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viernes, 18 de diciembre de 2009

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS (III)


Pese a que se insistia desde la Corte en que la expulsión de los moriscos valencianos se circunscribiría únicamente a ellos, tenidos por los más peligrosos, pocos en el resto de España se llamaban a engaño, asumiendo que muy pronto otros moriscos iban a seguir el camino de los primeros expulsados. Así el 9 de diciembre, cuando la expulsión por el Mediterráneo da sus últimas bocanadas, el rey firma el Decreto de expulsión de los reinos de Granada, Murcia y Andalucía y la villa de Hornachos, decreto que será hecho público en enero del siguiente año. Previendo que el paso de los moriscos de estos reinos por Castilla podría provocar alteraciones, el rey publicó previamente una cédula permitiendo a los moriscos castellanos que así lo quisieran vender sus bienes con ciertas limitaciones y emigrar por tierra hacia el norte por Burgos, puesto que se les prohíbe pasar a Valencia y Aragón.


Llama la atención de este decreto, al igual que en el de Valencia, la escasa insistencia que se hace en el hecho del problema que pueda suponer el aferrarse los moriscos a su creencia musulmana, pasando a un primer plano la amenaza política para el país que podían suponer. Seguramente por ese motivo se incluye en este decreto al único pueblo que es citado al lado de los reinos en los decretos de expulsión: Hornachos (Badajoz). Los moriscos hornacheros eran famosos desde comienzos del siglo XVI por su resistencia a la integración, por la persistencia en sus costumbres musulmanas, por su febril actividad trajinera y por los problemas que causaban a las autoridades cristianas. Todos estos hechos los convertirán en candidatos para encabezar la serie de expulsiones de moriscos del interior peninsular.


La expulsión de los moriscos andaluces, granadinos y murcianos se realizó sin grandes inconvenientes y, desde luego, sin ninguno de los graves problemas que habían surgido en Valencia. Aunque hubo abusos y robos por parte de los cristianos viejos en la salida de los moriscos, parece que en general la población mostró más conmiseración con una población que, especialmente en Andalucía y Murcia, llevaba mucho tiempo sin presentar ningún tipo de disturbios.


De esta forma, largas columnas de personas abandonaron de nuevo sus lugares de residencia y trabajo rumbo ahora no a las costas, sino al norte de la Península en para franquear los Pirineos y poder llegar a un destino más o menos seguro, pero más o menos incierto en Francia.




9/XII/1609. Decreto de expulsión de los moriscos de los reinos de Granada, Murcia y Andalucía, y de la villa de Hornachos.
El Rey. Por cuanto la razón de bueno y cristiano gobierno obliga en conciencia a expeler de los reinos y repúblicas las cosas que causan escándalo y daño a los buenos súbditos y peligro al Estado, y sobre todo ofensa en deservicio de Dios Nuestro Señor, habiendo de la experiencia mostrado que todos estos inconvenientes han causado la residencia de los cristianos nuevos moriscos en los reinos de Granada, y Murcia y Andalucía, porque demás de ser y proceder de los que concurrieron en el levantamiento de dicho reino de Granada, cuyo principio fue matar con atroces muertes y martirios a todos los sacerdotes y cristianos viejos que pudieron y en ellos vivían, llamando al turco que viniesen en su favor y ayuda, y habiéndolos sacado del dicho reino, con fin de que arrepentido de su delito viviesen cristiana y fielmente dándoles justas e inconvenientes órdenes y preceptos de lo que debían hacer, no sólo no los han guardado ni cumplido con las obligaciones de nuestra santa fe, pero mostrando siempre aversión a ella, en grande menosprecio y ofensa de Dios nuestro Señor, como se ha visto por la multitud de los que se han castigado por el Santo Oficio de la Inquisición, demás de lo cual han cometido muchos robos y muertes contra los cristianos viejos. Y no contentos con esto han tratado de conspirar contra mi corona real y estos reinos, procurando el socorro y ayuda del turco, y yendo y viniendo personas enviadas por ellos a este efecto; y esta misma diligencia hicieron con otros príncipes, de que le pretendían ayudar, ofreciéndoles sus personas y haciendas. Y militar contra ellos la vehemente presunción y sospecha de todos los susodichos delitos, pues no se halla que ninguno de los susodichos han venido a revelar en tantos años ninguna cosa de sus máquinas y conspiraciones; antes las han siempre encubierto y negado, que es clara señal de que todos han sido de una misma opinión y voluntad contra el servicio de Dios y mío, y bien destos reinos, pudiendo y debiendo y mirar a muchos caballeros de los suyos de esclarecida sangre que han servido y sirven a Dios y a los señores reyes mis progenitores como buenos cristianos y leales vasallos. Considerando pues todo lo susodicho y la obligación precisa que tengo yo de poner remedio en ello, y procurando la conservación y aumento de mis reinos y súbditos, y deseando cumplir con ella, me he resuelto (con parecer y consejo de muchos doctos hombres, y de otras personas muy cristianos y prudentes, celosos del servicio de Dios y mío) de expeler de los dichos reinos de Granada y Murcia, de Andalucía y de la villa de Hornachos, aunque esté fuera de los límites de los dichos reinos, todos los cristianos nuevos moriscos que en ellos hay, ansí hombres como mujeres y niños, como quiera que cuando algún grave y detestable crimen se comete, por algún colegio o universidad, es razón que el tal colegio o universidad sea disuelto y aniquilado, y los menores y los mayores sean punidos, y aquellos que pervierten el bueno y honesto vivir de las repúblicas, y de sus ciudades y villas, sean expelidos de los pueblos, porque su contagio no se pegue a los otros.
Por tanto, en virtud de la presente, ordeno y mando que todos los dichos cristianos nuevos moriscos, sin exceptar ninguno, que viven y residen en los dichos reinos de Granada, Murcia y Andalucía, y la dicha villa de Hornachos, ansí hombres como mujeres, de cualquier edad que sean, tanto los naturales dellos como los no naturales que en cualquier manera o por cualquier causa hayan venido o estén en los dichos reinos (excepto los que fueren esclavos), salgan dentro de 30 días primeros siguientes, que se cuenten desde el día de la publicación desta mi cédula, de todos estos mis Reinos y Señoríos de España, con sus hijos e hijas, criados y criadas y familiares de su nación, así grandes como pequeños, y que no sean osados de tornar a ellos, ni estar en ellos, ni en parte, ni de paso, ni en otra manera alguna. Les prohíbo que no puedan salir por los reinos de Valencia y Aragón, ni entrar en ellos, so pena que si no lo hicieren ni cumplieren ansí y fueren hallados en los dichos mis reinos y señoríos, de cualquier manera que sean, pasado el dicho término, incurran en pena de muerte y confiscación de todos sus bienes, para el efecto que yo los mandare aplicar, en las cuales penas incurran por el mismo hecho, sin otro proceso ni causa ni declaración. Y mando y prohíbo que ninguna persona de todos mis reinos y señoríos, estantes y habitantes, de cualquiera calidad, preeminencia, estado y condición que sean, no sean osados de recebir ni recetar ni acoger pública ni secretamente moriscos ni moriscas, pasado el dicho término para siempre jamás en sus tierras ni casas ni en otra parte alguna, so pena de perdimiento de todos sus bienes vasallos y fortalezas y otros heredamientos. Y otrosí pierdan cualesquier mercedes que de mí tengan, aplicados para mi hacienda todos los bienes muebles y raíces de los dichos moriscos, como bienes de proditores de crimen lege majestatis divina y humana. Todavía usando de clemencia con ellos tengo por bien que puedan durante el dicho tiempo de 30 días disponer de sus bienes muebles y semovientes y llevarlos no en moneda de oro, plata ni joyas ni letras de cambio, sino en mercadurías no prohibidas, compradas de los naturales destos reinos y no de otros ni en fruto dellos, para que los dichos moriscos y moriscas puedan durante el dicho tiempo de 30 días disponer de sí y de sus bienes muebles y semovientes, hacer empleo dellos en las dichas mercadurías y frutos de la tierra y llevar los que ansí compraren, porque las raíces han de quedar por hacienda mía, para aplicarla a buenas obras del servicio de Dios nuestro Señor, y bien público que más me pareciere convenir. Declároslos tomo y recibo debajo de mi protección y amparo y seguro real, a ellos y a sus bienes, para que durante el dicho tiempo puedan andar y estar seguros, vender, trocar y enajenar los dichos sus bienes muebles y semovientes, y emplear la moneda, oro, plata y joyas como queda dicho, y en mercadurías compradas de naturales destos reinos y frutos dellos, y llevar consigo las dichas mercadurías libremente a su voluntad, sin que en el dicho tiempo les sea hecho mal ni daño en sus personas y bienes contra justicia, so las penas en que caen e incurren los que quebrantan el seguro real. Y ansí mismo doy licencia y facultad a los dichos moriscos para que puedan sacar destos dichos mis reinos y señoríos en las dichas mercadurías y frutos por mar y por tierra pagando los derechos acostumbrados, con trato que como arriba se dice no saquen oro, ni plata, ni moneda amonedada, ni las otras cosas vedadas por leyes destos reinos en especie ni por cambio, salvo en las dichas mercadurías y frutos, que no sean cosas vedadas; pero bien permito que puedan llevar el dinero que hubieren menester para le tránsito que han de hacer por tierra, como para su embarcación por mar. Y mando que todas las justicias destos mis reinos, y mis capitanes generales de mis galeras y armadas de alto borde que hagan guardar y cumplir todo lo susodicho, y no sólo no vayan contra ello, porque den para su breve y buena ejecución todo el favor y ayuda que fuere necesario, so pena de privación de sus oficios y confiscación de todos sus bienes. Y mando que esta carta, y lo en ella contenido, se pregone públicamente para que venga a noticia de todos y ninguno pueda pretender ignorancia. Dada en Madrid a 9 de diciembre de 1609.




28/XII/1609. Cédula real permitiendo a los moriscos de Castilla salir con sus bienes muebles.
Por cuanto por muy justas y precisas causas que a ello me movieron del servicio de Dios nuestro Señor y mío, bien y seguridad de estos reinos de España, mandé que saliesen del de Valencia todos los cristianos nuevos moriscos que estaban y residían en él, y que se fuesen fuera de estos dichos reinos de España, por las causas que se declaran en el bando que sobre ello mande publicar en el dicho reino. Y ahora viendo que los de la dicha nación que habitan en los reinos de Castilla Vieja, Nueva, Extremadura, y la Mancha, se han inquietado y dado ocasión de pensar que tienen gana de irse a vivir fuera destos reinos, pues han comenzado a disponer de sus haciendas, vendiéndolas por mucho menos de lo que valen y no siendo mi intención que ninguno viva en ellos contra su voluntad. Por tanto permito, y doy licencia en virtud de la presente a todos los que se quisieren ir destos mis reinos y señoríos de España a vivir fuera de ellos adonde bien visto les fuere, para que sin caer ni incurrir en pena alguna, lo puedan hacer dentro de 30 días, que corren desde la publicación della. Y tengo por bien que puedan durante el dicho tiempo disponer de sus bienes muebles, y semovientes, y no de las raíces, y llevarlos no en moneda, oro, plata, ni joyas, ni letras de cambio, sino en mercadurías no prohibidas, compradas de los naturales destos reinos, y no de otros y en fruto dellos. Pero bien permito que puedan llevar el dinero que hubieren menester para el tránsito que han de hacer. Y para que puedan hacer todo lo susodicho con seguridad de los que tomo y recibo, a los que ansí se quisieren salir destos reinos, debajo de mi protección y amparo real, y los asegurar de ellos y a sus bienes para que durante el dicho tiempo puedan andar y estar seguros, vender, trocar y enajenar todos los dichos sus bienes muebles, y semovientes, y emplear la moneda, oro, plata, joyas en mercadurías cuya saca lo permitida por leyes y premáticas destos reinos, compradas como queda dicho de naturales de ellos, y en fruto de los mismos reinos, sin que en el dicho tiempo les sea hecho mal ni daño en sus personas ni bienes contra justicia so las penas en que caen e incurren los que quebrantan el seguro real. Y ansí mismo doy licencia y facultad a los susodichos para que puedan sacar destos dichos mis reinos y señoríos, las dichas mercadurías y frutos, por mar, y por tierra, pagando los derechos acostumbrados: con tanto que como arriba se dice, no saquen oro, ni plata, moneda amonedada ni las otras cosas vedadas por leyes destos reinos, en especie y por cambios. Y mando a todas las justicias destos dichos mis reinos, y a los mis gobernadores de fronteras, capitanes, generales de galeras, y armadas de alto bordo, que guarden, y hagan guardar y cumplir todo lo susodicho y no solamente nadie vayan contra ellos, pero para su buena y breve ejecución todo el favor y ayuda que fuere menester, so pena de privación de oficios, y confiscación de bienes. Y mando que esta mi cédula en ella contenido, se pregone públicamente, para que venga a noticia de todos. Dada en Madrid a 28 de diciembre de 1609.
Es mi voluntad que los que así se quisieren ir fuera destos dichos mis reinos y señoríos, no pasen por la provincia del Andalucía, ni por los Reinos de Granada, Murcia, Valencia, ni Aragón, so pena de muerte y perdimientos de bienes: no valga lo testado.
Yo el Rey / Andrés de Prada

jueves, 17 de diciembre de 2009

LA EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS (II)




A lo largo de tres meses se fue llevando a cabo la expulsión de los moriscos del Reino de Valencia a través de los puertos del Mediterráneo hacia Orán. Aunque la acogida de los primeros moriscos que allí llegaron -los de la huerta de Gandía y los del valle medio del Vinalopó- fue sin incidentes y éstos pudieron pasar con autorización sin demasiado contratiempo a territorio argelino, a Tremecén y Mostaganem, pronto la situación iba a cambiar. La continua llegada de barcos, oficiales y particulares, a la ciudad-presidio de Orán, único puerto español en la zona, pronto iba a desbordar los angostos límites de la ciudad. Unas semanas después de las primeras llegadas, los moriscos eran arrojados a playas cercanas a la ciudad y dejados a merced de los grupos de beduinos seminómadas, que tenían en la rapiña uno de sus medios habituales de subsistencia. Estos grupos de moriscos iban a ser atacados, expoliados y en algunos casos asesinados por estos "alárabes", en expresión de la época.

Las noticias llegarían pronto a las costas valencianas, que mientras tanto seguían despidiendo más y más barcos cargados de moriscos, y produjeron que dos grandes contingentes de moriscos valencianos, ya de por sí angustiados por su destino, se rebelaran en contra de sus desplazamientos a la costa y se retiraran a las alturas de las montañas valencianas de la Muela de Cortes y del Valle alicantino de Laguar.

En estos sitios se firmaron los últimos y desesperados intentos de resistencia física de los moriscos contra los cristians viejos. Los ejércitos reales, a quienes se unieron las milicias locales, aunque tuvieron algunos enfrentamientos directos con los sublevados, pronto optaron por aislar a los moriscos en las cimas en las que se encontraban agrupados, cortando sus suministros de comida y de agua. Aunque los rebelados de Cortes se rindieron al cabo de un tiempo, los sublevados de Laguar, entre los que se contaban la mayoría de los moriscos de los valles de la Marina alta de Alicante.

Las fuentes contemporáneas hacen recuento de los moriscos que se sublevaron primeramente en el pueblo de Jalón, y su peregrinar hacia lo más alto de la montaña, el Cavall Verd:

Eran los que ya andavan con las armas los moriscos de Alahuar, Alcalá, Ebo, Parcente, Alcahalí, Tarbena, Castell de Castells, arraual de Murla, Orba, Sagra, y Tormos: y comunicándose con los del marquesado de Guadaleste, y valle de Çeta, hizieron un cuerpo para levantarse. A estos sigieron los de Relleu, Sella y valle de Planes, quemando los más destos pueblos las iglesias y cosas sagradas el día de su levantamiento. A veynte y siete de octubre se acavaron de levantar los del valle de Guadaleste y Baronia de Confrides, y juntándose con los de Relleu y Sella se vinieron con cuatro banderas tendidas al lugar de Fageca, donde aguardavan los de las valles de Çeta y Travadel, para subirse a Alahuar, con toda la ropa de sus casas y los bastimentos que podían llevar, saqueando lo primero las casas de los señores y de los curas.

La ruta parece ir desde el interior a los valles más orientales, para buscar el lugar más fácil de defender, el Cavall Verd. El primer núcleo, junto con Fageca, será Castell de Castells, donde asolarán la iglesia, y desde allí, tras una breve y dudosa estancia en Aialt, pasarán al Valle de Laguar. El gran número de moriscos rebelados, unos 15.000 aproximadamente, hará que no puedan alojarse todos en los pueblos de Laguar (Fleix, Benimaurell y Campell), y la gran mayoría lo hará en Gorga, en tiendas de campaña y las cuevas esparcidas por el monte. Allí comenzarán, al decir de los cronistas cristianos, los padecimientos de los moriscos: en sus miserables chozas y en hacer justicia “a fuero de Argel, verbalmente, y con palos en las barrigas y caderas”, como si fuera una nueva Babilonia, enardecidos por sus alfaquíes “Pallop” y “Barom".

D. Agustín Mexía, el encargado de las tropas de tierra para todo el hecho de la expulsión, tomó las medidas necesarias para sofocar la rebelión. Juntando milicias locales y los tercios de Nápoles y Sicilia, ordenó que se congregaran en los mismos pueblos de los que habían salido los moriscos y emprendieron idéntico camino que aquellos, formando en el Pla de Petracos, remontando el barranco de Malafí y encontrándose con los rebelados en la entrada de Garga y en el castillo de Atzavaras. Los duros enfrentamientos, de espantosas descripciones contemporáneas, hacen que los moriscos pierdan un gran número de efectivos, entre ellos su líder, Ahmad Mellini y éstos se retirarán hacia el punto fortificado más alto, el castillo de Pop. Allí guarecidos, y tras nombrar sucesivamente a tres cabecillas, Miguel Pyteu de Laguar, Blanco de Salón y un hermano de Mellini, intentarán resistir esperanzados, dice el cronista Guadalajara, en el auxilio del fabuloso Moro Alfatimí y su caballo verde. Los cristianos preferirán en esta ocasión evitar el cuerpo a cuerpo y derrotar a los moriscos con un lento cerco, cortándoles el agua que les llegaba de Murla y Benichembla. Aguantaron hasta el veintinueve de noviembre, fecha en la que capitularon y descendieron de la montaña 13.000 personas en un estado lamentable:

Rabiando de sed se arrojaban al agua, bebiendo algunos tanto que rebentaron (Marcos de Guadalajara)



Todas las fuentes coinciden en afirmar que la rendición, camino y embarque de los moriscos sublevados fue uno de los más patéticos que tuvieron lugar en aquellas fechas. Así habla Gaspar Escolano:

En la sierra de Pop se hallaron gran cantidad de cuerpos muertos: los demás llegaron a tan increíble miseria que no sólo los padres por hambre daban sus hijos a los cristianos que conocían, más aún, los vendían a los soldados extranjeros por una cuaderna de pan y por un puñado de higos. Por los caminos los llevaban medio arrastrando a la embarcación y les quitaban los hijos y las mujeres, y aún la ropa que traían vestida: y llegaban tan desvalijados, que unos medio desnudos y otros desnudos del todo se arrojaban al mar por llegar a embarcarse; y se entiende que la mayor parte dellos murieron en el pasaje, y antes de la embarcación.

Incluso Gaspar de Aguilar, generalmente beatífico en su poética descripción de la expulsión de los moriscos de España, deja traslucir algunas de las noticias del espanto que tuvo que ser la bajada de los moriscos rendidos en el Valle de Laguar:


Todos bajan alegres y contentos

a gozar de aquel bien que les conceden;

pero algunos flacos, macilentos,

que apenas por el monte bajar pueden.

Dos disformes contrarios elementos

causan que muertos, aunque vivos queden,

porque bajan helados y abrasados,

abrasados de sed, de frío helados.



Algunos que se cansan y se enojan

del confuso alboroto de la gente,

no esperan a bajar y así se arrojan

como ciervos heridos a la fuente.

Y los que más se afigen y congojan

con la gran furia de la sed ardiente,

dan a la muerte la triunfante palma,

pues antes de beber rinden el alma.



La Española piedad maravillosa

que jamás quiere que el contrario muera

a manos de el hambre rigurosa,

sino a los filos de su espada fiera;

Hasta darles comida no reposa,

y así puestos algunos en hilera

ofrecen a los Moros enemigos

pan, pasas, almendras, nueces, higos.

La relación oficial de embarcados estima en unos 1.500 los moriscos rendidos que murieron antes de poder embarcarse. Del 4 al 17 de diciembre, los moriscos del Vall de Laguar fueron embarcando hacia Argelia en los puertos de Denia (4.000) y Jávea (7.537): en total unas 11.500 personas que tras su rebelión salieron envueltas en la miseria de su tierra.

Con el embarque de los insurrectos de Laguar prácticamente se dio por concluido el proceso de los embarques de los moriscos valencianos, aunque aún, entre los meses de enero y abril, tendrian lugar más embarques de moriscos rezagados y de moriscos que se habían escondido en las montañas, fenómeno minoritario que, con todo, habría de prolongarse hasta 1612.

En total, aproximadamente algo más de 117.000 personas procedentes del Reino de Valencia fueron embarcadas hacia un destino incierto, la mayor parte en el Norte de África y unos pocos hacia Italia. De todos ellos, la inmensa mayoría, unos 116.000 habían sido expulsados en un poco más de tres meses por los puertos levantinos. Más de cinco mil moriscos murieron en este mismo lapso de tiempo. Varios centenares, quizá un millar, habrían logrado huir hacia el interior. Y también muchos niños, con seguridad más de dos mil, quedaron en España, recogidos por particulares, por diversas instituciones o simplemente vagando como mendigos.

Había acabado la expulsión de los moriscos del Reino de Valencia.





domingo, 13 de diciembre de 2009

LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA

Seguro que a estas alturas, pocas son las personas que no han visto la última película de Alejandro Amenábar, Agora. Largometraje bastante recomendable, que nos sitúa en el Egipto del siglo IV, cuando el Imperio Romano ejercía poder sobre la zona, recreando uno de los lugares más magníficos de la antigüedad en lo que a saber y conocimiento se refiere: La biblioteca de Alejandría.


La ciudad de Alejandría fue fundada por Alejandro Magno allá por el año 331 a.C. Allí tuvo lugar un gran intercambio cultural que surgió debido al interés que existía por descubrir otras culturas. Ya que el Imperio Romano era tan importante en la época, Alejandría llegó a convertirse en un lugar de travesía obligatorio para gente de todas partes que, a su paso por la ciudad, no sólo se empapaban de las diferentes costumbres y saberes de la gente que allí habitaba, sino que también dejaban que gran parte de sus conocimientos se introdujesen dentro del día a día de todos los visitantes que allí confluían, (habitantes egipcios, marineros fenicios, soldados macedonios, mercaderes judíos, visitantes de la India y de África...).

Dentro de toda esa amalgama cultural se fundó la antigua Biblioteca, emplazada dentro de un edificio que se denominó Museion, que diseñó el general de Alejandro Magno, Ptolomeo I Soter, en el 306 a. C. El Museion estaba dedicado al estudio, a la enseñanza y a la investigación; constaba de aulas para lecciones, instrumentos astronómicos, salas de disección, jardines botánicos y zoológicos. La biblioteca estaba emplazada en el último patio del museion; tenía muchas y espaciosas salas para los amanuenses (los que copiaban a mano obras de otros) y artistas, a cuyo cargo estaba la preparación de los códices, la formación de los rollos, el dorado y todo lo concerniente a la encuadernación.



Los Ptolomeos, conscientes del destino histórico y glorioso que querían dar a la institución, dedicaron gran parte de su riqueza a la adquisición de libros de Grecia, África, Persia, La India y otras partes del mundo. Para ello pusieron en práctica una estrategia por la que cada barco que pasaba por Alejandría estaba obligado a dejar en ella los manuscritos que poseía, de los que luego hacían llegar copias a sus antiguos dueños o bien les pagaban su peso en oro. Como fruto de todo esto, la Biblioteca llegó a hacer acopio en sus estanterías de hasta 700.000 rollos.
A medida que pasaba el tiempo, la antigua biblioteca llegó a convertirse en centro cultural, e ineludible punto de reunión de sabios de todo el mundo que compartían sus conocimientos y discutían sobre todas las materias.
Lamentablemente, en el año 47 a.C. la mítica Biblioteca ardió por accidente como consecuencia de una acción militar de Julio César, en la que mandó incendiar más de 60 barcos anclados en el puerto. El incendio se propagó rápidamente a los muelles y de éstos, a la ciudad real y a los depósitos de la Biblioteca. Este suceso, unido a los diversos ataques que sufrió la institución a causa del fanatismo religioso de la Edad Media, tuvo como consecuencia la desaparición de la antigua Biblioteca.

La nueva Biblioteca alejandrina es el resultado de un proyecto que comenzó en 1990, en una histórica reunión en la que los países miembros de la UNESCO firmaron la Declaración de Asuán para el Renacimiento de la Antigua Biblioteca de Alejandría. Teniendo como promotores de su reconstrucción a los escritores y Premios Nobel Octavio Paz y Naguib Mahfuz.
Hoy en día, la actual Biblioteca de Alejandría es una de las edificaciones más notorias del moderno Egipto, y sigue los patrones de diseño de la perdida biblioteca antigua. Su acervo cuenta con un vasto archivo con ejemplares muy antiguos y de todas las disciplinas conocidas.

Aprovechando que el pasado verano anduve por tierras egipcias y tuve la suerte de poder visitar la ciudad de Alejandría y, por supuesto, la famosa biblioteca, quería hacer una mención a lo increíble que resulta el poder visitarla: desde el primer momento en que se accede a su interior, impresiona bastante el sentir el gran contraste que existe entre la inmensa modernidad de sus instalaciones, en comparación a la repercusión histórica que atañe al edificio y a la gran riqueza cultural que existe en su interior.


Una de las cosas que quizás llamó más mi atención, aparte de la gran cantidad de libros que podemos encontrar allí en todos los idiomas conocidos y de todas las materias habidas y por haber, fue una biblioteca dedicada a la figura de Taha Hussein, famoso escritor egipcio y figura de gran prestigio dentro de la literatura árabe, quien siendo un niño, perdió la visión.


En dicha sala, podemos encontrar las más modernas tecnologías orientadas para la gente invidente, desde audio libros, hasta máquinas de escribir en Braille y libros escritos en el mismo alfabeto. Me pareció bastante interesante el hecho de que una biblioteca dedique un espacio a la gente que no tiene acceso a los libros de una manera tan sencilla como el resto. Cosa que me hizo darme cuenta del gran interés que existe dentro de la institución en que todo el mundo, independientemente de su condición, pueda tener acceso al conocimiento, hecho que todas las bibliotecas deberían tener en cuenta.

En conclusión, cabe decir que recomiendo a todo el mundo que tenga la oportunidad de viajar a Alejandría, que no deje de visitar la biblioteca, ya que puedo asegurar que el lugar no dejará indiferente a nadie...

(Alfabeto Braille en árabe)

jueves, 3 de diciembre de 2009

Mucho más que un partido de fútbol. (La noche que Argelia se reconcilió consigo misma)

Autor: Javier Galván, Director del Instituto Cervantes de Orán (Argelia).




Desde 1962, cuando Argelia obtuvo su independencia de Francia no se había producido una manifestación de júbilo popular y de exaltación nacional como la que estalló a las 8.15 horas de la noche del miércoles 18 de noviembre, cuando terminó en Jartum el partido de desempate de clasificación para la Copa del Mundo entre Egipto y Argelia.

Cuatro días antes se había disputado en El Cairo el último partido de la liguilla de clasificación en el que Egipto se impuso a Argelia por dos a cero, alcanzando así en la cabeza del grupo al equipo magrebí. Los enfrentamientos deportivos entre Argelia y Egipto vienen marcados por una gran rivalidad. La víspera del encuentro el autobús que conducía al equipo argelino fue apedreado, y algunos seguidores resultaron heridos en peleas con hinchas locales. En Argelia se llegó a hablar de hasta once muertos argelinos, lo que no llegó a ser confirmado por ninguna fuente fiable.



La posibilidad de estar por tercera vez en un Mundial (Argelia jugó las fases finales de 1982 en España y 1986 en México) y la rivalidad con los egipcios, habían calentado los ánimos argelinos. La forma en la que se produjo la victoria egipcia –gol en el último minuto- y sobre todo las agresiones a jugadores y seguidores argelinos en El Cairo, habían hecho subir la temperatura emocional hasta límites prebélicos. Las sedes de las compañías egipcias en Argel, fueron atacadas, y los egipcios residentes en Argelia, como un grupo de trabajadores contratados por la empresa española OHL en Orán, abandonaron cautelarmente el país.

En los días que mediaron entre el 14 y el 18 las calles de las ciudades argelinas se poblaron como nunca de banderas nacionales, en no pocos casos de dimensiones
gigantescas. Multitud de parados que cotidianamente se sientan en las terrazas de los cafés -frecuentados sólo por hombres- o se apuestan contra muros y vallas viendo pasar la vida -y a las mujeres sin hidyab(1) - se afanaban febrilmente en pintar banderas argelinas sobre las fachadas de los edificios, y en confeccionar inmensos lienzos de tela, que con ingenio instalaban sobre las calzadas de las calles principales, como los toldos urbanos que cubren en verano las calles de Andalucía. Los cláxones de los coches, y los cánticos de sus ocupantes no cesaron de sonar, durante esos cuatro días, como si el partido decisivo estuviera a punto de empezar.




Es Argelia el país del mundo donde se utilizan con mayor profusión las camisetas de los equipos de fútbol como atuendo cotidiano; las del Barça y Real Madrid las más vistas con gran diferencia. En ninguna ciudad de Cataluña se pueden ver tantos distintivos barcelonistas como en Orán. Tras la victoria de España en la Eurocopa proliferaron también en las calles argelinas, el verano pasado las camisetas de “la Roja”. Apenas sin embargo se ven habitualmente camisetas de los clubes argelinos o de su selección nacional. El paisaje urbano cambió en los días previos al encuentro del día 14, y sobre todo después de éste. Las calles se inundaron de gentes ataviadas con la camiseta de “la Hadra” (la verde), la selección argelina. Era casi imposible ver a un solo ciudadano argelino, viejo, joven, mujer o niño que no llevara encima la bandera nacional, en gorras, pañuelos, chilabas o hidjabs… Las mujeres jóvenes, se pusieron también encima la camiseta argelina y pintaron sus mejillas de blanco y verde, los colores de Argelia; lo nunca visto en este país.



El día 18 toda Argelia estaba pendiente de Jartum, ciudad elegida por la FIFA como escenario del partido de desempate. Se suspendieron los vuelos nacionales argelinos, y se estableció un puente aéreo con la capital sudanesa, a donde llegaron 15.000 aficionados argelinos, en vuelos fletados por el gobierno. Se decía en las calles que muchos hinchas no iban sólo a apoyar al equipo, sino a vengar la afrenta de El Cairo. La medida de propiciar el traslado de los hinchas más radicales a Jartum, se veía también como preventiva ante una eventual derrota argelina, que se temía degenerara en disturbios callejeros importantes como los acaecidos en mayo de 2008, cuando el club oranés Mouloudia descendió por vez primera a la segunda división, provocando el caos en la segunda ciudad de Argelia, durante tres días.

Horas antes del partido decisivo las calles eran un hervidero en blanco y verde. Los propios argelinos se sorprendían de lo que estaban viviendo; el ambiente era tenso y prefestivo, cargado de premoniciones contradictorias: gran fiesta o grandes disturbios. Impredecible. Las compañías extranjeras conminaban, más que advertir, a sus trabajadores expatriados a permanecer en sus casas desde horas antes de comenzar el partido hasta el día siguiente, cualquiera que fuera el resultado del mismo.

Por vez primera las mujeres formaban parte activa de lo que parecía una celebración anticipada. Las chicas sacaban sus cuerpos por las ventanillas de los coches ondeando banderas argelinas, o bien se montaban sobre capós y techos, en algunos casos posando seductoras como modelos, con las melenas al viento. Las ataviadas con el clásico hidjab, aun con el pelo oculto, tampoco se quedaban atrás. Salieron a la calle camiones atestados de hinchas, bailando al son del rai(2) . Jóvenes, viejos, mujeres, niños, árabes, kabiles, todo el mundo en la calle en clima de carnaval. Una explosión de libertad, en un país en el que no se llegó a levantar el toque de queda, y en el que la celebración de toda manifestación pública debe ser previamente aprobada por el gobierno de Argel.



La presencia de las fuerzas de seguridad en la calle era mínima, incluso daba la impresión que menor de lo habitual. También se veían mucho menos barbudos y mujeres con burka. El pueblo se había apropiado del espacio urbano, quizás por primera vez desde la Independencia, en 1962. Diríase que la sociedad argelina había atrapado el tiempo perdido en las tres últimas décadas y había entrado de pronto, como sin proponérselo, en la posmodernidad.



Durante el partido decisivo las calles se vaciaron por completo, como en los días de Ramadán, cuando tras el último rayo de sol se rompe el ayuno, las calles se vuelven canales vacíos, y la vida se comprime en los ilots(3) , con tal densidad que las fachadas de piedra parecen membranas a punto de estallar. Silencios expectantes pautados por rugidos corales como cantos de muecines llamando a la oración: ¡viva l`Algèrie! Gol de Argelia y locura colectiva que hace vibrar los edificios, al unísono, como diapasones en resonancia.



Tras el pitido final, la explosión de júbilo fue incontenible, desbordándose las gentes como lava por los canales de la ciudad. En un par de minutos toda Argelia estaba en la calle festejando la victoria. También la Argelia de la diáspora, en los Campos Elíseos, y en las calles principales de las grandes ciudades francesas donde las comunidades de origen argelino son muy numerosas. Estas manifestaciones de júbilo se han venido produciendo en los últimos meses cada vez que el equipo de Argelia ganaba un partido de clasificación: contra Zambia, Rwanda … Cada celebración parecía excesiva, desproporcionada para lo conseguido, que eran sólo tres puntos, y todavía no la ansiada clasificación. Sin embargo la intensidad de esas celebraciones se quedó en nada comparada con la alcanzada tras la ya histórica victoria de Jartum.



El pueblo argelino ha tenido pocas oportunidades de expresar sus emociones. Los franceses ocuparon su territorio desde 1831 hasta 1962. El primer presidente argelino, Ben Bela fue derrocado por un golpe de estado pocos años después de la independencia, que alumbró la hégira de Boumediane quien impuso un régimen socialista como los del este de Europa. El sueño argelino se fue diluyendo tras su prematura y extraña muerte, la desintegración de la URSS, y la evaporación de la utopía comunista. El ensayo de alcanzar una plena democracia se vio truncado por el ascenso del fundamentalismo islámico - que vio terreno abonado en el descontento social de la población, de tradición musulmana, pero alejada de la radicalidad- desembocando en los 90 en la llamada “década negra”, y sumiendo a Argelia en las tinieblas.

Poder colonial, poder estatal, poder religioso. El pueblo argelino ha estado siempre tutelado. Un pueblo que no ha parado de sufrir, un pueblo en búsqueda de su identidad, una identidad que no puede encerrarse, como muchos quieren, entre los parámetros exclusivos de lo árabe-musulmán. Un pueblo que ha emigrado, a Francia sobre todo, pero también a otros países de Europa, y al Canadá francófono. El sueño de una buena parte de los argelinos es emigrar. Las largas colas cotidianas ante los consulados de España y Francia lo prueban. Las pateras que llegan a las costas de Almería también.

Las grandes riquezas naturales, petróleo y gas natural sobre todo, no producen mejoras sociales, y han provocado el abandono de la agricultura, y el que no se haya llegado a una verdadera industrialización. En Argelia casi todo se importa. Su gran potencial turístico, (el desierto, los fantásticos yacimientos arqueológicos de ciudades romana como Tipasa y Timgad, imposibles de encontrar en Europa, el norte mediterráneo, las ciudades de arquitectura tan hermosa como desconocida- Argel, Orán, Ghardaia, Constantine…) permanece virgen, pues el país no acaba de abrirse al exterior. Se dice que el petróleo, tras el colonialismo y el fundamentalismo es la nueva desgracia para el pueblo argelino. Se dice que Argelia es un país rico, muy rico, con un pueblo pobre. Un país en el que no ha llegado a formarse una clase media, cuya existencia propicie su estabilidad social, política y económica.


Yacimiento de Tipasa


Arco romano de Trajano (yacimiento de Timgad)


Casbah de Argel

Abdelaziz Bouteflika, el joven brillante ministro de Exteriores de Boumediane, portavoz en una memorable sesión de Naciones Unidas de los derechos a la independencia de los pueblos africanos aún en aquel entonces bajo el yugo colonial, ha sido el único presidente argelino tras Boumediane que ha sabido estabilizar el país y poner freno al desarrollo del fundamentalismo islámico. Cumplidos los dos mandatos presidenciales que permitía la constitución, propició el cambio de ésta para acceder, sin problemas en las urnas, a un tercer mandato. A pesar de las críticas de los intelectuales en los medios de comunicación, ante lo que han considerado como paso atrás en la evolución del régimen hacia la democracia, su victoria en las urnas fue incontestable, pues para una gran parte del pueblo argelino la figura de Bouteflika, aun muy mermada su salud, es irreemplazable; el único político que puede garantizar que Argelia no caiga de nuevo en el caos. La figura del presidente argelino ha salido muy favorecida con la victoria de Jartum. En las calles se vendía su retrato; los jugadores de la hadra consiguieron así lo que no habían conseguido los organizadores de la campaña electoral, meses atrás. Árabes y kabiles, hombres y mujeres, todos unidos bajo los símbolos del estado argelino.

El gobierno argelino ha sabido manejar la tensión creada tras los dos encuentros. El egipcio sin embargo ha llamado a consultas a su embajador en Argel, y no ha sabido felicitar al ganador, y desearle suerte como único representante del mundo árabe en Sudáfrica. Por el contrario en los medios de comunicación egipcios han proliferado las descalificaciones a los argelinos, y las acusaciones de violencia a los seguidores argelinos en Jartum, denunciando atentados mortales contra ciudadanos egipcios, lo que el gobierno sudanés ha desmentido.

El argelino es muy crítico con su propio país. En la prensa son frecuentes los artículos que critican abiertamente al poder, de una manera que sería impensable en los otros países magrebíes. No es el argelino un pueblo chauvinista ni mucho menos. “Masskina -Aljazair” (pobre Argelia) es una canción y también un lugar común en el imaginario argelino. De ahí se ha pasado en un abrir y cerrar de ojos a ver en las vallas publicitarias, y en las páginas centrales de los periódicos lemas como “Algerie mon amour” y “Los argelinos y las argelinas de corazón con su selección”, algo impensable poco tiempo atrás.

Los aficionados al fútbol argelinos, son fervientes seguidores de los equipos españoles, y se identifican más con ellos que con los de su propia ciudad. Es asombroso el despliegue de profusión de banderas españolas, en cualquier manifestación pública, deportiva o no. Si en España los hinchas de los clubs deportivos portan banderas y símbolos de sus comunidades autónomas, además de las de su club, en el oeste de Argelia lo que mola es llevar una bandera española.

Hasta Jartum diríase que los argelinos no tenían confianza suficiente en sus símbolos, ni en su pertenencia a una identidad en definición constante, y tenían que apoyarse en otros símbolos, el escudo del Barça, la bandera española, la camiseta de Zidane del Real Madrid para sentirse orgullosos de su pertenencia a un colectivo. Incluso el grito de guerra para animar a sus jugadores, el santo y seña de estos días de celebraciones: “one, two, three viva l’Algerie” lo componen palabras de tres lenguas no autóctonas. Todo eso, como quizás muchas otras cosas, parece que pueden haber empezado a cambiar tras la victoria de Jartum.



Como expresaba Kharroubi Habib en el diario Le Quotidien d’Oran: “nuestro equipo nacional de fútbol ha propiciado la verdadera reconciliación de los argelinos con sí mismos, lo que la política no ha llegado a poder realizar en el plazo de diez años. La única cuestión que se plantea ahora es la de saber cómo y de qué manera el poder político va a canalizar y explotar esta dinámica. Todo es posible, lo mejor y lo peor con esta unión patriótica de la que nuestros fennecs(4) han sido los catalizadores”.

NOTAS:
(1): Pañuelo que cubre la cabeza de la mujer en el mundo islámico, en su formato más habitual.
(2): Máxima expresión de la música popular oranesa, cuyo rey indiscutible es Khaled.
(3): Manzana o unidad urbanística de las ciudades argelinas cuyo trazado sigue el modelo haussmaniano de París.
(4): Zorros del desierto. Así es como se conoce a los integrantes del equipo nacional de fútbol argelino.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Cautiva en Arabia (reseña)




Se trata de un nuevo libro de Cristina Morató, autora de varias obras sobre grandes viajeras y exploradoras.El libro se subtitula "La extraordinaria historia de la condesa Marga d´Andurain, espía y aventurera en Oriente Próximo". Consta de unos anexos al final y de un buen número de fotografías.
Realmente resulta un personaje bastante llamativo, aunque no simpatizas con él. El libro nos acerca a una mujer de una gran personalidad, pero sin escrúpulos y que nunca se le puso nada por delante frente a su voluntad e intereses. Al igual que otras viajeras, sobre todo inglesas, del siglo XIX, se ponían el mundo por montera pero transportando con ellas todo lo que podían del bienestar que dejaban en sus lugares de origen.
Marga d´Andurain nació en Bayona, en el País Vasco francés, el año 1893. Pertenecían a la alta burguesía vasca. El apellido por el que se la conoce era de su marido, Pierre d´Andurain, un primo lejano suyo. Centrándonos en sus viajes relacionados con el mundo árabe, en 1925 decidió irse a vivir a Egipto, "un destino muy de moda en aquellos años veinte" (p. 70) aunque no se sabe cuál fue el motivo real de su viaje. "Mademe d´Andurain viajaba a Egipto como una gran señora en compañía de su servicio doméstico y veinticinco maletas. Además de su esposo y sus hijos -Pio de catorce años y Jacques de nueve-, iban con ellos su fiel cocinera vasca Maïder Datcharie, la joven doncella parisina Germaine y Nénette en calidad de gobernanta. El matrimonio y los niños se acomodaron en los elegantes camarotes de primera clase..." (p. 79). Durante los dos años que residieron en el Cairo, alternaron con la colonia británica y tuvieron una activa vida social, tan del gusto de Marga D´andurain.

Cuando se le brindó la oportunidad de viajar a Siria y Palestina con una baronesa inglesa, lo hizo "ajena a los consejos de sus amigos y la opinión de Pierre" (p. 105). Estuvo en Haifa y visitó Jerusalén. El mayor W. F.Sinclair, que las había acompañado, les propuso visitar las ruinas de Palmira. Desde Damasco, partieron hacia Palmira. Como comenta la autora del libro, otras intrépidas viajeras europeas habían visitado ya las ruinas de Palmira. Lady Hester Stanhope fue la primera, en marzo de 1813, en visitar Palmira. La escritora Emily Beaufort, autora de una guía de Siria publicada hacia 1860 en Londres, habla de lo difícil y penoso que era el viaje a través del desierto, desde Damasco a Palmira. "En 1872 la periodista y viajera rusa Lidia Paschkoff visitó las ruinas en compañía de un pequeño séquito que incluía al cónsul ruso, a su dragomán, dos doncellas europeas, un fotografo francés y los sirvientes de ambos...." (p. 125).
A Marga se le ocurrió en seguida la idea de instalar a su familia en Palmira, donde su marido se podía dedicar a la cría de caballos. Se trasladaron desde el Cairo y en Palmira trataron con la guarnición francesa acantonada allí y con el jeque árabe de Palmira. Allí regentaron en 1928 un antiguo hotel que rehabilitaron con el nombre de Hotel Zenobia, en honor de la famosa reina de Palmira, que se enfrentó a los romanos en el s. III. Tuvieron reyes y viajeros entre los clientes del hotel. Estuvo, por ejemplo, la famosa escritora Agatha Christie y la escritora y fotógrafa suiza Annemarie Schwarzenbach (a las que hemos dedicado entradas en el Blog), Como anécdota, diremos que, según la autora del libro, "Aunque Marga tuvo varios y pacientes profesores desde su llegada a Palmira, nunca habló bien el árabe porque, en palabras de Marga "ninguna frase significa exactamente lo que se dice en ella y la complejidad de la gramática árabe es legendaria" (p. 145).
Parece que se entendió bien con los beduinos y no así con los militares del puesto de Palmira.



En 1933, Marga decidió peregrinar a la Meca. "Los motivos que llevaron a la condesa d´Andurain a protagonizar tan imprudente y peligrosa aventura es uno de los muchos misterios que rodean su vida" (p. 173). Se trataba de un viaje casi imposible y muy peligroso. Para ello se casó con un beduino y se convirtió al islam. Hizo lo imposible por convertirse en la primera francesa en penetrar en la Meca.



No voy a contar nada más sobre este episodio de su vida, ya que perdería interés la lectura del libro. Solo añadir que existe diversas fuentes que hablan de su vida. La propia Marga d´Andurain escribió una autobiografía, Le Mari-passeport, publicado en París en 1947, que era una recopilación de artículos que había escrito por entregas para Le Courrier de Bayonne, en el año 1934. Además, diversos artículos de prensa de la época hablaron de sus peripecias. Su influencia se extiende a su familia ya que su hijo Jaques trató sobre la figura de su madre en su libro "Drôle de mère" y la hija de este y nieta de Marga, Julie d´Andurain hizo una tesina (diplôme de Maîtrise) sobre su famosa abuela el año 1996 titulada "Marga d´Andurain (1893-1948) une Occidentale d´avant-garde en Orient". Actualmente es profesora de historia en la Universidad de la Sorbona, en París y especialista en historia del Mundo árabe contemporáneo.

El califato omeya y los condes francos (s. X)



Dentro del ámbito de las relaciones del Califato omeya de Córdoba con los reinos cristianos, presentamos a continuación el relato de un acuerdo de paz entre el Califa ´Abd al-Rahman III an-Nasir (el vencedor) y varios condes catalanes. El mediador en el acuerdo es un importante personaje judío de la corte cordobesa, Hasday ibn Shaprut, persona muy cultivada y de gran prestigio en su época. Llevó a cabo diversas labores diplomáticas en nombre de su señor, el califa de Córdoba.


I.- En este año hizo el secretario judío Hasday ibn Ishaq la paz con el franco Suñer, hijo de Wifredo, señor de Barcelona y sus distritos, exclusivamente en términos gratos a an-Nasir, enviando a Hasday a Barcelona para concluir dicha paz con su señor, Suñer…
"وفيها عقد حسداي بن إسحاق الإسرائلي ، الكاتب، السلم مع شنيير بن غيفريد الإفرنجي، صاحب برشلونة وأعمالها ، على شروط التي ارتضاها الناصر لدين الله وحدها ، وأشخص حسداي إلى برشلونة لتقريرها مع شنيير، صاحبها ، …



Hasday propuso a los notables de Barcelona que se sometieran a an-Nasir e hicieran la paz con él, a lo que accedieron algunos reyes (condes francos) como Unyu, uno de los principales, con sede en [no se entiende en el original árabe] que hizo acudir a la capital una delegación en su nombre, pidiendo salvoconducto para que los comerciantes de su país pudieran visitar al-Andalus, lo que le fue concedido, ordenándose a Nasi ibn Ahmad, caíd en Fraxinetum* y a los gobernadores de las Baleares y puertos costeros de al-Andalus respetar a los visitantes del país de Unyu y otros de su nación que habían entrado en la paz a condición de que se respetaran sus vidas, propiedades y contenido de sus naves, para que ejercieran su comercio como quisieran.

ودعا حسداي عظماء برشلونة إلى طاعة الناصر لدين الله وسلمه ، فأجابه جماعة من ملوكهم ، منهم أنجه ، أحد عظمائهم ، ودار قراره بأرض بابل ، وأرسل إلى الحضرة وفدا شاهدوا عنه ، وسأل تأمين تجار أرضه على الاختلاف إلى الأندلس ، فأجيب إلى ذلك ، ونفذ العهد إلى نصر بن أحمد القائد بفرخشنيط ، وإلى عمال الجزائر الشرقية والمراسي الساحلية بأرض الأندلس بتأمين جميع المختلفين من بلد أنجه ، وغيره ممن سولم من هذه الأمة ، على دمائهم وأموالهم وكل ما تضمنته سفنهم ، يتصرفون في تجارتهم حيث شاؤوا ،



Desde entonces.empezaron a llegar a al-Andalus sus navíos con gran provecho. Riquilda, hija de Borrell, señora de algunos francos, imitó a Unyu en su paz con an-Nasir, enviándole a su hombre de confianza, el judío Bernat, con peregrinas preciosidades de su país, que an-Nasir aceptó y retribuyó con otras más preciosas, agasajando a sus mensajeros.

فوردت مراكبهم إلى الأندلس من هذا الوقت ، وعظم الانتفاع بهم . وسلكت مرركلة بنت بريل ، مملكة على قومها من الإفرنج ، سبيل أنجه هذا في سلم الناصر لدين الله ، فأرسلت إليه برناط الإسرائلي ، ثقتها ، بغرائب من طرائف بلدها المستحسنة ، فقبلها الناصر لدين الله منها ، وكافأها بأنفس منها ، وأكرم رسلها ."



II- “El judío Hasday volvió a an-Nasir desde Barcelona a fines de Du l-qa´da (septiembre 940), en compañía del mensajero de Suñer, Gotmar, tras concluir todo esto según las condiciones que puso, la primera de las cuales era que dejase de ayudar y tratar a cualquier cristiano que no estuviera en paz con an-Nasir…”

"ثمّ قدم حسداي بن إسحاق الإسرائلي على الناصر من برشلونة في عقب ذي القعدة منها ، بعد أن أحكم ذلك كله ، ومعه غدمار رسول شنيير ، على الشروط التي اشترطها عليه ، وأولها أن يتخلى عن إمداد جميع النصرانية الذين ليسوا في سلم الناصر.…"




* Fraxinetum: enclave pirático dependiente del califa de Córdoba, situado aproximadamente en la zona de la actual Marsella.
Fragmentos de la crónica de Ibn Hayyan (المقتبس (الجزء الخامس).
Traducción Crónica del califa ´Abdarrahman III an-Nasir entre los años 912 y 942 (al-Muqtabis V), traducción, notas e índices de Mª Jesús Viguera y Federico Corriente, Zaragoza, 1981. Páginas: texto árabe 404-405 y 341-342 de la traducción.

martes, 10 de noviembre de 2009

La identidad islámica de los moriscos. Homenaje a Míkel de Epalza [Congreso]




Míkel de Epalza (1938-2008) impulsó desde la Universidad de Alicante el estudio de la minoría morisca. Suyos fueron muchos estudios que abordaron tanto la personalidad islámica de los moriscos como su vida en el exilio magrebí, dos temas que le interesaron particularmente. Su magisterio en temas islamológicos, históricos y filológicos hizo de su labor una referencia obligada en este campo.

Precisamente la expulsión de los moriscos, de la que se cumplen en 2009 cuatrocientos años, fue el eje de muchos de los trabajos de Míkel de Epalza. En este Congreso, que quería ser un homenaje a su persona y que lo será finalmente a su memoria, se quieren traer a colación algunas de las cuestiones más centrales relativas a la vida y a la identidad de los moriscos.

Luis F. Bernabé Pons

PROGRAMA

LUNES, 23

11.00 h.

Inauguración: Josefina Bueno, Luis F. Bernabé

Luis F. Bernabé

"Míkel de Epalza: islam, moriscos, identidad, expulsión"

12.30 h.-13.45 h.

Bernard Vincent, "Las ordenanzas del obispo de Almeida para los moriscos de la diócesis de Cartagena".

16.00 h.-17.15 h.

Ana Echevarría Arsuaga, "De mudéjar a morisco en el Reino de Castilla"

17.15 h.-18.30 h.

Manuel Ruzafa, "El proceso de conversión de la minoría mudéjar en moriscos (1460-1526)"

MARTES 24

10.00 h.-11.15 h.

Leonard P. Harvey, "El islam del Mancebo de Arévalo"

11.15 h.-12.30 h.

Jesús Carrasco, "Moriscos y marranos: intereses cruzados"

12.30 h. - 13.45 h.

Luis F. Bernabé - José María Perceval, "Expulsados 1609. La tragedia de los moriscos"

16.30 h.-17.15 h.

Juan Carlos Villaverde, "Un códice morisco inexplorado de medicina (Ms. RAH Gayangos T15)"

17.15 h.-18.30 h.

Maribel Fierro, "De nuevo sobre los libros de los moriscos"

MIÉRCOLES 25


10.00 h.-11.15 h.

Mercedes García-Arenal, "Muhammad Alguazir y los libros de Pastrana"

11.15 h.-12.30 h.

Abdel-Hakim Gafsi, „Aproximación al estudio de los tagarinos en Bizerta a partir de una estela funeraria recién descubierta"

12.30 h.-13.45 h.

José María Perceval, "Cómo se expresa el 'Nosotros' morisco y el 'Nosotros' cristiano viejo que habla del morisco"

16.30 h.-17.15 h.

Ana Labarta, „La cultura de los moriscos valencianos"

17.15 h.-18.30 h.

Rafael Benítez, "El proselitismo morisco a través de un proceso inquisitorial"

JUEVES 26

10.00 h.-11.15 h.

Manuel Barrios Aguilera, "Del 'modo único y decoroso' de vindicar las 'invenciones' sacromontanas: la disertación de Urbina y Dusfusa"

11.15 h.-12.30 h.

Juan Bautista Vilar Ramírez, "Los moriscos del reino de Murcia: de los intentos de asimilación a la expulsión".

12.30 h.-13.45 h.

Conclusiones y clausura. Jesús Pradells, Luis F. Bernabé

miércoles, 4 de noviembre de 2009

El sabor de la miel (reseña)




“Hay quien invoca a los espíritus. Yo invoco a los cuerpos. No conozco mi alma ni la de los demás, pero conozco mi cuerpo y sus cuerpos.
Eso me basta.”

Así da comienzo el libro de Salwa Al Neimi, autora de origen sirio asentada en París. Su libro, El sabor de la miel, es un texto provocador, directo, removedor de conciencias. Al Neimi no escribe una novela sino una crítica acerva contra el conservadurismo y la pacatería que, en materia sexual, domina al mundo árabe. Arremete contra la represión sexual y los tabúes sobre la sexualidad con los que creció.



“No soy la única ignorante. Parece ser que la ignorancia se ha generalizado en el período de decadencia sexual que vivimos actualmente” (p. 154).

“Me pregunto si las lectoras de Elaph entenderían algo del libro que redactó el jeque al-Suyuti para las mujeres en el siglo XIII sobre el arte de hacer el amor, visto que viven en la edad de piedra de la sexualidad.” (p. 155)

Además El sabor de la miel es un alegato a favor del sexo por el sexo para una mujer, fuera del matrimonio o de cualquier relación comprometida.

La obra en sí no tiene gran calidad literaria. La autora y su libro se han hecho famosos y han sido traducidos a varios idiomas por el tema que trata y cómo lo trata, ni más ni menos.

Lo más interesante de El sabor de la miel es que Al Neimi cita textos eróticos clásicos, de la rica tradición árabo-islámica “es un tesoro oculto que poca gente conoce” (p. 19), para apoyar su tesis de que el mundo árabe e islámico ha vivido tiempos mejores en lo que a las relaciones sexuales se refiere o, cuanto menos, tiempos en los que hablar del cuerpo, del sexo y del placer no era tabú.

“La libertad con que escribían los antiguos se burlaba de mí con su séquito de palabras que no me atrevo a pronunciar y tampoco a redactar.” (p. 19)

Para Al Neimi la lengua árabe es el idioma del sexo. Los textos clásicos a los que se refiere utilizan, sin pudor, gran cantidad de vocabulario relativo a las partes del cuerpo y el deleite sexual. En contraposición a esta riqueza expresiva medieval, critica que los árabes actuales, debido a la represión sexual, utilizan otros idiomas para hablar de sexo.

Sin embargo, y sin perder de vista la belleza de las citas y la desinhibición que reflejan frente a las relaciones sexuales, tampoco hay que idealizar ese pasado. De sexo y erotismo escribían sobre todo sabios de la ley, hombres de religión, que tratan las relaciones sexuales dentro del matrimonio como un tema más de la vida de todo musulmán. Es decir, nos parecen desinhibidos y exentos de tabúes pero su marco es la relación institucionalizada entre hombre y mujer. Eso sí, estos venerables sabios abordan el placer sexual como algo natural, y, aunque se refieren sobre todo a los hombres, no olvidan a las mujeres. Por otro lado, son textos cultos, inaccesibles para la gran mayoría de la gente en tiempos premodernos [véase "El islam y el placer sexual" de L. Bernabé y "Esparcimiento de corazones", Al-Tifasi [reseña] de M. Moreno en Araboislamica].

Destacar, por último, como excepción, los casos de Houba de Medina “famosa dama de la que no se salvó ningún hombre y que, al mismo tiempo, fue una lesbiana reconocida” (p. 103) y Al-Alfiya “a quien considero una de las más importantes adalides de la liberación de la mujer, la sexual, al menos. Es un personaje mítico” (169).

Salwa Al Neimi, El sabor de la miel. ¿Por qué una mujer árabe no puede hablar de sexo?, emecé, París, 2008. Trad. del árabe de Myriam Fraile.
Imágenes:1) portada del libro en su versión española, 2)Dos amantes, dibujo de Reza Abbasi, famoso pintor iraní de la corte del Shah Abbas (s. XVI)3) La escritora, Salwa Al Neimi, 4)Mujer escribiendo en la corte del Shah Abbas (1585-1627)

martes, 27 de octubre de 2009

Estereotipos araboislámicos.

Buenos días a las y los lectores de araboislámica. Después de estar sin actualizar el blog desde verano, volvemos, por fin, a las andadas todo el equipo y para empezar con esta nueva etapa de artículos hemos elegido un tema que seguro que causará gran controversia.

Hablemos primero de cultura general. La sociedad es ese animal que alimenta su conocimiento y su saber de varias formas. Los hay que estudian simplemente para conseguir trabajos remunerados, los hay que buscan un conocimiento que varía con los años y el aprendizaje, los hay que no pueden acceder a estudios pero tienen la curiosidad de descubrir otras realidades distintas a lo que se les plantea, los hay que conocen de oídas, los que siguen dogmas establecidos y los comprenden que se necesita una lucha contra los imaginarios universales que persisten en cada uno de nosotros.

No se si habréis oído hablar de las tres “P” , es una teoría de un filósofo holandés llamado Teun van Dijk, según él las tres P son la élite de las sociedades, las personas que realmente tiene poder para hacer realidad un cambio, estos son: Profesores, Políticos y Periodistas. De estas tres P, los periodistas ocupan un lugar privilegiado ya que controlan uno de los medios que más cala en la gente: la televisión.

La mayoría de los occidentales podrían sacarse un par de carreras y sus correspondientes doctorados si dedicaran a estudiar la mitad del tiempo que dedican en ver la televisión. La caja tonta como vulgarmente se llaman, y este nombre dice mucho, se encuentra en la mayoría de los hogares, independientemente del estatus social al que pertenezcamos. Una caja que a veces deja de ser tonta y se convierte en un arma de poder e influencia en los seres humanos. Este arma funciona a base de repeticiones y estereotipos simples y entendibles por todos, como el blanco y el negro, el cielo y el infierno, Oriente y Occidente, cristianismo e Islam.

Por otro lado, hablemos de cine. Las películas occidentales, especialmente en Hollywood, se han ocupado de demonizar el mundo árabe, su cultura y sobre todo su religión. Como ya ocurría en la literatura francesa del S.XII, los árabes son percibidos de forma muy negativa, sin que la Europa del medievo dudara ni un solo segundo que lo que se les contaba era la verdad.
En libros como los cantares de gesta podemos observar deformaciones del Islam. Por poner un solo ejemplo, los nombres de los sarracenos empiezan por “Mal”: Maltruc, Malfren, etc., Según el primer y más importante Cantar de Gesta, el Cantar de Roldán, los sarracenos medievales adoraban a varios dioses y eran hombres impíos e hipócritas, que acababan maldiciéndolos cuando perdían alguna de sus batallas. Pues bien, si tienes una mínima idea de lo que supone ser musulmán y conoces la cultura araboislámica, esta imagen resulta ser una exageración absurda, sin pies ni cabeza, y debemos felicitar a la humanidad por ser conscientes de esto diez siglos después… ¿o no?

¿Cuál es la nueva imagen del árabe en estos tiempos? Parece que ya sabemos todos que árabes no se llaman Maltruc o Malfren, ahora son Mustafá y Mohamad adoran a un solo Dios pero son retrógrados, ortodoxos y terroristas, siempre en desacuerdo con los infieles y llevando su Yihad hasta el extremo. Eso es lo que vemos en la televisión y en el cine, historias medievales hechas para entretener pero que, desgraciadamente, influyen negativamente en Occidente. Por que seamos sinceros, la gente salta de su sofá como si se hubiera pillado un dedo con una puerta cuando escucha en la televisión la palabra marroquí, argelino, iraquí,… es curioso como en los medios de comunicación parece que es importantísimo dejar clara la nacionalidad del individuo y cómo en la sociedad eso se traduce en una antipatía a lo oriental, aunque hay que señalar que ese rechazo se concentra casi exclusivamente en la nación árabe y su supuesta problemática para convivir con cualquiera que no esté de acuerdo con su credo.


Si aún no os queda muy claro de lo que os hablo podéis ver el vídeo que aparece más abajo para haceros una idea del machaque ideológico y la deformación araboislámica a la que estamos sometidos los occidentales.
http://
En relación a este tema, os voy a presentar un libro muy interesante, del que he sacado algunos datos en mi entrada. Tiene un título que llama la atención:

Contra el Islam.
Y el subtítulo aclara a qué se refiere:
La visión deformada del mundo árabe en Occidente,
Está escrito por Laura Navarro García, Doctora en Comunicación Audiovisual e investigadora del equipo Minority Media.
Este libro trata temas tan interesantes como los estereotipos hacia lo árabe e islámico, el racismo en los medios de comunicación, la inmigración y la visión universal de los emigrantes dependiendo del lugar del que procedan, es decir que existe “el moro”: como árabe pobre principalmente originario de países del Magreb y en contraposición existe “el árabe” que ya no es inmigrante se convierte en turista llegado de países como Arabía Saudí. Qué racista puede ser el lenguaje, ¿verdad?

Unos de los capítulos que más me ha llamado la atención de esta lectura es el del cine el Hollywood con una mención especial a la industria que ha sido número 1 éxitos de taquilla desde hace décadas, solo desbancada hace 4 años por el grupo PIXAR, si señores y señoras estoy hablando de las películas de Disney a primera vista inocentes dibujos animados autorizados para todos los públicos pero que después del análisis de Laura Navarro esa supuesta inocencia infantil se convierte en un mensaje subliminal racista, sexista y estereotipado.

Centrémonos en la película de Aladdín, producida poco después de la guerra del Golfo constituye uno de los mayores éxitos de la compañía Disnney y es también uno de los ejemplos más controvertidos de estereotipación racista en Disney, en este caso referida a los árabes.

Vayamos por partes, al comienzo de la película podemos escuchar la canción titulada “Noches de Arabia” que describe la cultura árabe con un tono abiertamente racista:

“Vengo de una tierra, de un lugar lejano,
donde vagan las caravanas de camellos,
donde te cortan las orejas sino les gusta tu cara,
es cruel, lo sé, y qué” (Pag.200)

Siguiendo con esta línea autorizada para todos los públicos vayamos ahora a un nivel estético:

“Todos los malos llevan barba larga y bulbosas narices, ojos siniestros y marcados acentos y están constantemente empuñando la espada, por el contrario, Aladdín no tiene una nariz larga; tiene una nariz pequeña. No lleva barba ni turbante, no tiene un acento marcado, lo que le hace atractivo es que le han dado rasgos occidentales.” (Pag.201)

Por otro lado hay un desconocimiento total de la cultura árabe como ya os decía antes que sucedía en la literatura medieval donde se deformaba el Islam, pues bien, en Aladdín volvemos a encontrarnos con la problemática de los nombres árabes.
Cuando Aladdín va a pedir la mano de la princesa Jazmine se presenta como el príncipe Aba Boua, nombre que no existe en árabe y no sólo eso recuerden queridos lectores el arquetipo de mujer árabe que se nos presenta en esta película: mujeres con sujetadores casi transparentes que enseñan buena parte de sus senos y su vientres pero que esconden sus caras con velos.

Así que queridos lectores plantéense que tipo de películas son realmente “inocentes” .
Películas como Pocahontas, El libro de la selva, Aladdín o el Rey León estas películas están cargadas de representaciones y códigos a través de los cuales a los niños se les enseña que l,os personajes que no llevan la impronta de la etnicidad blanca y de la clase media son culturalmente inferiores, desviados, no inteligentes y constituyen una amenaza.

Y para quien no esté totalmente convencido aún del daño que ha hecho Disney al imaginario occidental preguntaos algo: ¿por qué la única historia amorosa de Disney que no acaba con un “Fueron felices y comieron perdices…” es la de Pocahontas?
Un saludo.

lunes, 6 de julio de 2009

Ser mujer y musulmana (reseña)


El libro que presentamos hoy es el trabajo de la profesora del Departamento de Filología Semítica, Sección Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Barcelona, Dolors Bramon. Es especialista en historia de al-Andalus, especialmente de sus minorías y del pasado islámico de Cataluña. Además ha escrito sobre geografía y geógrafos árabomusulmanes y tiene varios trabajos sobre el tema de la mujer en el islam.

En esta obra nos acerca a los distintos condicionamientos ideológicos, sociales y religiosos que marcan, en mayor o menor medida, la vida de las mujeres que viven en países musulmanes. Obviamente, advierte la autora de que, analizando en su libro las creencias esenciales, “las diversas escuelas jurídicas, las costumbres seculares de los diferentes pueblos que hoy son islámicos, la diversa situación social o económica, el hecho de que los fieles pertenezcan al mundo urbano o al rural o a determinada clase social, muchos otros factores … han determinado diferencias que influyen en todos los ámbitos de la conducta de los musulmanes.”, p. 150.

El libro se divide en los siguientes apartados: Introducción, 1. De la igualdad absoluta a las diversas desigualdades, 2. Las desigualdades fisiológicas, 3. Las desigualdades sociales, 4. Las desigualdades que no proceden de la doctrina del islam, 5. Hacer y deshacer tópicos, epílogo, glosario y bibliografía.

Ya desde los títulos de los capítulos la autora sitúa al lector ante el tema de la desigualdad entre la mujer musulmana y el hombre musulmán, desigualdad que proviene de campos diversos. El libro empieza con una idea esencial, rotunda, y de gran importancia, desde mi punto de vista:

“Las religiones no suelen llevarse bien con las mujeres. Éstas han sido –y siguen siendo- las grandes olvidadas y marginadas de las diferentes instituciones religiosas, que están organizadas en su mayoría, por no decir en su totalidad, de manera jerárquico-patriarcal y desarrollan un discurso androcéntrico legitimador de la discriminación de género apelando, con frecuencia y sin fundamento, a los fundadores e incluso a la propia divinidad”, p. 11.

A lo largo del libro, Dolors Bramon va desgajando los textos en los que se basan las relaciones de género en el islam. Es decir, se refiere al tratamiento de la mujer en las tres fuentes escritas básicas de las que se extrae la concepción de la mujer en el islam: el Corán, la suna y la sharía. Es decir, el Corán, texto sagrado de los musulmanes que consideran palabra divina; la suna, recopilación de hechos y dichos del Profeta Mahoma y sus primeros seguidores que formaron la primera comunidad musulmana. Su manera de actuar y de responder a los retos de su tiempo conforman la segunda fuente de derecho en el islam. La sharía o derecho islámico, es decir, y en palabras de la autora: “la ley que resulta de unificar la normativa contenida en el Corán y en la Suna, juntamente con la jurisprudencia elaborada por lo ulemas.”, p. 37.

No obstante, en la introducción, la autora se hace eco de nuevas corrientes de pensamiento, que podemos definir como musulmán, -dentro y fuera de las sociedades islámicas-, que busca nuevas lecturas e interpretaciones de los textos fundacionales - Corán y Suna- en aras de reformular el derecho islámico y de modernizar las sociedades musulmanas, desde sus propios presupuestos y referentes ideológicos. Obviamente, este replanteamiento y relectura de los textos fundacionales del islam que se da en la actualidad en distintos ámbitos geográficos y entre muy diversos intelectuales, afecta muy concretamente a la mujer musulmana y a su concepción en la actualidad. Por eso, Dolors Bramon nos presenta una serie de nombres como botón de muestra del gran número de pensadores musulmanes “que luchas por modernizar el islam y por islamizar la modernidad”, p. 39.




Tras la introducción, el libro entra en la cuestión de la igualdad religiosa. Es decir, como receptores del mensaje divino y seres humanos sometidos a Dios, hombres y mujeres son iguales. Espiritualmente no hay diferencia entre unos y otros. A partir de esta idea, Ser mujer y musulmana se dedica a desgranar y explicar en qué consisten las desigualdades y, sobre todo, cuál es su justificación, en qué bases se asientan y por qué.



De este modo, responde a una serie de preguntas clave que, sobre todo desde Occidente, nos hacemos y que constituyen un motivo de desencuentro entre la cultura áraboislámica y la europea, por llamarla de alguna manera. ¿El Corán habla de pegar a las mujeres?, la ablación o extirpación del clítoris, ¿procede de la doctrina del islam?, ¿Es obligatorio el uso del velo?, etc.


Además de estas preguntas que suscitan polémica y sobre las que todo el mundo parece tener opinión irrefutable, hay toda otra serie de cuestiones muy interesantes y que una persona que conozca hasta cierto punto el mundo del islam o se sienta atraída por él se puede plantear: ¿qué opina el islam de la virginidad?, ¿Está admitido el uso de preservativos desde un punto de vista islámico?, ¿Y el aborto?, ¿Cómo se ven en la cultura islámica las relaciones lésbicas?, etc. En este libro encontrará la respuesta a estos y a otros muchos temas, de forma concisa, precisa y sin afán de exhaustividad, como es obvio con un tema tan extenso.


Presentadoras del programa "Kalam Nawaem", del canal árabe por satélite MBC

El capítulo 5. “Hacer y deshacer tópicos” es algo diferente a los anteriores. Está dedicado a los harenes, uno de los “espacios islámicos” que más elucubraciones ha producido en las mentes occidentales. Es el capítulo que más alusiones históricas tiene y está muy conseguido en su conjunto.

El epílogo está dedicado a la muerte y la otra vida. En el se hace patente las diferencias o desigualdades entre musulmanes y musulmanas. En palabras de la autora: “Es obvio que la oferta de las huríes como una de las delicias celestiales no puede tentarles… Entre los intentos de describir los placeres del Paraíso femenino destaca, en primer lugar, la promesa de matrimonio a todas las musulmanas, ya que se considera que es el estado que más desean las mujeres”, p. 149.

La autora declara en las conclusiones su pretensión de objetividad: “he querido limitarme a una transmisión y a una exposición de conocimientos sobre el estatuto de las mujeres que practican el Islam … he prescindido expresamente de mis opiniones personales.” No obstante deja traslucir en varios momentos sus ideas, a veces no exentas de ironía y cierto humor. De hecho, creo que es un tema en el que es casi imposible no posicionarse, aunque ello no reste valor, obviamente, a la labor académica que es clara en este libro.



Ser mujer y musulmana, Dolors Bramon, Biblioteca del islam contemporáneo, Ediciones Bellatera, Barcelona, 2009. Primera edición en catalán, 2006. Traducción del catalán por José Miguel Marcén.

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