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lunes, 6 de julio de 2009

Ser mujer y musulmana (reseña)


El libro que presentamos hoy es el trabajo de la profesora del Departamento de Filología Semítica, Sección Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Barcelona, Dolors Bramon. Es especialista en historia de al-Andalus, especialmente de sus minorías y del pasado islámico de Cataluña. Además ha escrito sobre geografía y geógrafos árabomusulmanes y tiene varios trabajos sobre el tema de la mujer en el islam.

En esta obra nos acerca a los distintos condicionamientos ideológicos, sociales y religiosos que marcan, en mayor o menor medida, la vida de las mujeres que viven en países musulmanes. Obviamente, advierte la autora de que, analizando en su libro las creencias esenciales, “las diversas escuelas jurídicas, las costumbres seculares de los diferentes pueblos que hoy son islámicos, la diversa situación social o económica, el hecho de que los fieles pertenezcan al mundo urbano o al rural o a determinada clase social, muchos otros factores … han determinado diferencias que influyen en todos los ámbitos de la conducta de los musulmanes.”, p. 150.

El libro se divide en los siguientes apartados: Introducción, 1. De la igualdad absoluta a las diversas desigualdades, 2. Las desigualdades fisiológicas, 3. Las desigualdades sociales, 4. Las desigualdades que no proceden de la doctrina del islam, 5. Hacer y deshacer tópicos, epílogo, glosario y bibliografía.

Ya desde los títulos de los capítulos la autora sitúa al lector ante el tema de la desigualdad entre la mujer musulmana y el hombre musulmán, desigualdad que proviene de campos diversos. El libro empieza con una idea esencial, rotunda, y de gran importancia, desde mi punto de vista:

“Las religiones no suelen llevarse bien con las mujeres. Éstas han sido –y siguen siendo- las grandes olvidadas y marginadas de las diferentes instituciones religiosas, que están organizadas en su mayoría, por no decir en su totalidad, de manera jerárquico-patriarcal y desarrollan un discurso androcéntrico legitimador de la discriminación de género apelando, con frecuencia y sin fundamento, a los fundadores e incluso a la propia divinidad”, p. 11.

A lo largo del libro, Dolors Bramon va desgajando los textos en los que se basan las relaciones de género en el islam. Es decir, se refiere al tratamiento de la mujer en las tres fuentes escritas básicas de las que se extrae la concepción de la mujer en el islam: el Corán, la suna y la sharía. Es decir, el Corán, texto sagrado de los musulmanes que consideran palabra divina; la suna, recopilación de hechos y dichos del Profeta Mahoma y sus primeros seguidores que formaron la primera comunidad musulmana. Su manera de actuar y de responder a los retos de su tiempo conforman la segunda fuente de derecho en el islam. La sharía o derecho islámico, es decir, y en palabras de la autora: “la ley que resulta de unificar la normativa contenida en el Corán y en la Suna, juntamente con la jurisprudencia elaborada por lo ulemas.”, p. 37.

No obstante, en la introducción, la autora se hace eco de nuevas corrientes de pensamiento, que podemos definir como musulmán, -dentro y fuera de las sociedades islámicas-, que busca nuevas lecturas e interpretaciones de los textos fundacionales - Corán y Suna- en aras de reformular el derecho islámico y de modernizar las sociedades musulmanas, desde sus propios presupuestos y referentes ideológicos. Obviamente, este replanteamiento y relectura de los textos fundacionales del islam que se da en la actualidad en distintos ámbitos geográficos y entre muy diversos intelectuales, afecta muy concretamente a la mujer musulmana y a su concepción en la actualidad. Por eso, Dolors Bramon nos presenta una serie de nombres como botón de muestra del gran número de pensadores musulmanes “que luchas por modernizar el islam y por islamizar la modernidad”, p. 39.




Tras la introducción, el libro entra en la cuestión de la igualdad religiosa. Es decir, como receptores del mensaje divino y seres humanos sometidos a Dios, hombres y mujeres son iguales. Espiritualmente no hay diferencia entre unos y otros. A partir de esta idea, Ser mujer y musulmana se dedica a desgranar y explicar en qué consisten las desigualdades y, sobre todo, cuál es su justificación, en qué bases se asientan y por qué.



De este modo, responde a una serie de preguntas clave que, sobre todo desde Occidente, nos hacemos y que constituyen un motivo de desencuentro entre la cultura áraboislámica y la europea, por llamarla de alguna manera. ¿El Corán habla de pegar a las mujeres?, la ablación o extirpación del clítoris, ¿procede de la doctrina del islam?, ¿Es obligatorio el uso del velo?, etc.


Además de estas preguntas que suscitan polémica y sobre las que todo el mundo parece tener opinión irrefutable, hay toda otra serie de cuestiones muy interesantes y que una persona que conozca hasta cierto punto el mundo del islam o se sienta atraída por él se puede plantear: ¿qué opina el islam de la virginidad?, ¿Está admitido el uso de preservativos desde un punto de vista islámico?, ¿Y el aborto?, ¿Cómo se ven en la cultura islámica las relaciones lésbicas?, etc. En este libro encontrará la respuesta a estos y a otros muchos temas, de forma concisa, precisa y sin afán de exhaustividad, como es obvio con un tema tan extenso.


Presentadoras del programa "Kalam Nawaem", del canal árabe por satélite MBC

El capítulo 5. “Hacer y deshacer tópicos” es algo diferente a los anteriores. Está dedicado a los harenes, uno de los “espacios islámicos” que más elucubraciones ha producido en las mentes occidentales. Es el capítulo que más alusiones históricas tiene y está muy conseguido en su conjunto.

El epílogo está dedicado a la muerte y la otra vida. En el se hace patente las diferencias o desigualdades entre musulmanes y musulmanas. En palabras de la autora: “Es obvio que la oferta de las huríes como una de las delicias celestiales no puede tentarles… Entre los intentos de describir los placeres del Paraíso femenino destaca, en primer lugar, la promesa de matrimonio a todas las musulmanas, ya que se considera que es el estado que más desean las mujeres”, p. 149.

La autora declara en las conclusiones su pretensión de objetividad: “he querido limitarme a una transmisión y a una exposición de conocimientos sobre el estatuto de las mujeres que practican el Islam … he prescindido expresamente de mis opiniones personales.” No obstante deja traslucir en varios momentos sus ideas, a veces no exentas de ironía y cierto humor. De hecho, creo que es un tema en el que es casi imposible no posicionarse, aunque ello no reste valor, obviamente, a la labor académica que es clara en este libro.



Ser mujer y musulmana, Dolors Bramon, Biblioteca del islam contemporáneo, Ediciones Bellatera, Barcelona, 2009. Primera edición en catalán, 2006. Traducción del catalán por José Miguel Marcén.

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