no se llaman Maltruc o Malfren, ahora son Mustafá y Mohamad adoran a un solo Dios pero son retrógrados, ortodoxos y terroristas, siempre en desacuerdo con los infieles y llevando su Yihad hasta el extremo. Eso es lo que vemos en la televisión y en el cine, historias medievales hechas para entretener pero que, desgraciadamente, influyen negativamente en Occidente. Por que seamos sinceros, la gente salta de su sofá como si se hubiera pillado un dedo con una puerta cuando escucha en la televisión la palabra marroquí, argelino, iraquí,… es curioso como en los medios de comunicación parece que es importantísimo dejar clara la nacionalidad del individuo y cómo en la sociedad eso se traduce en una antipatía a lo oriental, aunque hay que señalar que ese rechazo se concentra casi exclusivamente en la nación árabe y su supuesta problemática para convivir con cualquiera que no esté de acuerdo con su credo.


Si aún no os queda muy claro de lo que os hablo podéis ver el vídeo que aparece más abajo para haceros una idea del machaque ideológico y la deformación araboislámica a la que estamos sometidos los occidentales.
http://
En relación a este tema, os voy a presentar un libro muy interesante, del que he sacado algunos datos en mi entrada. Tiene un título que llama la atención:

Contra el Islam.
Y el subtítulo aclara a qué se refiere:
La visión deformada del mundo árabe en Occidente,
Está escrito por Laura Navarro García, Doctora en Comunicación Audiovisual e investigadora del equipo Minority Media.
Este libro trata temas tan interesantes como los estereotipos hacia lo árabe e islámico, el racismo en los medios de comunicación, la inmigración y la visión universal de los emigrantes dependiendo del lugar del que procedan, es decir que existe “el moro”: como árabe pobre principalmente originario de países del Magreb y en contraposición existe “el árabe” que ya no es inmigrante se convierte en turista llegado de países como Arabía Saudí. Qué racista puede ser el lenguaje, ¿verdad?

Unos de los capítulos que más me ha llamado la atención de esta lectura es el del cine el Hollywood con una mención especial a la industria que ha sido número 1 éxitos de taquilla desde hace décadas, solo desbancada hace 4 años por el grupo PIXAR, si señores y señoras estoy hablando de las películas de Disney a primera vista inocentes dibujos animados autorizados para todos los públicos pero que después del análisis de Laura Navarro esa supuesta inocencia infantil se convierte en un mensaje subliminal racista, sexista y estereotipado.

Centrémonos en la película de Aladdín, producida poco después de la guerra del Golfo constituye uno de los mayores éxitos de la compañía Disnney y es también uno de los ejemplos más controvertidos de estereotipación racista en Disney, en este caso referida a los árabes.

Vayamos por partes, al comienzo de la película podemos escuchar la canción titulada “Noches de Arabia” que describe la cultura árabe con un tono abiertamente racista:

“Vengo de una tierra, de un lugar lejano,
donde vagan las caravanas de camellos,
donde te cortan las orejas sino les gusta tu cara,
es cruel, lo sé, y qué” (Pag.200)

Siguiendo con esta línea autorizada para todos los públicos vayamos ahora a un nivel estético:

“Todos los malos llevan barba larga y bulbosas narices, ojos siniestros y marcados acentos y están constantemente empuñando la espada, por el contrario, Aladdín no tiene una nariz larga; tiene una nariz pequeña. No lleva barba ni turbante, no tiene un acento marcado, lo que le hace atractivo es que le han dado rasgos occidentales.” (Pag.201)

Por otro lado hay un desconocimiento total de la cultura árabe como ya os decía antes que sucedía en la literatura medieval donde se deformaba el Islam, pues bien, en Aladdín volvemos a encontrarnos con la problemática de los nombres árabes.
Cuando Aladdín va a pedir la mano de la princesa Jazmine se presenta como el príncipe Aba Boua, nombre que no existe en árabe y no sólo eso recuerden queridos lectores el arquetipo de mujer árabe que se nos presenta en esta película: mujeres con sujetadores casi transparentes que enseñan buena parte de sus senos y su vientres pero que esconden sus caras con velos.

Así que queridos lectores plantéense que tipo de películas son realmente “inocentes” .
Películas como Pocahontas, El libro de la selva, Aladdín o el Rey León estas películas están cargadas de representaciones y códigos a través de los cuales a los niños se les enseña que l,os personajes que no llevan la impronta de la etnicidad blanca y de la clase media son culturalmente inferiores, desviados, no inteligentes y constituyen una amenaza.

Y para quien no esté totalmente convencido aún del daño que ha hecho Disney al imaginario occidental preguntaos algo: ¿por qué la única historia amorosa de Disney que no acaba con un “Fueron felices y comieron perdices…” es la de Pocahontas?
Un saludo.

martes, 12 de mayo de 2009

Flamenco árabe.

Primero quería daros los buenos días a las y los lectores de araboislámica. Hoy hace un día estupendo, el sol brilla en la Península (España) casi tanto como lo hace en África.
España y el Norte de África, dos pedazos de tierra que están tan cerca y tan lejos a la vez… Vecinos separados por un muro de mar azul y aguas tranquilas, separados en el nombre de Dios, separados por el color de la piel, pero más unidos de lo que creemos.

Lo malo de estos dos mundos es que siempre han intentado imponer su esencia única en vez de fusionar lo mejor de estas dos maravillosas tierras.

En España aún ahora se puede ver las hondas huellas de al- Andalus a nivel lingüístico, costumbrista y, como no, a nivel artístico y arquitectónico. Todo un lujo para nosotros ya que la diversidad hace que la personalidad de los pueblos se expanda y brille, adoptando características específicas de cada pueblo y aumentando el patrimonio de esa seña de identidad que llamamos cultura.

Todo esto os lo cuento por que el otro día buscando por la red me encontré con el vídeo que aparece más abajo.
Se trata de una fusión flamenco árabe y, sinceramente es una fusión bastante bien conseguida: letras árabes con guitarra española, gestos flamencos de pura raza con los sutiles movimientos de una odalisca… una maravilla.

Me encantaron, pero tengo un problema, no se cómo se llaman, ni de dónde son. Me gustaría que si alguien ve este post, me mande, por favor, información sobre este grupo.
Gracias y un saludo.

lunes, 27 de abril de 2009

Fulla: La barbie árabe

Fulla es la Barbie del mundo árabe. Tiene rasgos árabes, usa velo, tiene su propia alfombrita para rezar, no tiene novio y está haciendo furor entre las niñas árabes.
Fulla, la versión de la famosa muñeca Barbie en los países de Oriente Medio, está cosechando un enorme éxito entre los musulmanes, que encuentran que este juguete representa sus valores. La muñeca, con nombre de mujer que también es el de una rosa sólo presente en Oriente Medio, ha conseguido en los 18 meses que lleva en el mercado convertirse en el juguete más vendido en todos los países de la zona.
Aunque Fulla tiene un precio de 15 dólares, algo elevado en estos países, vuela de las estanterías. La muñeca tiene una variedad de vestidos según el país en el cual se venda: Para las zonas más religiosas existe una muñeca vestida con el tradicional vestido árabe de color negro y con un ‘hiyab’ (velo islámico que cubre el cabello, las orejas y el cuello de la mujer) del mismo color.
Sin embargo, en otros países como Siria o Líbano, con sociedades más abiertas, puede encontrarse a Fulla con un pañuelo blanco y vestida en tonos claros.

Fulla, desbanca, a la explosiva rubia de ojos azules de occidente, por supuesto también goza de sus cambios de vestuario, mientras en occidente la barbie tiene sus 200 novios y vive en la mansión de barbie con su descapotable y sale a fiestas “super glamourosas” con su mini falda y tacones, en oriente nos encontramos con una barbie, sin novio, casta y pura, incluye túnicas y ropa adecuada para la oración, que oculta su cabello oscura y largo. Esta tendencia ha calado en gran parte de la región desde comienzos de los años 90.
Pero la muñeca árabe no es una ama de casa, la encontramos con figura esbelta, como su hermana estadounidense, tiene ojos grandes con pestañas espesas, y pies muy pequeños y delicados.
Podemos añadir también que Fulla es mucho más barata y accesible que barbie, y desde 2003 a 2005 vendió 1,5 millones de ejemplares.
Toda esta cuestión de los juguetes infantiles, me han hecho plantearme muchas cuestiones, de los valores inculcados que nos indican el modo de vida efectivo o “correcto”que debemos llevar, tanto en occidente como en el mundo árabe, porque no creo que nadie se atreva a criticar a fulla por llevar un velo o por su vestuario, cuando aquí en occidente la barbie es totalmente un canon de belleza occidental, que vive en su m
undo de yupi, viendo la vida desde sus tacones para ser lo más de la fiesta y sobre todo para gustarle a ken.
Al fin y al cabo nos encontramos con un juguete infantil que no hace daño a nadie ¿o si?

lunes, 23 de marzo de 2009

Gertrude Bell. La reina del desierto.

Hola de nuevo a las y los lectores de ARABOISLÁMICA. Como ya sabréis teníamos pendiente la segunda entrega de las Damas de Oriente. Para informaros a los que no sepáis muy bien de lo que estoy hablando, este post pertenece a la segunda parte de una especie de trilogía sobre las andanzas femeninas por Oriente.
Las protagonistas de esta trilogía son Lady Mary Montagu, Agatha Chistrie y la mujer de la que vamos a hablar seguidamente, Gertrude Bell.

Me resulta difícil definir a esta dama en unas pocas líneas, así que lo mejor será empezar relatando una escena que transcurre en uno de sus viajes más importantes a Oriente:

“La señorita Bell aparecía subida a lomos de un camello luciendo uno de sus inconfundibles sombreros de plumas y posando orgullosa frente a la imponente figura de la esfinge de Gizeh. A su lado se encuentra su amigo Lawrence de Arabia y Churchill, que trata de mantener el equilibrio sobre su camello.”

A la edad de 53 años ya era la mayor especialista en la compleja política de la región Mesopotámica actualmente conocida como Irak. La llamaban la “Lawrence de Arabia femenina”.
Gertrude fue una especie de heroína de su tiempo, no solo porque sus hazañas en Oriente ayudaran a dibujar las fronteras y establecer una política en una región tan importante como Irak, sino porque fue capaz de mantener ese típico comportamiento inglés protocolario en un área donde el papel de la mujer era radicalmente pasivo en política y opinión.
Para que os hagáis una idea de lo que hablo os voy a contar algo. En una ocasión el jefe supremo de la tribu de los Anazeh dijo refiriéndose a ella:

“Hermanos, habéis oído lo que esta mujer tiene que decirnos. Es solo una mujer pero es fuerte y poderosa. Todos sabemos que Alá hizo a la mujer inferior al hombre, pero si las mujeres de los ingleses son como ella, los hombres deben ser como leones en fuerza y valor.”

Este viaje le serviría, entre otras cosas, para ganar la medalla de oro de la Royal Geographic Society en su regreso al Reino Unido.

Sólo faltaban dos meses para que estallara la primera Guerra Mundial y de nuevo la vida de Gertrude daría un giro inesperado. En un momento en que tras la desintegración del Imperio Otomano las potencias europeas se preparaban para repartirse las riquezas de Oriente Medio, los amplios conocimientos que esta inglesa tenía de la región, serían de un valor inestimable para el gobierno británico. Nadie conocía la zona como ella y los principales jeques del lugar la conocían y respetaban, apodándola “la reina del desierto”. Un año después de que estallara la Guerra la señorita Bell volvería a Oriente convirtiéndose en la única mujer del ejército británico con un cargo político, Gertrud tenía entonces 48 años.

Por supuesto el hecho de ser mujer limitaba los movimientos de la dama, ella misma decía:

“Siendo una mujer, al diablo con mi sexo, una puede hacer poco más que tomar notas (…) es poca cosa comparado con lo que supone participar activamente, entrar en acción”

Más tarde conocería al rey Faysal de la mano de Lawrence de Arabia y tras terminar la Primera Guerra Mundial el trabajo de Gertrud adquirió una dimensión que jamás hubiera imaginado. Sus superiores le encargaron que estableciera las fronteras del nuevo Irak. Durante días se encerró en su despacho lleno de mapas y documentos para realizar tan importante tarea:

“A veces me siento como el Creador a mediados de semana. Sin duda se preguntaría cómo deberían ser las cosas, igual que hago yo”.

Una mujer que marco una época y un territorio, una mujer con poder en tierra de hombres, una coqueta dama y experta amazona que encandiló tanto a jefes tribales como a todo un poderoso imperio.

Desde Araboislámica os recomendamos una lectura profunda de su vida y hazañas.

Las Damas de Oriente. Cristina Morató. Ed. Plaza y Janés, Barcelona 2005.
La reina del desierto. La vida de Gertrude Bell, aventurera, asesora de reyes y consejera de Lawrence de Arabia.
Janet Wallach, Madrid, 2000
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sábado, 14 de marzo de 2009

Tolerancia y multiculturalidad (7ª). Al-Andalus: tópicos y mitos



Después de bastantes días y por motivos ajenos a mi voluntad, retomo mis comentarios sobre el libro de R. M. Rodríguez Magda, Inexistente Al Ándalus. De cómo los intelectuales reinventan el Islam. Si mi primer comentario se centraba en el tema de la violencia, este segundo se refiere a la cuestión de la raza y la cultura, ¡ahí queda eso!



Como decíamos, Rodríguez Magda intenta defender su original teoría de que los musulmanes son muy violentos, en lugar de sostener que el ser humano (en líneas generales) es muy violento, y, sobre todo, en tiempos premodernos (valgan los tres ejemplos del lado cristiano presentados en mi anterior artículo). Pero, también hace lo imposible por dejar claro que lo positivo que hubo en la cultura árabo-islámica (si hubo algo), no fue cosa de los árabes en ningún caso, ni de los musulmanes casi nunca, sino que ¡puras casualidades de la vida!, siempre fueron gentes de otras razas y pueblos los que, a pesar de vivir bajo el yugo arabo-islámico, lograron pensar y crear cultura.



Su tesis es la siguiente:

“Resulta de capital importancia a la hora de adjudicar protagonismos culturales no pensar en bloques homogéneos y ahistóricos, sino resaltar las diferencias entre lengua, cultura, religión y pertenencia racial o nacional de sus autores.” [p. 37]

Para lo que no duda, al “resaltar las diferencias” en marcar las diferencias:

“Toda esta labor de traducción, realizada casi en su totalidad por sabios no musulmanes, puso al alcance de los árabes los textos clásicos de la Antigüedad, lo que propició el surgimiento de buena parte de las figuras más relevantes de la cultura islámica ya en los siglos IX y X –si bien autores como Shafa no dejan de señalar la ascendencia persa de la mayoría de ellos.” [p. 61]

O:

“Los filósofos más relevantes de la cultura árabo-islámica, si excluimos la línea persa denostada por Yabri, son hispanoárabes” [p. 74].

O:

“la escasa originalidad de la cultura árabo-musulmana si tenemos en cuenta, por ejemplo, que al-Juwarizmi y Avicena eran persas, que el primero desarrolla la matemática hindú, que al-Samaw´ al-Magribi era judío y que al-Battani era harranita, esto es, pagano-sabeo.

Y, por poner una última cita para no alargarme en exceso, dice:

“Reiteradas situaciones adversas tuvieron que sufrir los filósofos árabes más conocidos, casi todos como hemos dicho de origen étnico hispano.” [p. 53]

¡La tan traída y llevada etnia hispánica! No deja de sorprenderme que cuando parece que ya han sido superadas algunas etapas dentro del desarrollo del pensamiento, resulta que, de pronto, se retoman ideas, ya periclitadas, que vuelven a aparecer con más fuerza, como los virus. Volver a oír hablar de “La España preislámica” o, peor aun de “la España ocupada” [p. 36] es desalentador. Afirmar que los filósofos árabes más conocidos “eran de origen étnico hispano” nos retrotrae a figuras como F. Simonet o C. Sánchez Albornoz, grandes eruditos e importantes figuras de nuestra historia, pero cuya ideología les condicionó de tal forma que es difícil leerlos sin esbozar, en muchas ocasiones, una leve sonrisa, por lo marcados que estuvieron por la época que les tocó vivir. Es una pena que se vuelva en nuestro país a posiciones esencialistas en las que Hispania/España ¿cómo etnia? y el cristianismo como religión se antepongan como estandarte a la lógica científica y a la verdad histórica.



En relación a lo anterior hay una cuestión básica. Cuando los especialistas tratan del papel jugado por la cultura árabo-islámica como hito en la historia de la civilización humana o en su función esencial en la transmisión del saber greco-latino e indio a Europa, no se están refiriendo a árabes que fueran musulmanes (visión estrecha y lejana a la realidad) sino a cualquier habitantes el extensísimo territorio que abarca el mundo árabo-islámico clásico. Es decir, además de los árabes musulmanes: árabes cristianos [coptos, nestorianos, melkitas, etc.], persas musulmanes o zoroastras, beréberes musulmanes, judíos, armenios cristianos, kurdos musulmanes, andalusíes cristianos, andalusíes musulmanes, andalusíes judíos, turcos musulmanes, mongoles cristianos, mongoles musulmanes, musulmanes o cristianos de origen siciliano, catalán, gallego o castellano que vivían dentro del mundo árabo-islámico, etc. Es decir, se dieron multitud de combinaciones de pueblos, religiones, lenguas y costumbres que tenían como denominador común un poder político islámico (en mayor o menor medida), la lengua árabe (hablada por muchos y conocida como lengua religiosa y de cultura por muchísimos más) y unos rasgos culturales en los que prima el Islam como religión/cultura, con multitud de variantes locales. Por ejemplo, el hecho de no comer cerdo, el estilo y arquitectura de las ciudades, etc. El entrar en disquisiciones raciales (por no llamarlas racistas) de si las aportaciones al legado arabo-islámico fueron más de los persas, de los judíos o de los andalusíes de origen peninsular es una discusión baladí que no nos lleva a ninguna parte.



Imágenes: 1)Maqamas de al-Hariri, 2) Ejército musulmán, 3) Ejército cristiano. Beato de Liébana, 4) Francisco Javier Simonet, autor de Historia de los mozárabes de España, 5)Claudio Sánchez Albornoz, medievalista español, 6) Callejuela de Fez.

[Continuará]

domingo, 25 de enero de 2009

Tolerancia y multiculturalidad (5ª parte). Al-Andalus. Mito y realidad


Parece que al-Andalus sigue levantando pasiones. Con sus fervientes admiradores y no menos ferviente detractores, la historia y sociedad de la Península Ibérica (que no España) en el largo periodo de gobiernos musulmanes parece no dejar indiferente a nadie.
Enlazando con la entrada anterior, dos parecen ser los ámbitos que hacen “distinta” a al-Andalus frente a otros espacios del mundo islámico clásico:

1-Es un espacio de frontera y, como tal, sirvió de puente de transmisión de saberes.

2-Es un espacio de convivencia y coexistencia diversa entre musulmanes, cristianos y judíos bajo dos realidades político-religiosas:
A.Bajo un poder político y una cultura árabe e islámica vivieron cristianos y judíos.
B.Bajo un poder político y una cultura latina y cristiana vivieron musulmanes y judíos.

La unión de ambos espacios, el de frontera y el de convivencia, da lugar a uno nuevo, la convivencia en la frontera, una rica casuística de relaciones interculturales e interreligiosas en las fronteras de ambas sociedades, relaciones más complejas y difíciles que las que se dieron en otras zonas.

Volvamos a esas dos corrientes enfrentadas en su concepción de al-Andalus. La primera considera que las relaciones interconfesionales en al-Andalus, en particular, y en la Península Ibérica durante la Edad Media, en general, fueron casi idílicas, constituyendo un ejemplo irrepetible de buena vecindad entre musulmanes, cristianos y judíos, modelo único y añorado. La segunda, por el contrario, defiende que la mitificada convivencia andalusí no es más que una patraña, una deformación de la realidad, ya que los cristianos y judíos bajo el Islam sufrieron terribles pruebas bajo el yugo sarracénico.

Como suele ocurrir –o esa es mi opinión- en el justo medio está la virtud. Es decir, ni tanto ni tan calvo. Desde una posición académica y científica, no se puede sostener ni la defensa idílica ni la violenta crítica.

Para aclarar más el tema, mencionaremos algunas obras que defienden una u otra posición ideológica. Generalizando mucho, podríamos afirmar que la primera corriente es defendida por autores árabes (nostálgicos de un exitoso pasado de dominio político y cultural) y por autores españoles y europeos que dan una imagen edulcorada, donde las relaciones humanas se dan en recreaciones teatrales, tópicas, de personajes de novela.


La segunda imagen de al-Andalus se da dentro de una corriente que, a grandes rasgos, podemos situar dentro de una más amplia, la de la islamofobia, y que se acerca al tema desde posiciones más viscerales (por mucho que pretendan justificar con textos y ciencia sus aportaciones) que cerebrales. En este grupo podríamos citar, en España, a S. Fanjul, A. Elorza, C. Vidal o R. Mª. Rodríguez Magda.

Precisamente, en marzo de 2008 se publicó el libro de Rodríguez Magda, Inexistente Al Ándalus. De cómo los intelectuales reinventan el Islam, que fue Premio Nacional de Ensayo Jovellanos, 2008. Como su propio título indica, se refiere a esta cuestión, aunque no sólo, el velo y el integrismo islámico no podían faltar.
A continuación, voy a hacer una serie de comentarios, de modo esquemático, a dicha obra premiada, que daría para escribir mucho más de lo que pretendo presentar ahora, ya que es un libro que no tiene desperdicio.



1-VIOLENCIA.
La autora intenta demostrar el carácter violento de la conquista musulmana de la Península. No creo que nadie niegue dicho punto. Como ella bien dice, “La conquista de la península ibérica se produjo de la forma violenta que toda conquista comporta” (p. 42). No obstante, es bien sabido que en la Península Ibérica hubo ciudades y zonas tomadas por la fuerza y otras pacíficamente, cuyos habitantes se entregaron y pactaron con los ejércitos musulmanes. Pero no voy a entrar aquí en presentar las diversas, matizadas y bien documentadas aportaciones de arabistas e historiadores sobre el tema. Centrémonos en la obra que nos ocupa. R. Mª Rodríguez Magda cita una fuente tardía, traducida al castellano, la historia de Ibn al-Kardabus, y, en su afán por extraer fragmentos bélicos de los ejércitos musulmanes, engarza las citas de dicho autor sobre la conquista con otros momentos (violentos) de la historia andalusí, como las campañas de Almanzor (finales del s. X) o la descripción de la toma de Valencia y la incursión almorávide en Cataluña (s. XI). Todos los ejemplos (que sean del periodo de la conquista de al-Andalus o de dos o tres siglos más tarde no es lo que cuenta, pecata minuta) le sirven para afirmar con rotundidad el carácter violento de la conquista musulmana así como para corroborar su idea de que los musulmanes no son paradigma de tolerancia ya que, hasta un historiador musulmán “no duda en describir las gestas y tropelías que en su momento, solo podían ser señal de orgullo del poder musulmán” (p. 45).



Pero, ¿acaso la violencia es exclusiva del mundo árabo-musulmán en la Edad Media? Obviamente no. Ponerse a citar ejemplos de hechos violentos perpetrados por poderes y ejércitos cristianos o musulmanes nos haría entrar en una espiral absurda y pueril. Podríamos citar, por ejemplo, y siempre textos transmitidos por fuentes cristianas:

1)Finales del s. XI. Año 1099. Toma de Jerusalén por los cruzados.

"Habiendo entrado peregrinos en la ciudad, persiguieron y degollaron a los sarracenos hasta el Templo de Salomón, donde hubo tal carnicería que los nuestros caminaban con sangre hasta las rodillas. Los cruzados corrían por toda la ciudad arrebatando oro y plata, caballos y mulas, haciendo pillaje en las casas que sobresalían por sus riquezas. Después felices y llorando de alegría, se fueron a adorar el sepulcro de Nuestro Señor Jesucristo, considerando saldada la deuda que tenían con Él" (Raimundo de Aguilers, cronista presencial)



"Se ordenó sacar fuera de la ciudad todos los cuerpos de los sarracenos muertos, a causa del hedor extremo, ya que toda la ciudad estaba llena de sus cadáveres... hicieron pilas tan altas como casas: nadie había visto una carnicería semejante de gente pagana. Las hogueras estaban dispuestas como mojones y nadie, excepto Dios, sabía su cantidad". (Guillermo de Tiro)


2) Siglo XII. Año 1138. “En el mes de mayo de 1138 el emperador Alfonso tomó a Rodrigo Fernández, jefe del ejército de Toledo y muy brillante en la guerra, al conde Rodrigo del territorio de León, a otros varones y nobles consejeros de su palacio y un gran ejército de Extremadura y poniéndose en camino acampó junto al río llamado Guadalquivir. Numerosos escuadrones dedicados al pillaje se alejaron durante muchos días, saquearon todo el territorio de Jaén, Baeza, Úbeda, Andujar y de otras muchas ciudades, prendieron fuego a todas las villas que encontraban, destruyeron sus mezquitas y entregaron al fuego los libros de la ley de Mahoma. Mataron a golpe de espada a todos los doctores de la ley que encontraron. Hicieron cortar las viñas, olivos, higueras y todos los árboles, y regresaron al campamento ante el emperador llevando consigo una gran multitud de cautivos, hombres, mujeres y niños, regalos de oro y plata, vestidos muy valiosos, todas sus riquezas, todos su ajuar y grandes rebaños de caballos, yeguas, vacas, ovejas y cabras.” [Crónica del Emperador Alfonso VII, intro. trad., notas e índices de M. Pérez González, León, 1997, p. 106.]



3) Siglo XII. Los desmanes cometidos por cruzados y peregrinos nórdicos en las ciudades de Lisboa y Silves se conocen –entre otras fuentes- por el cronista inglés Rogelio de Hoveden y por el relato de un testigo ocular de la toma de Lisboa, cuya obra se conoce como De expugnatione Lyxbonensi. El cronista relata lo que ocurrió con la población cristiana que vivía bajo poder islámico en Lisboa (los conocidos como mozárabes) tras la rendición de la ciudad el año 1147, “se produjeron actos de rapiñas y violaciones. Ni siquiera respetaron la vida de un obispo muy anciano, que, al parecer, presidía la comunidad mozárabe de Lisboa, el cual, como reconoce el propio autor de la Expugnatio, fue degollado contra todo derecho, divino y humano (Episcopum antiquissimum preciso jugulo contra jus et fas occidunt)".


Resulta estremecedor el espectáculo de los muertos insepultos por las viñas, las aldeas, las plaza y entre los escombros de las casas, pero es todavía más el de los supervivientes que, más semejantes a cadáveres que a personas vivas, pasaban arrastrándose por el suelo abrazando y besando la señal de la cruz, y proclamando la bondad de María Madre de Dios, de modo que en todos sus actos y palabras, incluso en los extremos de su agonía, mezclaban con su llanto el nombre de María, y la invocaban conmovedoramente en estos términos: Mariam Bonam, Bonam Mariam.” [J. Ferreiro, Arribadas de normandos y cruzados…, p. 164-5].


Años más tarde, en 1197, “El ejército del Emperador, que de Alemania y otras regiones había emprendido el camino por mar a Jerusalén, …, arrebató la ciudad de Silves de manos de los paganos, y los cruzados la destruyeron totalmente no dejando piedra sobre piedra. Temían, pues, que si se la entregaban al rey de Portugal, éste la volviera a perder como lo había hecho antes” [Arribadas de normandos y cruzados, p. 184].

Véase también una breve mención al brutal saqueo de Constantinopla por la coalición de venecianos y cruzados a inicios del siglo XIII (1204) en la entrada de este blog “Libros perdidos”.

En resumen, la violencia era (y es, pero hablamos de otros tiempos) algo consustancial a la vida de entonces, en el plano teórico y en el día a día, tanto en el mundo musulmán como en el cristiano, en contextos de batallas, masacres civiles, destrucciones, castigos ejemplares, etc. Es un fenómeno común a la época premoderna. En el magnífico libro de E. Manzano, Conquistadores, emires y califas. Los omeyas y la formación de al-Andalus, Barcelona, 2006, hay un capítulo en el que se hace patente “la extremada violencia con la que se ejerce el poder” [p. 421]. El suceso que relata se refiere al califa ´Abd ar-Rahman III (912-961) pero podría servir para cualquier de los grandes dirigentes político militares del periodo premoderno, cristianos o musulmanes.

[continuará]

Imágenes: 1- Mapa Al-Andalus en época de Taifas. Primera mitad s. XI; 2- Mapa de al-andalus. Época califal (s. X); 3-Musulmán y cristiano juegan al ajedrez; 4- Ejército musulmán (Maqamas de al-Hariri); 5- Cruzados en Jerusalén; 6- Toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon; 7- Coronación de Fernando VII; 8- Itinerario de las Cruzada; 9- Mozárabes.

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