Adéntrate y descubre la historia y la cultura árabe e islámica.


jueves, 23 de septiembre de 2010

Raï, música argelina.

Hola lectores, como podéis comprobar en el post de abajo, el próximo octubre tendremos unas jornadas muy interesantes: I Jornadas hispano-argelinas Orán-Alicante. La Argelia de hoy: género, cultura y sociedad. En dichas jornadas, exactamente el miércoles 27, tendremos el placer de disfrutar con la música de una de las voces más de moda del Raï argelino, el cantante Chef Fayçal.

La música raï es un estilo musical típico en Argelia, tanto es así que fue reconocida por el gobierno argelino en 1985, tras ser censurada anteriormente por su ideología y sus letras liberales y críticas. El raï, que en árabe significa “opinión”, es para los jóvenes argelinos lo que el hip-hop para los americanos o, en su defecto, el rap para los occidentales o el reggae para los Jamaicanos. De hecho, en muchas ocasiones, podemos disfrutar de estos tres estilos musicales fusionados.

Antiguamente, prohibido por los moralistas islámicos, se cantaba en tabernas y zocos. Bailarinas y músicos cantaban a los placeres de la vida y ponían en entredicho así el sistema de valores vigente. Es entonces cuando surge el raï moderno, la opinión de la calle, el arte musical con tendencias liberales y una opinión sin ataduras de ningún tipo.
Todo este tipo de arte que se sale, de algún modo, de los cánones decretados por la sociedad y el sistema, corre el peligro de ser perseguido y censurado. Sin ir más lejos uno de los cantantes de raï más famosos fue asesinado por un fundamentalista islámico mientras regresaba a casa tras una grabación. El asesinato de Cheb Hasni tuvo como respuesta una masiva manifestación el día de su funeral.

Así que si queréis disfrutar de un estilo de música diferente a todo lo que hayáis oído hasta ahora, desde Araboislámica os invitamos al concierto de Cheb Fayçal que os recuerdo que será el miércoles 27 de Octubre  a partir de las 18:00 horas en el anfiteatro del Museo de la Universidad de Alicante. Para los que no estén matriculados a las Jornadas, la entrada costará 5 euros. 

Quién sabe, quizá estéis ante el próximo Bob Marley y os lo vais a perder. De momento os dejo un vídeo con una canción suya. 
Un saludo.

martes, 21 de septiembre de 2010

I Jornadas hispano-argelinas Orán-Alicante. La Argelia de hoy: género, cultura y sociedad



LUNES, 25 DE OCTUBRE
RELACIONES ESPAÑA-ARGELIA/ALICANTE-ORÁN

9-9.45 h.
Inauguración a cargo del Sr. Rector Magnífico de la Universidad de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda, Su Excelencia el Embajador de Argelia en España, Mohammed Haneche y Yolanda Parrado, directora de Casa Mediterráneo.

9.45-10 h.
Apertura de las Jornadas a cargo de Eva Lapiedra

10-11 h.
Eva Lapiedra Gutiérrez-Luis F. Bernabé Pons (Universidad de Alicante)
CONFERENCIA: "España y el nacimiento de la Argelia moderna"

11h-12h.
Juan David Sempere (Universidad de Alicante)
CONFERENCIA: "Relaciones históricas Alicante-Orán"

12-12.30 h. Descanso: Té y pastas argelinas.

12-13.30 h.
Javier Galván (Doctor en Arquitectura. Director Instituto Cervantes de Orán)
CONFERENCIA: "El patrimonio español en Orán"

13.30-14.30 h.
MESA REDONDA: "La cooperación española en Argelia"
José María Troncoso Perera (Coordinador General de la Agencia Española de Cooperación Internacional en Argelia y Población Saharaoui, Área de Gobernanza y Cooperación de Casa Mediterráneo) y Anna Mata (coordinadora universitaria de la Xarxa Lluis Vives)

17.30-19.10 h.
Proyección de la coproducción de Argelia y Francia Harragas, director y guionista Merzak Allouache, 2009. Ganadora de la Palmera de oro de la XXX Mostra de Valéncia- Cinema del Mediterráneo. 1 h. 10 m

19.15-20.30 h.
Inma Garro (Licenciada en Filología Árabe y lectora de español Universidad de Argel)
CHARLA-COLOQUIO: "Retos y perspectivas de las nuevas generaciones en Argelia"
Sede Universitaria de Alicante (Paseo de Canalejas)



MARTES, 26 DE OCTUBRE
EL DEVENIR HISTÓRICO TRAS LA INDEPENDENCIA. EXPERIENCIAS EN FEMENINO

9-10 h.
Zoubida Khelladi (Vicedecana de la Facultad de Letras, Lenguas y Artes Universidad Es-Senia Orán)
CONFERENCIA: "La mujer argelina en los viajeros españoles de los siglos XIX y XX"

10-11 h.
Wassyla Tamzali (Abogada, escritora, ex directora de los derechos de las mujeres en la UNESCO)
CONFERENCIA: "El feminismo en Argelia y en Marruecos: historia y objetivos presentes"

11 h-11.30 h. Descanso

11-12.30 h.
Naima Benaicha Ziani (Traductora, intérprete. Experta universitaria en Mediación Social Intercultural y Especialista Universitaria en Cooperación Internacional al Desarrollo
CONFERENCIA: "Orán 20 años después. Impresiones desde la otra orilla"

12.30-13.30 h.
Pase del documental La moitié du Ciel d’Allah, Francia-Argelia (1995), versión francesa, 53 m. de Djamila Sahraoui, directora y guionista.

17.30-19.05 h.
Pase del largometraje Barakat (2006), 1h 34 m.

19.05-20.30 h.
Debate abierto con la autora Djamila Sahraoui: "De La moitié du Ciel d’Allah a Barakat. La mujer argelina: discurso político e Islam"
Sede Universitaria de Alicante (Paseo de Canalejas)



MIÉRCOLES, 27 DE OCTUBRE
ANÁLISIS SOBRE LA REALIDAD SOCIO-CULTURAL Y POLÍTICA ARGELINA

9-10.15 h.
Nouria Remaoun (Directora del CRASC (Centro de Antropología Social y Cultural) de Orán, Socióloga y especialista en temas de género, educación y reforma universitaria)
CONFERENCIA: "Los principales retos de la sociedad argelina: un análisis sociológico"

10.15-11.30 h.
Kamel Daoud (Periodista y cronista en Le Quotidien d’Oran, escritor y ganador del premio Nacional de Literatura Mohammad Dib)
CONFERENCIA: "La prensa argelina y su impacto socio-político en la sociedad"

11.30-12 h. Descanso

12-13.15 h.
Hadj Miliani (Profesor en la Universidad de Mostaganem, especialista en cultura popular y patrimonio inmaterial. Miembro de la asociación APICO: Association pour la promotion de la culture oranaise)
CONFERENCIA: "La cultura argelina oranesa: una perspectiva antropológica"

13.15-13 h. Clausura del curso.

20.00h. Concierto de música Raï: Cheb Fayçal. Una de las voces más de moda del Raï oranés.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Argelia en los mundiales (fútbol e identidad)

Autor: Javier Galván, director del Instituto Cervantes de Orán (Argelia)




Argelia ha participado por tercera vez en la fase final de un campeonato mundial de fútbol. La primera fue en el Mundial de España 1982, donde se produjo una victoria mítica contra la potentísima Alemania, en la ciudad de Gijón, ciudad que ocupa en la memoria colectiva argelina un lugar equiparable -metafóricamente hablando- al de Trafalgar para los ingleses o Bailén para los españoles. Las victorias deportivas juegan en el sentimiento de orgullo nacional contemporáneo un papel similar al que jugaban las victorias militares en el pasado.

Desgraciadamente aquella victoria no les sirvió a los argelinos ni siquiera para pasar de la primera fase, ya que alemanes y austriacos, en el último encuentro del grupo, alcanzaron un resultado beneficioso para ambos (?) que dejó fuera a Argelia. Incluso aquella victoria va ligada en la memoria a la frustración de la eliminación, y a la presunción, difícil de diluir, de ser víctima de un destino (mehtoub) injusto: fatalismo.

La clasificación para la fase final del mundial en Sudáfrica, por el impacto que provocó en la sociedad argelina, es ya uno de los episodios más interesantes de analizar en la historia contemporánea de este país[1].

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Los mundiales de fútbol están a punto de comenzar. En las calles se han instalado algunos puestos con camisetas, gorras, y demás parafernalia al uso, con los colores del equipo nacional argelino. De algunos coches salen las notas del ”Allez, allez, viva l’Algérie” [Alé, alé, viva l’alyiré ] que en el mes de noviembre se convirtió en un nuevo himno nacional. En algunas calles se han instalado banderas gigantes como los toldos urbanos que cubren en verano las calles de Andalucía, las mismas que cambiaron el paisaje urbano en noviembre pasado, pero con mucha menor profusión.



La Sonatrach –la empresa nacional que gestiona los inmensos recursos naturales energéticos- ha instalado pantallas en todas sus oficinas para que sus trabajadores puedan seguir los partidos de su equipo nacional, evitando así esos días un muy probable alto absentismo laboral. Ciertamente todo el mundo está pendiente de los Mundiales, pero eso no tiene el reflejo en la calle que cabría esperar.

Si bien muchos argelinos han cambiado sus fotos de perfil en Facebook por muñequitos que representan jugadores del equipo nacional, no pocos han sacado del armario la camiseta de la selección española que portaron tras el triunfo de “La Roja” en la Eurocopa, ahora hace dos años [2]. Sin embargo no se ven en demasía –como podría suponerse- las camisetas blancas y verdes, que todo el mundo vistió en aquellos días inolvidables de noviembre de 2009.
¿Dónde está aquella energía desencadenada durante y tras la victoria de Jartum? ¿Dónde ese orgullo de ser argelino, que no se había manifestado desde la independencia hasta la victoria del 18 de noviembre?



Es cierto que en lo estrictamente deportivo los resultados de la selección argelina tras aquel día han sido decepcionantes. La Copa de África jugada en enero en Angola supuso una decepción, con derrotas humillantes ante Malawi (3-0), y sobre todo ante el gran enemigo: Egipto (4-0), que además resultó ser el campeón. La derrota ante Egipto, aún trufada de una actuación arbitral nefasta, hizo que volviera a primer plano el tan familiar victimismo: “Masskina -Aljazair”(pobre Argelia)[3]. Si bien en esta ocasión ese victimismo se encauzó de manera positiva, suscitando todo tipo de acciones de apoyo moral al “ultrajado” equipo nacional.

La euforia de noviembre se ha ido poco a poco disipando, y las malas actuaciones de los partidos preparatorios prácticamente la han liquidado, dando paso a una cierta apatía, que puede explicarse como un mecanismo de defensa sicológico, preventivo contra la frustración que llevaría consigo el fracaso. Parafraseando a Manuel Castells: para evitar una “caída aún más dura en el pozo de las frustraciones” Este miedo al fracaso, o más precisamente está precaución de no ilusionarse, pueden considerarse como consecuencia y a la vez metáfora de la frustración permanente que supone el fracaso de la construcción contemporánea de la nación argelina y de su identidad.

Las expectativas producidas por la dinámica generada tras el éxito de Jartum, no se han materializado en nada tangible. Ahí quedará siempre ese momento, como un referente, más como un hito o jalón que como el comienzo de una nueva dinámica motora de cambios sociales y políticos.

La falta de continuidad es una de las constantes del temperamento argelino, que podemos constatar a diario en múltiples proyectos y experiencias: eclosión, movilización, gran interés colectivo por una determinada causa, que raramente da lugar a un programa de actuación, a una acción coordinada y proyectada en el tiempo. El concepto de “continuidad” parece incompatible con lo que podríamos llamar “mentalidad argelina”. Proyectos que nunca se llevan a cabo, iniciativas que se quedan a medio camino una vez extinguida la inercia del impulso original, o todavía peor, contrarrestada esa inercia con fuerzas opuestas que acaban bloqueando la acción inicial.

Podríamos hablar de un cierto nomadismo sicológico que dificulta o impide toda acción que requiera programación y/o continuidad. Un nomadismo que sin excluir orígenes de orden socio-antropológico estaría más bien enraizado en el devenir histórico-político de Argelia, donde no pudo llegar a cristalizar una identidad nacional y política: regencia otomana, colonialismo francés, socialismo, islamismo, etc. Un nomadismo ligado a la dificultad (imposibilidad) de que cristalice una auténtica identidad argelina. Nomadismo[4]como mecanismo de defensa, tal vez, ante la frustración, que evita acometer empresas colectivas como la creación de una identidad nacional.

Es paradójico por ejemplo que una gran número de argelinos elija o desee vivir en Francia y adoptar la nacionalidad francesa, cuando sus padres o abuelos lucharon contra el poder colonial para forjar una identidad propia. El caso de la ciudad de Orán –ciudad de éxodos- resulta paradigmático, al ser poblada, despoblada y repoblada repetidamente a lo largo de su historia. La conquista por los españoles en 1509 provocaría la huída de toda la población musulmana. Cada vez que españoles y otomanos la ocupaban sucesivamente sucedería lo mismo. En 1962 tendría lugar el último episodio con el desalojo precipitado de la población de origen europeo (en torno al 80% de la población total), siendo ocupada ese vacío por población musulmana de origen rural.

Se decía –dice de Orán- que era –es- la ciudad más europea de Argelia. Seguramente eso fue verdad durante el periodo colonial, y las primeras décadas poscoloniales. Ahora en un sentido metafórico podría decirse que Orán es la ciudad más argelina de Argelia, pues encarna mejor que ninguna otra las contradicciones de este país, y la dificultad para encontrarse o reconocerse, en una identidad.



La dificultad para la gestión de su centro histórico está ligada, o si se prefiere, es buena prueba de ello. Es la única gran ciudad argelina cuyo patrimonio urbano del centro histórico está totalmente desprotegido. En la falta de reconocimiento de ese rico patrimonio histórico (formado por elementos de origen merinida, ¿maltés/veneciano? español, otomano, francés) como propio, está probablemente el origen de la desidia primero y de la incapacidad institucional después para protegerlo y gestionarlo, como lo que es, una riqueza nacional. El no reconocer ese patrimonio, de múltiple origen, como algo propio –que se ama y protege- es lo mismo que no reconocer una identidad argelina, cuyo origen es igualmente múltiple y no estrictamente árabe-musulmán como todavía se preconiza desde muchos sectores.



La situación, en lo que a valoración de ese patrimonio se refiere ha empezado a cambiar en los últimos años de la mano de los intelectuales que encabezan un activo sistema asociativo, y de algunos actores venidos del exterior. No obstante, como cantan sus niños, Oran sigue siendo “la ciudad sucia y maravillosa”, imposible de gestionar. Esta definición contradictoria, un oximoron, define quizás mejor que ninguna otra la complejidad esencial de una ciudad que como Orán, refleja a su vez mejor que ninguna otra la complejidad profunda de la sociedad argelina.

Cabe preguntarse. ¿Hubiera ocurrido lo mismo el 18 de noviembre si el rival (enemigo) deportivo de Argelia no hubiera sido Egipto? Obviamente no; dejando a un lado las cuestiones meramente deportivas y las circunstancias (partido de desempate … suspense, etc.), Egipto representa para Argelia el espejo que da el reflejo de lo que Argelia no es. El “cruce de insultos” que se dirigieron ambas aficiones es significativo: algunos egipcios tildaban a los argelinos de no pertenecer al pueblo árabe, y de no saber incluso hablar esta lengua, mezclándola con el francés. Los argelinos por su parte acusaban a los egipcios de connivencia con Israel, y de no ser verdaderos musulmanes.

La “descalificación” de no ser árabes es un disparo dirigido directamente a la línea de flotación de la identidad argelina. Argelia ha pretendido cimentar su identidad sobre la base de la pertenencia al pueblo árabe, lo cual antropológica e históricamente está muy alejado de la realidad. Además de la bandera argelina, omnipresente en las calles aquellos días de noviembre, se veían también algunas banderas de Palestina. La solidaridad con la causa palestina está muy arraigada en el corazón argelino. El hacer ostentación de ello aquellos días puede interpretarse como la expresión de la pertenencia a la familia árabe-musulmana y al mismo tiempo como acusación a Egipto por no tener una política más radical contra el enemigo por antonomasia de esa familia: el estado de Israel. Los argelinos con ello le espetaban a los egipcios: “Somos más árabes y más musulmanes que vosotros”. A lo que los egipcios replicaban: “No sois árabes, habláis francés”.



La victoria de Jartum trajo consigo el despertar del orgullo de ser argelino, de pertenecer –por primera vez en mucho tiempo- a un colectivo ganador; la victoria no era solamente una victoria, en abstracto, una victoria contra la propia frustración histórica, sino también –al producirse contra Egipto- una victoria contra los propios complejos, una victoria puntualmente exorcizadora y catárquica.

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11 de junio.
Comienza el Mundial. Las calles están desiertas durante la ceremonia inaugural, mucho más desiertas que cualquier otro viernes (día festivo de la semana musulmana).

Pero quedan sólo dos días para que Argelia debute en el Mundial, y las calles de las ciudades argelinas no son ni siquiera una sombra de lo que fueron en aquellos días previos y posteriores al ya mítico 18 de noviembre. Quizás el espíritu combativo-festivo se recupere si Argelia vence a Eslovenia…

13 de junio
Hoy ha debutado Argelia en el Mundial. La expectación antes y durante el partido ha estado a años luz de la vivida en noviembre. Podemos decir que es la expectación normal que despertaría en cualquier país el debut de su selección.



Argelia además ha perdido ante el equipo teóricamente más asequible del grupo. Una derrota tonta propiciada por dos errores tontos: el de un delantero que se hizo expulsar al dar el balón con la mano, y el fallo garrafal del portero en el gol. El miedo al fracaso parece haber hecho mella en los jugadores como lo había hecho en los días previos en la afición.

18 de junio
Vuelve el espíritu de Jartum. Argelia ha empatado ante el potente equipo inglés, jugándole de tú a tú, incluso mejor. Se puede considerar una hazaña, y las gentes, deseosas de poder celebrar éxitos, así lo ven como un gran éxito, y se lanzan a las calles a celebrarlo. Aunque un amigo argelino poco aficionado al fútbol dice: “no hemos metido un solo gol, y vamos los últimos del grupo: ¿qué estamos celebrando? Además salvo tres jugadores todos los demás juegan en equipos europeos”. Esta última objeción de mi amigo, encierra una gran verdad no sólo en fútbol, sino en cualquier disciplina: una parte considerable de los argelinos que destacan, acaban emigrando. La diáspora se ha convertido en la “wilaya” [5] argelina más poblada, y con gente más capaz.



23 de junio.
¡Se acabó!: Argelia casi empata con Estados Unidos –lo que tampoco hubiera valido para clasificarse- pero al final perdió 1-0. En realidad, era lo esperado: No se puede decir que se acabó el sueño, porque no hubo tal. El sueño era estar en Sudáfrica y eso ya se había conseguido.

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Tras la esperada eliminación de su equipo nacional, los aficionados argelinos al fútbol se identifican con el equipo español, no sólo por ser uno de los favoritos, sino por las afinidades mediterráneas, y -sobre todo en el Oeste del país- por las estrechas relaciones: históricas, de proximidad geográfica, de simpatía en definitiva [6]y los argelinos vibran con el triunfo de España en la Copa el Mundo. “África ha elegido a España” es el titular a toda portada del diario Le Quotidian d’Oran el 12 de julio.

12 de julio.
Despacho de la agencia EFE, publicado en La Vanguardia.

“Miles de barceloneses celebran en las calles de la ciudad el triunfo de España frente a Holanda en el Mundial de Fútbol celebrado en Sudáfrica. Las aproximadamente 75.000 personas que, según la Guardia Urbana, han presenciado la final del Mundial de Fútbol en la avenida María Cristina de Barcelona, han expresado su alegría con aplausos y vítores tras proclamarse España campeona”



Hasta el triunfo en la Eurocopa de 2008, pero sobre todo hasta este mundial, hacer ostentación de la bandera española –o de sus colores- tenía connotaciones políticas y sobre todo ideológicas para quien la portaba; incluso en determinados entornos estigmatizaba. Pues bien, con la ascensión de La Roja a la cúspide, eso ha cambiado de forma radical: se vendieron kilómetros de tela con los colores rojo y gualda, que se pusieron de moda en el mundo, y también por toda España.

El triunfo de España en Sudáfrica provocó un sentimiento aglutinador similar, salvando las distancias, al que experimentó Argelia tras obtener la clasificación. Parafraseando a Kharroubi Habib podemos decir que lo que la política no ha llegado a poder realizar en el plazo de veinticinco años en España, lo ha conseguido La Roja.

El triunfo español no va a hacer que España salga de la crisis económica –aunque tendrá una repercusión económica favorable. En Argelia las cosas siguen más o menos como estaban antes de la clasificación. Sin embargo algo ha cambiado para muchos en la forma de sentirse argelino, así como algo también ha podido cambiar en algunos en la forma de sentir la pertenencia a España. Cuando dentro de varias décadas se hagan estudios sobre la sociedad argelina y la sociedad española, muy probablemente en ambos casos se dirá que algo cambió en ambas con el Mundial de Sudáfrica.



Notas:

[1]Ver: “Mucho más que un partido de fútbol. (La noche que Argelia se reconcilió consigo misma).”GALVÁN Javier. http://araboislamica.blogspot.com [jueves, 3 de diciembre de 2009].
[2]Es Argelia el país del mundo donde se utilizan con mayor profusión las camisetas de los equipos de fútbol como atuendo cotidiano. Hay en el argelino –como probablemente en todos los ciudadanos de países poco acostumbrados al éxito- un anhelo de identificarse con el vencedor. A finales de mayo siempre aparecen con profusión camisetas del equipo vencedor de la Champions League.
[3]“Masskina -Aljazair”(pobre Argelia) es una canción y también un lugar común en el imaginario argelino.
[4]Como vivencia empírica o experiencia cotidiana, hace mucho que el nomadismo ha desaparecido de nuestro horizonte vital, debido a la extinción de las condiciones generales de vida que lo posibilitaban. Lo que sí queda es una conciencia nómada, un nomadismo psicológico que nos inclina con mucha fuerza, por ejemplo, a seguir viviendo al día, a no preocuparnos por el mañana, a dar por supuesto aquello de “Dios proveerá”. (Joaquín Albaicín)
[5]Subdivisión administrativa de algunos países musulmanes, equivalente a provincia.
[6]España fue el único país del mundo, que no cerró su consulado en Orán durante la década de los 90 (los años del terrorismo, o década negra en Argelia), algo que los oraneses no han olvidado.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mujer y familia en las sociedades árabes actuales

Continuando con el índice del libro el capítulo 2 está dedicado a Marruecos, el 3 a Argelia y el 4 a Túnez. Los tres profundizan en la situación de las mujeres y en los avances y retrocesos de cada una de las sociedades.

La sociedad marroquí ha evolucionado y parte de esos cambios se perciben en el ámbito familiar: descenso de la fecundidad, declive de las formas sociales tradicionales.
Hay algunos problemas importantes sin solventar com son el que plantea el envejecimiento de la población, la falta de infraestructuras educativas y de inserción en el mercado de trabajo que pueden dificultar el desarrollo de la sociedad y también consecuentemente la mejora de la situación de las mujeres. Hay un peligro importante en la sociedad marroquí de reivindicación de la tradición y de vuelta al pasado si el presente y el futuro no se presentan prometedores. Este asunto es importante : cómo lo económico afecta a lo social y cultural ….Muy interesante y revelador este capítulo del libro.
Del mismo modo los capítulos dedicados a Argelia y Túnez donde se estudian los cambios específicos respectivos de estas sociedades. Después de su lectura podemos hacernos una idea precisa de las similitudes y diferencias en cuanto a la situación de las mujeres y, por tanto, a la evolución de las relaciones familiares y sociales.

El capítulo 5, dedicado al Mashriq ( Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Palestina, Arabia Saudí y Siria) analiza cómo a pesar del mayor acceso de las mujeres a la educación formal, las formas de vida social y familiar evolucionan lentamente así como el estatuto de las mujeres y aquí de nuevo se asocia esta situación a la falta de dinamismo de la economía de la región . Por ejemplo, la familia extensa sigue siendo importante en cuanto que supone una institución que salvaguarda de la pobreza extrema.
Por otro lado, algunos de los cambios se deben también a factores económicos: la falta de vivienda, el desempleo y la emigración son factores que contribuyen a retrasar la edad de matrimonio por la importancia que tiene la dote y la ceremonia nupcial en la cultura árabe. El capítulo incluye tablas con información precisa de porcentajes de actividad femenina por países, mujeres con estudios universitarios,…

El capítulo 6 se detiene a analizar la relación entre fertilidad y educación y la situación de la familia en Arabia Saudí. Lo más destacable es el creciente número de mujeres solteras. De nuevo las causas económicas tienen que ver con el declive de la fertilidad pero también causas sociales y el análisis en este caso resulta de lo más complejo. Es un país rico sin medidas de planificación familiar….

El capítulo 7 se refiere a la situación de las mujeres y de la familia en Palestina. La singular situación de los palestinos condiciona enormemente la evolución del concepto de familia y la importancia que tienen los hijos. Así lo expresa la autora del capítulo recogiendo los siguientes testimonios de una madre y de un padre palestinos respectivamente: “Invertimos en los hijos. Los hijos son nuestra casa.” “No sé si dejarán que me quede aquí. Aunque me lleven al cielo o al infierno, tomaré la carretilla y mis herramientas y construiré una casa digna para mi familia”. A mi juicio, este capítulo es muy interesante en cuanto que analiza una situación extrema en la que el conflicto político, la Causa Palestina, condiciona muchísimo la formación de la familia y su evolución.

El último país estudiado con profundidad es Siria donde también los cambios en la situación de la mujer son patentes y tienen también que ver con la escolarización, el surgimiento del sector privado y la urbanización .Aún así los valores tradicionales siguen estando vigentes.
Quizás lo más destacable sea insistir en la relación estrecha que existe entre el autoritarismo del sistema político y el del sistema patriarcal y es con esta idea que quisiera terminar y volver así al final de la primera parte de esta reseña sobre el libro. Difícilmente la situación de las mujeres mejorará reconociendo que son sujetos con derechos, con los mismos derechos que los hombres, si los regímenes políticos no son democráticos.

El libro, vuelvo a decir, está cargado de optimismo sugiriendo que el dinamismo de las sociedades está por encima del conservadurismo y del autoritarismo político y religioso pero ¿es suficiente? Quizás, tanto desde dentro como desde fuera de estos países hay que empujar y exigir cambios políticos; la democracia y la separación de lo religioso de lo político me parece que son cambios esenciales que verdaderamente se necesitan en el mundo árabe para que las mujeres sean iguales y para que todos, ellos y ellas tengan sus derechos reconocidos igualmente.

Mujer y familia en las sociedades árabes actuales, Sophie Bessis y Gema Martín Muñoz (coords) , Ediciones Bellaterra, Barcelona, 2010. Págs. 330

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