Adéntrate y descubre la historia y la cultura árabe e islámica.


jueves, 19 de junio de 2008

La ciencia en la cultura árabe e islámica

La impronta mas relevante y significativa del saber científico árabe está relacionada con las matemáticas. Nuestras actuales cifras “arábigas” llegaron a occidente gracias a la aportación islámica, aunque en sus orígenes remotos fueron hindúes. También es árabe el concepto de “cero” y el término “cifra”.
Su uso práctico y fácil acabó sustituyendo rápidamente (por lo menos a partir del siglo XIII) las incómodas cifras romanas. Entre los matemáticos de relieve cabe citar a Muhammad ibn Musa al-Hwarizmi, personaje del siglo IX cuyo nombre dio lugar a la palabra “logaritmo”; se le considera el padre del álgebra (palabra de origen árabe: Al-gabr)

Al-Hwarizimi perfeccionó también un método para extraer raíces cuadradas y de sus estudios se consiguieron los avances mas destacados de la trigonometría.

Numerosas fórmulas geométricas y aritméticas son igualmente herencia árabe.

Se utilizaron ampliamente para calcular superficies (trigonometría), distancias o volúmenes. En álgebra, término de claro origen árabe, llegaron a conocer las ecuaciones. La física cuenta con figuras de relieve de Ibn al-Haytam, conocido también como Alhazén (965-1039) y vinculado al circulo cortesano fatimí. Al-Haytam no sólo desarrolló la óptica, sino que formuló las leyes de la propagación, reflexión y refracción de luz.

Los conocimientos astronómicos de la civilización árabe tendieron a confundirse, en algunos casos con la astrología. La astronomía heredada de oriente, fue rápidamente ampliada entre los árabes que, con el tiempo, consiguieron aplicar sus conocimientos a múltiples y diversos instrumentos de mediación de la esfera celeste, como el astrolabio.

Gracias a la aplicación práctica de las leyes astronómicas fue posible mejorar la navegación, determinar la dirección exacta de la Meca para las oraciones, calcular equinoccios y solsticios,etc. De entre todos estos instrumentos, la anafea de Azarquiel (1029-1087) representó una innovación notable dentro de la técnica de estos aparatos al aplicar una proyección horizontal en vez de vertical, pues bastaba con usar un único disco para la medida de todas las latitudes.

lunes, 16 de junio de 2008

EL ISLAM EN TIERRA EXTRAÑA

El texto que sigue, escrito a comienzos del siglo XVI, es conocido en todo el mundo islámico, aún hoy en día. En él se dicta a unos musulmanes unas normas concretas para el desarrollo de un criptoislamismo en un medio cristiano: hay que imitar las acciones y gestos de los cristianos, preservando la pureza de intención islámica (niyya) en el corazón. Esta consulta legal fue redactada por Ahmad ibn Abi Yum’a al-Magrawí zumma al-Wahraní, muftí establecido en Fez de discutida identidad, alrededor de 1504, a petición de unos moriscos granadinos que deseaban volver a su tierra, ahora cristiana. La licitud para un musulmán de permanecer en territorio cristiano no era una cuestión nueva: los mudéjares ya habían dirigido tiempo atrás varias consultas a las autoridades religiosas de Granada y del norte de África buscando su autorización para seguir viviendo en territorio hispánico.

Las respuestas de los juriconsultos habían seguido siempre –con algún matiz- la dirección del derecho malikí: los musulmanes tienen estrictamente vedada la estancia en el territorio de los infieles (dar al-kufr), en esencia porque las costumbres de éstos les contaminarían y harían debilitar su fe. Por tanto, la emigración hacia territorio islámico (dar al-islam) era indispensable y una obligación para el creyente. Sorprendentemente, y de forma casi contemporánea a un nuevo llamamiento a la obligación por parte del gran al-Wansharishí, el muftí de Orán autoriza la permanencia de musulmanes entre cristianos, dándoles licencia para hacer pública manifestación de cristianismo y al tiempo mantener viva la llama de su fe en secreto.

Por obvias razones los moriscos acogieron con profundo interés este documento, que tradujeron de su original árabe, copiaron en castellano y lo transliteraron, aljamiándolo, con las letras del alifato árabe, durante la segunda mitad del siglo XVI. Pese a que entre los moriscos existía una mala conciencia de la precariedad de su creencia y ceremonias islámicas, el documento del muftí de Orán daba carta de naturaleza a su existencia de musulmanes en tierras cristianas.

Este texto ha sido asimismo tomado por algunos investigadores modernos como la prueba de la existencia de la taqiyya o encubrimiento de la fe, como llave maestra de la vida de los moriscos, aunque otros se resisten a hacer de ese concepto –usual entre chiíes, mucho más excepcional entre suníes- un puntal de la vida morisca.

Finalmente, el documento del muftí de Orán ha vuelto a ponerse de actualidad desde hace unos años debido a que la cuestión del desarrollo de la vida musulmana en una sociedad no islámica está siendo discutida en el marco actual de la presencia importante de población musulmana en las sociedades europeas. Algunos de las autoridades islámicas de más eco entre esta población, como Tariq Ramadan o Yusuf al-Qaradawi, se han ocupado de este asunto, mientras que aparecen continuamente reflexiones y pronunciamientos sobre la cuestión.

La versión que sigue ha sido tomada de: Pedro Longás, La vida religiosa de los moriscos, Madrid, 1915; n. ed., Granada, 1990, pp. 305-307.


Respuesta que hizo el muftí de Orán a ciertas respuestas que hicieron desde la Andalucía

A nuestros hermanos, los que están encogidos sobre su religión, como quien está encogido sobre las brasas.

Mantened la oración, aunque lo hagáis por medio de señas.

Pagad el azaque, aunque sea haciendo mercedes a los pobres, y aunque lo deis con vanagloria; pues Dios no ha de atender a vuestra actitud exterior, sino a la intención de vuestros corazones.

Para cumplir con la purificación, os bañaréis en la mar o en el río; y si esto os fuese prohibido, hacedlo de noche, y os servirá como si fuese de día.

Haced el atayamum, aunque sólo sea frotando las manos en la pared; y si esto no fuera posible, procurad dirigir la vista a la tierra o la piedra que os pudiera servir, con intención de hacerlo.

Si a la hora de la oración se os obligase a ir a adorar los ídolos de los cristianos, formaréis intención de hacr la tacbira del alihram, y de cumplir vuestra oración; y vuestra mirada se dirigirá hacia los ídolos cuando los cristianos lo hagan; mas vuestra intención se dirigirá a Dios, aunque no estéis situados de cara hacia la alquibla, a la manera que hacen oración los que en la guerra se hallan frente al enemigo.

Si os fuerzan a beber vino, bebedlo, apartando toda intención de cometer vicio.

Si os obligan a comer cerdo, comedlo, purificando vuestra intención, y reconociendo su ilicitud, lo mismo que respecto de cualquier otra cosa prohibida.

Si os casan con sus mujeres, estimadlo cosa lícita, pues ellos profesan una religión revelada. Y si os obligan a casar con ellos vuestras mujeres, haced patente que tal cosa está prohibida, y que obráis forzados, y que, si tuvieseis poder para ello, lo cambiaríais.

Si os obligan al logro o usura, hacedlo, purificando la intención y pidiendo perdón a Dios.

Si os colocan en la balanza de la infidelidad y os es posible disimular, hacedlo así, negando con el corazón lo que afirméis con vuestras palabras, al obrar forzados.

Y si os dicen que denostéis a Mahoma, denostadlo de palabra y amadlo a la vez con el corazón, atribuyendo lo malo a Satanás o a Mahoma el judío.

…………………………………………………………………….

Si os dicen que Jesús murió en la cruz, atribuiréis esto a honra que Dios quiso hacerle, a fin de ensalzarlo a lo alto de los cielos.

Y todo cuanto os ocurra de trabajos, escribir a Sus, y haremos cuanto esté de nuestra parte para resolver vuestra dudas.

La paz de Dios sea con todos los muslimes. Amén.

miércoles, 11 de junio de 2008

Experiencias de un noble sirio. 2.- De la importancia de los caballeros francos

“La única virtud humana de los francos es la valentía. Entre ellos sólo los caballeros gozan de preeminencia y alto rango y son los únicos a quienes tienen en consideración. Los caballeros son quienes opinan, juzgan y sentencian. Tuve pleitos con ellos por mor de unos rebaños de ovejas que el señor de Baniyas había robado en el bosque aunque a la sazón habíamos hecho las paces. Yo estaba entonces en Damasco. “Este hombre –protesté ante el rey Foulques hijo de Foulques- nos agredió y robó animales en tiempo de parir las ovejas. Los corderos nacidos murieron y nos las vovió tras echarlas a perder.” Ordenó el rey a seis caballeros que se alzaran y juzgaran el caso. Salieron, pues, de la audiencia aquellos seis y consultaron en privado hasta conseguir unanimidad de pareceres, momento en el cual tornaron a la audiencia real: “Fallamos que el señor de Baniyas ha de pagar una multa por los daños causados a las ovejas de esta gente.


” El rey impuso la multa al de Baniyas, quien vino a importunarme y rogar hasta que me avine a aceptar sólo cuatrocientos dinares. Este sentencia, una vez la dictaron los caballeros, fue absolutamente irrevocable por el rey o los francos principales, pues un caballero es para ellos lo más grande.
“Fulano –me dijo el rey-, por la verdad de mi religión que ayer fui grandemente feliz”. “Dios contente al rey –respondí- ¿y por qué te alegraste?” “Me contaron que eres un gran caballero, pero yo no creía ni que fueras caballero.” “Mi señor, soy un caballero de mi raza y de mi pueblo”, repuse. Si el caballero es delgado y alto, más lo admiran los francos.”


El señor de Baniyas (Paneas, antigua Caesarea Philippi, en las fuentes del Jordán) era Raniero de Brus.
Los hechos ocurrieron el año 1140, durante la primera estancia de Usama en Damasco.
Fulano: se llama a sí mismo el autor. Término que proviene del árabe fulân.

Usama b. Munqid, Libro de las experiencias, Gredos, Madrid, 2002, trad. y estudio Almudena García Algarra, pp. 100-101 y nota 140.


Imágenes: 1.- caballero cruzado; 2.- Señores cruzados; 3.- Godofredo de Bouillon toma Jerusalén (1099).

domingo, 8 de junio de 2008

Experiencias de un noble sirio. 1.- Lanzazos memorables


“De lanzazos famosos traeré a colación este: un kurdo al que decían Hamadán, un viejo amigo, fue con mi padre a Ispahán a la corte de Malik Sah. El kurdo ya era viejo, cegatón y tenía dos hijos crecidos. “Hamadat –propuso mi tío ´Izz ad-Din-, estás anciano y débil.

Nos has servido y así adquiriste derechos con nosotros. Si te quedases en tu mezquita –tenía una a la puerta de casa-, inscribiríamos a tus hijos en las listas de nuestros estipendiarios y te entregaríamos dos dinares al mes y una carga de harina mientras te encargaras de tu mezquita.”, “Sea, príncipe”, aceptó Hamadat, pero aquel acomodo no le duró mucho y fue a ver a mi tío: “Emir, por Dios, no puedo constreñirme a estar sentado en casa. Prefiero que me maten a caballo a morir en mi cama.” “Como quieras”, se avino mi tío y ordenó le volvieran a pagar la soldada como antes.Apenas pasaron unos días cuando el de Cerdeña, señor de Trípoli, nos atacó. Los nuestros corrieron a su encuentro; Hamadat, que era uno de los que cargaban, se detuvo en un altozano mirando hacia la alquibla y un caballero franco lo acometió por el oeste. Alguien de los nuestros le advirtió: “¡Hamadat!”, y él se tornó y vio cómo el caballero venía directo. Entonces encaró su yegua al norte, lanza a manteniente contra el pecho del jinete franco, y lo ensartó. El franco se retiró colgado del pescuezo del caballo, a punto de expirar. Al terminar la batalla Hamadat dijo a mi tío: “Príncipe, si Hamadat se hubiera quedado en la mezquita, ¿quién habría sido capaz de un lanzazo así?” Aquí recuerdo las palabras de al-Find az-Zimmani:

“¡Qué magnífico lanzazo para un viejo decrépito y acabado!
Tal golpe me ha rejuvenecido, aunque los de mi edad no gusten de armas.


Usama b. Munqid, Libro de las experiencias, Gredos, Madrid, 2002, trad. Almudena García Algarra, p. 84-85.



Usama ibn Munqid (1095-1188). Fue un príncipe que vivió en tiempos de “Las Cruzadas”. Nació y creció en Sayzar, fortaleza situada a unos 20 km. al norte de la ciudad siria de Hama y de la que todavía quedan en pie algunas ruinas. Participó en diversas guerras y batallas en el complejo entramado político interconfesional de su época. Además de en Sayzar, vivió e intrigó en las cortes de Damasco y el Egipto fatimí. Al final de su vida conoció y trato con Saladino y escribió, a sus noventa años, su Libro de las experiencias, donde recoge recuerdos y anécdotas de su intensa vida. Una parte de la obra está dedicada a la caza, el gran placer de señores, reyes y nobles en la Edad Media.


Imágenes: 1- escena de las Cruzadas, 2.- Malik Shah, fue el último de los sultanes selyuquíes que consiguió mantener unificados sus dominios. Su gobierno estuvo dominado por la personalidad de su visir, Nizam al-Mulk, de origen persa. 3.- Portada del libro de las experiencias.
Al-Find az-Zimmani: poeta preislámico.



Mapa de la zona de Hama, en la actualidad.

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