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domingo, 28 de septiembre de 2008

LA ARQUITECTURA DEL PROTECTORADO ESPAÑOL EN TETUÁN



Durante 44 años, entre 1912 y 1956, España ejerció un régimen de protectorado sobre la zona norte de Marruecos. Varias generaciones de españoles vivieron allí, cosa que se plasma en las infraestructuras y en la gente.
En 1956 tras la independencia absoluta de Marruecos, esos españoles que crearon familias, levantaron negocios e impulsaron instituciones retornaron a la Península, dejando tras ellos una huella que aún perdura.
Uno de los ejemplos de las construcciones que dejaron los arquitectos españoles es la antigua plaza primo hoy conocida como plaza del Mulay Medí, era el centro neurálgico del ensanche.


Otra de las muestras arquitectónicas de la ciudad y que muestra como los españoles dejaron su huella es la iglesia de Nuestra Señora de las Victorias, que actualmente ha sido restaurada.

En Tetuán quedan hoy día muchos lugares que eran centro de reuniones de los españoles como por ejemplo el Café Nipon situado en la zona del ensanche, nombre con el que se conoce al conjunto de edificaciones construidas por los españoles a partir de 1912, que se extiende desde la antigua medina hasta la calle Moulay El Abbas, este café fue fundado por un español en 1945.
También en estos años había una pastelería llamada El Buen Gusto, hoy convertida en un consultorio telefónico que mantiene su antiguo nombre.


En esta etapa donde los españoles vivieron, crearon un club social donde celebraban las verbenas de verano, pero hoy en día es un recinto militar, un club de descanso de los altos oficiales del ejército marroquí, reservado sólo para altos oficiales del ejército, y al que suele acudir la familia Real marroquí.
El edificio de la unión y el fénix, situado en la entrada a la plaza de Hassan II, antigua plaza española o del feddan, es una muestra de la arquitectura española en la ciudad. En Tetuán aún siguen en pie el edificio de la Compañía Torres Quevedo (lo que era teléfonos) y el banco de España, lugares que en su inevitable reconversión son hoy las oficinas de correos y el consulado español de Tetuan, respectivamente.
Durante los primeros nueve años del protectorado, entre 1912 y 1921, se proyectó y realizó buena parte del ensanche de la cidad, diseñado sobre los ejes trazados por los cuarteles de las tres armas del ejército español de la época: Infantería, Artillería y Caballería. Más allá de la medina, la ciudad antigua amurallada, los españoles ampliaron la urbe con calles y plazas. En 1914 levantaron el edificio que hoy alberga el instituto Cervantes.
El estallido en 1921 de la Guerra de Marruecos, también conocida como Guerra de África o la guerra del Rif, interrumpe este crecimiento inicial. Sin embargo, a partir de 1927, y durante los siguientes 30 años, se desarrolla un vertiginoso proceso de construcción que culminará con la creación de una ciudad prácticamente nueva, incluida la canalización de agua potable y la electricidad. Arquitectos como Muguraza, De la Cuadra Salcedo y Alfonso de Sierra dibujan algunos de los edificios de la actual calle Mohamed V, antigua calle del Generalísimo. Esta travesía peatonal es hoy un melancólico paseo para aquellos que tuvieron un vínculo familiar con la época del protectorado, o para los que en un momento de su vida se hayan sentido atrapados por esta fascinante ciudad llena de una amplia historia compartida entre España y Marruecos.

viernes, 26 de septiembre de 2008

"Esparcimiento de corazones", Al- Tifasi [reseña]


“Esparcimiento de corazones” de Al-Tifasi, es un libro lleno de definiciones, detalles e historias, pura literatura erótica árabe.
Revelador donde los haya, podría comparase con la magnífica obra de Ibn Hazm: “El collar de la paloma”, aunque el tema principal no es el amor.
En este caso los actores y actrices del sexo son los protagonistas de esta lectura, que, estoy segura, será sorprendente para cualquier lector de a pie que no haya leído nunca una obra de esta temática dentro de la literatura medieval, como por ejemplo al famoso poeta Abu Nuwas, y que sea consciente del rigorismo islámico, en materia sexual, tal y como lo conocemos ahora.

Lo que realmente nos llega a sorprender es el contraste entre el antes y el después, entre una sociedad árabe desinhibida que hablaba sin tapujos de chulos, rameras y maricones, que despojaba al sexo de tabúes y normalizaba una serie de comportamientos que, en la actualidad, en algunas regiones de Oriente Medio serían motivo de lapidación, latigazos o de la horca.
¿Qué pasaría ahora si escritores y poetas árabes abiertamente gays, que dedicaban sus más bellas obras a personas de su mismo sexo, levantaran la cabeza? Pues que seguramente se la cortarían.

La hipocresía de negar la existencia de la homosexualidad, como ya se atrevió a hacer en su día Mahmud Ahmadineyad (presidente de la República Islámica de Irán), afirmando que en su país no habían homosexuales, no es cosa de oriente y el Islam. La vuelta a las opciones más conservadoras y radicales se ha estado viendo últimamente en occidente con personajes de la talla de Berlusconi, Bush o Benedicto XVI, entre otros.

El autor de esta lectura tan procaz nació en Gafsa (Túnez) en 1184. Su padre era un cadí (juez) y su abuelo, Ahmad, había servido de secretario a las órdenes del emir al- Mu’ tazz ibn al-Rand. Se trasladó a Túnez capital y estudió en la prestigiosa mezquita Zaytuna. Allí atesoró sus primeros conocimientos de literatura, medicina y ciencias naturales. Viajó a Egipto y Siria para completar sus estudios y regresó siendo nombrado cadí de Gafsa. Abandonó Túnez tras la muerte de su esposa. Entonces, viajó a Alejandría y fue requerido por el sobrino de Saladino, el sultán al- Kamil, que había oído hablar de su ciencia y saberes. En la capital egipcia, al- Tifasi se ganó pronto los favores del monarca ayyubí gracias a su cultura y su habilidad. Viajó por Armenia y Persia. Sordo y medio ciego, falleció en El Cairo en 1253.

Está claro que la amplia carrera de al- Tifasi, sus viajes, sus vivencias, el codearse con algunas de las mentes más brillantes de aquella época, hicieron a este hombre expandir su conciencia y darse cuenta de una realidad más allá de las nociones coránicas y familiares del momento, la de las distintas realidades sexuales.
Al pertenecer a una clase cultivada al-Tifasi hablaba de estos temas de una manera desenfadada y jocosa, al contrario de la mayoría de la gente que no sabía leer ni escribir. Esto lo hace diferente. Prueba de ello es que era un observador de la humanidad que no se le escapaba un detalle.

En el libro podemos encontrarnos con unas 15 definiciones distintas de ciertas conductas y tendencias sexuales bastante tabues tanto en aquella época como en la actualidad.

En el capítulo VI, al-Tifasi habla sobre las condiciones de la sodomía y rasgos de los mu’ ayirin o los que alquilan sus cuerpos.
El autor describe las condiciones necesarias que debe reunir un buen sodomita activo o bujarrón: tener una casa dispuesta y bien provista de salas de baño, tablero de ajedrez, libros de poemas, etc.
Al –Tifasi cuenta que una vez un hombre preguntó a un sodomita: “¿Cuál es la razón de que haya siempre tantos mancebos imberbes a tu alrededor dispuestos a satisfacer tus deseos?”
A lo que el otro contestó:
- “Ahora mismo te voy a mostrar la razón de mi éxito.”
Dicho esto procedió a sacarse de debajo del turbante una bolsa repleta de monedas y le dio un puñado de ellas. A continuación saco de un pañuelo que llevaba atado a la cintura dulces y frutos secos. Luego se llevó la mano a la faltriquera y le enseñó otras cosas de valor que en ella había.
El otro, a la vista de todo esto exclamó: “Basta, no sigas, no vaya a ser que acabes ensartándome aquí mismo”

Esta claro que cuanto menos os llamará la atención la manera desenfadada con la que este autor habla de la homosexualidad y la prostitución. Temas atemporales como estos que vienen existiendo desde el principio de los tiempos y seguirán latentes en cualquier sociedad oriental u occidental aunque siempre habrá personas que los intenten invisibilizar.

Hace 800 años este árabe tunecino escribía “Esparcimiento de corazones”, contando detalladamente como hombres de Dios y de ley interactuaban con rameras, chulos y homosexuales, cuando, hace sólo 5 años, Canadá prohibía a los homosexuales donar órganos, hace 4 Irán ahorcaba en una plaza a una pareja de gays y hace 3 las tropas rusas emprendían a palos con la manifestación del orgullo LGTB en las calles de Moscú. Muchos dirían que estos sucesos son una vuelta atrás, pero ¿cuánto de atrás?

Para finalizar, os transcribo una de las historias que más ha gustado, y empieza así:

“Relata Yáhiz en “El libro de los ladrones” que un viejo fue llevado ante un? valí, acusado de robo y asesinato. El valí decretó que se le metiera en la cárcel hasta que se le aplicara el castigo pertinente. Poco tiempo después metieron en esa misma cárcel a un muchacho que pertenecía a la banda del viejo y con el que mantenía relaciones carnales.
Un día, sacaron a algunos malhechores de la cárcel, incluidos el viejo y su amante para llevarlos a presencia del valí y someterles a suplicio.
Cuando le llegó su turno, el muchacho aguantó con sorprendente entereza los cien latigazos, pese a la fragilidad y juventud de su cuerpo. Este hecho no pasó inadvertido para los presentes quienes admiraron la hombría del joven. El mismo valí dijo a su séquito:
- Lo que más me sorprende de este muchacho aguerrido y valeroso es que se deje hacer por un viejo.
Al decir esto señaló al anciano de aspecto escuálido y repulsivo, que había seguido la flagelación del chico con muestras evidentes de temor y desasosiego que el valí y sus acompañantes habían interpretado como señal inequívoca de pánico. Así que cuando llegó el turno del viejo, el valí ordenó que se le eximiese de los latigazos diciendo:

- Devolvedle a su celda, pues no aguantaría ni siquiera cinco azotes.

Pero el anciano se volvió hacia él con los ojos enrojecidos por la furia y le dijo:

- No solo puedo aguantar cinco, sino cinco mil. Que mi vigor no reside en mi cuerpo sino en mi espíritu, mi ánimo y mi corazón.

- Desnudadlo.- ordenó el valí.

Los verdugos trataron de amarrarlo al poste de tortura pero el viejo se revolvió diciendo:
- No hay necesidad de atarme.

Así que se quedó de pie con el torso y la espalda descubiertas, recibiendo latigazos por doquier. Hasta quinientos latigazos soportó el valeroso anciano, fustazos horribles, pero nunca movía los pies del suelo… ¡Parecían estacas hundidas en la tierra!
El que se sentaba junto al valí le comentó con tono admirado:
- ¿Y tú reprobabas al muchacho por dejarse empalar por este viejo? ¡Por Dios que si me lo pidiera a mi tampoco me negaría!

Y el valí rió y rió hasta que se le saltaron las lágrimas.”

En definitiva, un libro interesante y ameno, repleto de pasajes que resultan hasta cómicos como habéis visto, vacío de represiones y vergüenzas. En mi opinión peca de algunos estereotipos de género, por ejemplo, cuando describe a rameras y alcahuetas. Y lo que menos me gustó de todo es la ausencia total de la homosexualidad femenina en sus relatos, aunque si las lesbianas de hoy se quejan por su invisibilidad, pensad en el grandioso burka imaginario que las cubría en el siglo XII.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Las Rábitas de Guardamar del Segura (Alicante)

Guardamar del Segura es una localidad alicantina conocida gracias a sus emplazamientos históricos, tanto árabes como íberos y griegos, ya que su situación estratégica cercana al río Segura proporcionaba antiguamente seguridad a los pueblos que la poblaban y de los que no se dejan de encontrar restos desde el hallazgo de la dama de Guardamar en el yacimiento del Cabezo Lucero, a partir de la cual comenzó el interés arqueológico en esta zona y los descubrimientos no dejaron de sucederse. Cada uno de los hallazgos se encuentra en el museo Arqueológico y Etnológico en la Casa de Cultura.
Pero su importancia aumenta notablemente con el descubrimiento de la primera Rábita musulmana. En este lugar, algo insólito e impensable, conforme se va excavando se van descubriendo una enorme serie de Rábitas de la época islámica. A partir de entonces el lugar comienza a tener un reconocido prestigio y, actualmente, es un de los lugares históricos más importantes de la Península Ibérica.
Seguidamente explicaremos la composición de estas Rábitas, su importancia en la historia y su valor arqueológico.

Antonio García Menárguez, el arqueólogo municipal de Guardamar, señaló que el descubrimiento de las Rábita se emplazaba a unos veinte metros de la orilla del mar, en la playa del Moncayo. El lugar se encontraba completamente sepultado bajo las dunas de la zona y la excavación fue tan difícil como costosa. No obstante, gracias a la arena las pequeñas mezquitas se encontraban en muy buen estado, teniendo en cuenta que se remontan a los siglos X y XI.
Su localización no era ni mucho menos casual. Tenía un gran valor estratégico, ya que allí se encontraba uno de los pocos embarcaderos del Segura, el cual servía para extraer recursos marinos sobre todo de la pesca y la sal que se exportaban desde la hispania Romana. Pero para los musulmanes suponía, sobre todo, un emplazamiento fronterizo de control frente a los ataques de los cristianos.

Los musulmanes, como en otros muchos casos, no partieron de cero para levantar tan estratégico asentamiento, sino que aprovecharon los restos de otras construcciones del siglo III-IV, huella de los pobladores de entonces.
La primera de las Rábitas musulmanas se extiende en unos 200 metros cuadrados, se trata de un conjunto arquitectónico orientado hacia La Meca. Está formada por el muro de la quibla y el pequeño mihrab hacia donde el imán suele dirigir la oración.
Con el descubrimiento de esta Rábita a unos 5 kilómetros de una primera que se encontró anteriormente; se abre una oportunidad para conocer científicamente una de las instituciones más importantes de Al-Andalus. En conjunto, ambas dos constituyen las únicas documentadas arqueológicamente en todo el territorio peninsular ya que es el más antiguo de la Península.
Está compuesto por un conjunto de unas veinte celdas-oratorio dentro de un monasterio fortificado que juegan un papel importantísimo en las luchas entre musulmanes y cristianos en este lugar, como veremos en el apartado siguiente.
Fue a principios del siglo X, con Abderrahman III como califa, cuando se comenzaron a construir estos edificios religiosos. Se trata de un monasterio donde vivían monjes soldados en régimen de vida religiosa común.
Esta situación no dura para siempre y los reinos cristinos comienzan el asedio de los asentamientos musulmanes de toda la península (sobre todo a partir de mediados del siglo IX), llegando a esta zona que se convierte en un frente importante que finalmente cae. El territorio occidental de Murcia, donde se encontraba Guardamar, pasa a formar parte del reino de Valencia. Pero no se consigue la paz en este pueblo sino que los musulmanes no se rinden y comienzan a luchar por su antigua ciudad siendo de lo más complicado mantener esta zona en los duros siglos medievales siguientes. De este modo se sabe que se trata de una zona que ha sabido superar todas las adversidades a lo largo de la historia.

martes, 23 de septiembre de 2008

Cruzados alemanes en la costa portuguesa. Siglo XII

“Poco después de la rendición de Alcácer do Sal, el obispo de Lisboa Sueiro y las otras personalidades eclesiásticas y militares escribieron una carta al papa Honorio, disculpándose de haber inducido a los cruzados alemanes y flamencos, que se dirigían a Palestina, a quedarse con ellos a invernar en Portugal, con el objeto de liberar a España y vencer a los enemigos de la fe: “ad Hispaniam liberandum et ad inimicos sancti fidei expugnandos”. Para llevar a cabo tal empresa les habían propuesto el asedio de la fortaleza llamada Alcázar, que, entre todas las que los sarracenos poseían en España, era la más perjudicial para los cristianos. Por otra parte la posesión de esta plaza brindaría a los cruzados oportunidad de provisiones abundantes y de resarcirse de los gastos de la expedición. Aunque en realidad los peregrinos desde la salida de su patria hasta la llegada “inesperada” a Lisboa no habían tardado más que 42 o 43 días, sin embargo, tendenciosamente, Sueiro y demás firmantes manifiestan al Papa que los cruzados, después de haber superado muchos naufragios y diversos peligros, habían invertido cuatro meses en trabajosa navegación que, por lo general, suele hacerse en 15 días. ...



Tal demora no podía interpretarse sino como un signo del Señor para la liberación de España. El éxito con que fue coronada la acción contra Alcácer do Sal y los milagros que tuvieron lugar durante aquella gloriosa jornada venían a confirmar cuán justa había sido su determinación. Finalmente piden al Papa que, para alcanzar la meta propuesta de estirpar de toda España el pérfido culto de los paganos, el ejército de los peregrinos permanezca por espacio de un año en Portugal, y que tanto a los cruzados alemanes como a sus compatriotas portugueses se les concedan las mismas indulgencias que si hubieran estado en Tierra Santa. Piden además, puesto que se hallan en guerra contra los sarracenos, que los clérigos de España paguen el impuesto de vigésima establecido por Inocencio III para la cruzada, y que aquellos peregrinos que por larga ausencia de la patria, por enfermedad o por pobreza de medios no pudiesen llegar a Tierra Santa, les sea permitido regresar junto a los suyos con plena remisión de sus pecados.


Por la misma fecha el jefe de la flota cruzada Guillermo de Holanda, en su calidad de “crucesignatorum comestabulus”, como él mismo se llama, escribe también al Pontífice, anunciándole igualmente la expugnación de Alcácer do Sal por los cruzados a su mando con ayuda de 100 naves, y en la que fueron hechos 2000 prisioneros sarracenos, entre los cuales se contaba el gobernador de la fortaleza llamado Abur (“dominus castri, Abur nomine”), quien se hizo bautizar juntamente con algunos cientos de los suyos. Esta circunstancia es interpretada por el conde de Holanda como un presagio muy alentador para someter a la fe católica a una gran parte de la España musulmana. Sin embargo, hay que decir, que esta esperanza se reveló muy pronto como infundada, pues la conversión de “Abur” no había sido más que una estratagema para escapar con vida y poder pasar a la primera ocasión al campo de sus compatriotas, cosa que tuvo lugar ya antes de la primavera de 1218. Por todo esto –continúa el Conde de Holanda- y a ruegos del rey de León (al que llama “rex Legionensis et Gallorum”, se silencia por lo tanto también aquí al rey de Portugal Alfonso II), del de Navarra y de muchos arzobispos y obispos, así como de los principales de toda España, se había decidido a permanecer en Portugal para ayudarlos en la lucha contra los sarracenos. Y termina suplicando a Honorio en términos de gran humildad y subordinación … que le haga llegar su voluntad, que, como hijo obediente, acatará plenamente y sin ninguna objeción.

La respuesta de Honorio al obispo Sueiro lleva fecha del 12 de enero de 1218. El papa, ante los hechos consumados, accede de buen grado a conceder indulgencias plenarias a los cruzados que habían tomado parte en la conquista de Alcácer, pero sin absolverlos del voto contraído de dirigirse a Tierra Santa. Sin embargo en otra carta del 26 del mismo mes, Honorio da encargo a los obispos de Lisboa y Évora, y al prior de Palmella, de comunicar a aquellos que habían perdido sus naves durante el asedio, o a los que por manifiesta pobreza no podían hacer efectivos sus votos, que quedaban exentos de proseguir el viaje a Palestina. En virtud de esta dispensa del Pontífice hay que suponer que un cierto número de cruzados nórdicos se volvieron a su patria, y que otros se asentaran como colonos en las tierras portuguesas ganadas a los árabes en la fértil comarca del Sado.”

J. Ferreiro Alemparte, Arribadas de normandos y cruzados a las costas de la Península Ibérica, Madrid, 1999, pp. 169-170.

Imágenes: 1-situación de Alcácer do Sal, 2- Territorios almohades, 3- Cruzados cerca de Damietta (5ª Cruzada), 4- Alfonso IX, rey de León y Galicia, 5-el Papa Honorio III(1216-1227).

jueves, 18 de septiembre de 2008

El café

La primera mención del qua, palabra de origen incierto de la que deriva el vocablo “café”, se encuentra en los textos árabes del siglo XVI. La historia de nuestra bebida ofrece diversas coincidencias con la del hachís. Diferentes tradiciones atribuyen a varios sufíes su introducción en el Yemen desde Etiopía, introducción que según la versión más difundida fue la obra de Abu l-Hasan ‘Ali b. ‘Umar al-Sadili. Otro de estos relatos tiene como protagonista a Abu Bakr. ‘Abd Allah al Audarus, célebre sufí muerto en Adén en 1508 y cuya tumba aún es venerada allí. Según la leyenda cierto día en uno de sus viajes, Al- Aydarus, pasó por un cafetal y comió de sus frutos. Después de constatar sus propiedades excitantes, siguió tomándolo como alimento y lo recomendó de manera particular a uno de sus seguidores, aunque más tarde su conocimiento se extendió por doquier.

Estos y otros relatos similares son un reflejo legendario del papel de los sufíes en lo orígenes del consumo del café en el mundo islámico. Los relatos, probablemente verídicos, al afirmar, que en Arabia el café tuvo sus primeros adeptos, en los círculos místicos a finales del siglo XIV. Esto explicaría por qué el término de qahwua, usado durante siglos en la lengua poética de los sufíes para nombrar el vino, pasó más tarde a designar el café. Al igual que en el caso del hachís lo que caracteriza la postura de los sufíes, hacia la nueva bebida es la creencia de que su destino primigenio y verdadero es el uso del ritual y ceremonial. Los sufíes veían en él un eficaz estimulante para la ejecución de sus ritos religiosos, al tiempo que consideraban que incitaban al bien y apresuraba la consecución de un estado extático.
En opinión de estos sufíes, la intención piadosa, con la que se servían del café, hacía de su consumo una buena obra y les revelaba los misterios del mundo secreto.

Desde el principio de su historia la cuestión es la licitud o ilicitud del café suscitó una gran polémica, resuelta de diferente manera, según el momento y el lugar, en que se produjese. Hacia finales del siglo XV, apareció en la meca la costumbre de beber café, pronto se abrieron establecimientos donde hombres y mujeres se reunían , escuchaban música, y se entregaban a juegos de azar. Estas practicas y la costumbre de hacer circular el café, como se hacía con vino escandalizaron a algunos que lo consideraban como algo censurable. A principios del siglo XVI, el nuevo jefe de policía de la ciudad de la Meca logró que un concilio de alfaquíes, declarara ilícito el café. En virtud de esta resolución el jefe de policía prohibió su consumo y comercio, y castigó a un gran número de vendedores, e hizo quemar las reservas del café. No obstante al año siguiente, el celoso funcionario fue remplazado por otro nuevo que gustaba de beber café, y así pudo volver a practicarse abiertamente esta costumbre. En el Cairo fue conocido en la primera década del siglo XV, al principio en el barrio religioso de Al Azhar, a través de los sufíes del Yemen, de medina y de la Meca, que realizaban sus rituales, en la mezquita bebiendo café. Tras haber sido vendido y bebido públicamente en el Cairo, en torno a 1532, el conocido predicador y alfaquí Ahmad b. Abd Al-Haqq al Sunbati, proclamó que el café era ilícito, y sus seguidores arrasaron y saquearon los cafés de la ciudad. Esta situación fue resuelta por el cadí Muhamad b Ilyas al-Hanafi, quien tras consultar la opinión de muchos sabios decretó que era lícito consumirlo. Mas tarde las relaciones de Egipto y las ciudades santas de Arabia, llevaron el café a Siria Persia y Turquía, en cuya capital se inauguraron, en 1554 los primeros cafés.
Estos locales pronto se convirtieron en lugar de reunión de personas, distracción, intelectuales y gentes de letras, que pasaban el tiempo bebiendo café, discutiendo e intercambiando opiniones. Igual que había sucedido en otros lugares, la gran difusión del café suscitó la oposición de algunos círculos religiosos, que consideraban que los cafés hacían la competencia a las mezquitas, y que creían que la nueva bebida era aún peor que el vino. El hecho de que en esos establecimientos se hablara de política, se criticase las acciones de gobierno y se fomentasen intrigas, fue una de las razones por la que las autoridades se decidieron en ocasiones reprimir el consumo del café. Uno de los episodios más graves de esta represión fue el protagonizado por el sultán Murad IV, que prohibió el café, ordenó demoler todos los cafés, y ejecutó a muchos. Sin embargo tanto en esto como en otros casos, la fuerza de la realidad hizo imposible el mantenimiento de la prohibición , llegando incluso a darse la curiosa circunstancia de que los gobiernos islámicos optaron a veces medidas para remediar la carestía del café.
Texto extraído de : I. Lozano, Solaz del Espíritu en el hachís y el vino y otros textos sobre drogas, Editorial de la universidad de Granada, Granada, 1998. Páginas 34 y 35.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

DANZAS DE ORIENTE MEDIO: DABKE



El Dabke es una danza que actualmente se encuentra eclipsada por el éxito de la danza del vientre. Se trata de una danza muy poco conocida o practicada por países que no sean árabes. Aprenderla supone un viaje al interior de la esencia árabe ya que la danza para una región es la expresión de su cultura mediante el movimiento.

Cuando hablamos del Dabke es inevitable relacionarlo en primer lugar con el Líbano ya que es en este país donde nace. Es bailado en todo el país, especialmente en las zonas montañosas. Originariamente, se bailaba sobre el barro de los techos de las casas para arreglar las grietas que se iban haciendo con el paso del tiempo. Pasó a ser una danza al empezar a recitarse y cantar poesías para evitar que el trabajo fuese aburrido. Esta danza extrajo de los habitantes de esta zona la fuerza que les caracteriza. Con el tiempo se fue introduciendo en los países vecinos: Siria, Palestina, Jordania e Iraq donde actualmente forma parte del folklore popular.

Aunque el Dabke en su base tiene una serie de pasos comunes se diferencia entre unos pueblos y otros por las variaciones añadidas en cada zona. Puede ser un baile de salón o de escenario. Sin embargo, los tradicionalistas cuestionan el hecho de utilizarla como un baile de escenario porque creen que la esencia propia del Dabke se pierde al bailarlo de ese modo.
En muchos países de Oriente Próximo el Dabke representa su patrimonio. .
Nos permite mostrar la historia, la lucha y las aspiraciones de los pueblos árabes. Es una danza que expresa la fuerza y el afianzamiento a la tierra de una forma muy vistosa acompañada por música de estilo barroco en ocasiones coreada por exclamaciones de los propios bailarines. Los instrumentos musicales empleados, entre otros, son el Laúd, el Derbabke (instrumento de percusión), el Daff (pandereta), los Platillos digitales o Gnawas, la Zurna (instrumento de viento parecido al oboe), etc.
Es representada en celebraciones como bodas, nacimientos, fiestas... Ya que la cultura árabe es una cultura muy musical siempre se encuentra acompañada de la danza incluso en las celebraciones más familiares. Antiguamente se bailaba en la época de la cosecha como una forma de celebraciónSe trata de una danza grupal girando para la derecha bailada tanto por hombres como por mujeres. A veces existe entre ellos un líder, denominado “Al-lawah” o “ras” (cabeza) que es quien marca los pasos que el resto deben imitar. En él los bailarines forman un círculo tomados de la mano y acompañan al alegre y marcado ritmo musical con distintos pasos y saltos. Esta música rítmica es ejecutada con una flauta, llamada "meshuez", en las fiestas familiares o incluso con orquestas sinfónicas, utilizadas en los espectáculos. En cuanto a los movimientos está compuesta por movimientos ágiles como saltos y zapateos acompañada en algunas ocasiones de palmas. En general, los movimientos que realiza el hombre se diferencian de los que realiza la mujer en que los de éstos son más enérgicos y llevan a cabo mayores destrezas aeróbicas. En cambio, la mujer utiliza movimientos más decorativos, más elegantes que enérgicos. Está formado por complejas coreografías y danzas en bloque. Además, se encuentran las danzas de solistas, en las que mujeres y hombres muestran la belleza y docilidad, el galanteo y la precisión respectivamente.

Existen muchos tipos de Dabke, los más típicos son los denominados “Al-Dabke” y “Al-shamalie”. Estas danzas comienzan con una melodía, la cual el “Kawil” comienza a cantar, entonces los bailarines comienzan a mover sus piernas marcando el ritmo con los zapateos. Una vez que el “Kawil” ha terminado de cantar, el líder del grupo “Al-lawah” comienza a bailar solo, por lo que todos los bailarines realizan simples movimientos hasta que el líder del grupo observa que ellos se están moviendo en exactamente la misma manera. Una vez que ha sucedido esto, él da la señal para que todos comiencen a bailar.
Si bien el Dabke es el baile característico, existen otros ritmos, en los cuales la característica común es la alegría y, sobretodo, el romanticismo. Estos ritmos son bailados en pareja, y los bailarines tratan de manifestar en base a movimientos clásicos y básicos su creatividad y su individualidad. Todo el baile transcurre con un permanente coqueteo estableciendo una especie de diálogo tratando de conquistar al acompañante. El tema central de la música típica es el amor, este amor tanto a la amada o al amado como a su tierra, su mar, sus montañas y su gente y costumbres...

El hecho de que el Dabke no haya tenido la misma difusión que ha tenido la danza del vientre es debido a los mecanismos de enseñanza. Al ser una danza tan autóctona la posibilidad de aprenderla reside en los lugares de origen de ésta. En el resto del mundo es muy difícil encontrar profesores de Dabke al igual que resulta complicado encontrar vídeos, imágenes o información sobre este baile. Al contrario que está pasando con la danza del vientre.


De todas formas, se trata de una disciplina que va en aumento. En la actualidad el baile ha adquirido un matiz un tanto diferente, puesto que ha evolucionado hacia una forma más reivindicativa, en la que muchos bailes son un rechazo a la ocupación de la tierra Palestina. Tiene especial importancia para este país que se apoya en la cultura folklórica para reafirmar su identidad. Es así como existen numerosas organizaciones que promueven la actividad cultural en los territorios ocupados y los campos de refugiados, tales como Ibdaa o Bourj-Al-Shamali, como una forma de darle una oportunidad a los jóvenes de demostrar sus capacidades, su sufrimiento, sus sueños y sus aspiraciones.

domingo, 7 de septiembre de 2008

GASSAN KANAFANI “DE VUELTA A HAIFA”


Se trata de uno de los escritores más comprometidos con la lucha por la liberación de Palestina ya que vivió en primera persona el exilio de su tierra. Nació en Akka el 9 de Abril 1936. De esta ciudad su familia se trasladó a Haifa y fue desde ahí desde donde emigró al sur del Líbano en el año 1948 con el nacimiento del estado de Israel. Más tarde se marcharon a vivir a Damasco donde Kanafani comenzó su andadura laboral: maestro y profesor de artes en la UNRWA (Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados en Palestina en Oriente Medio) al mismo tiempo que estudiaba literatura en la Universidad de Damasco.

Llegó a ser una de las personas más polifacéticas de su época ya que fue pintor,escritor, historiador y periodista. Siempre volcado con la causa palestina se convirtió en símbolo de la cultura y el sufrimiento de este país. El compromiso que adquirió con su pueblo queda reflejado en su cargo de director de la revista Al-Hadaf y, sobre todo, al llegar a ser portavoz del Frente Popular para la Liberación de Palestina.

Su intensa estilo a la hora de escribir queda plasmado tanto en sus artículos periodísticos como en sus novelas o ensayos. Con su novela “Hombres bajo el sol” de 1963 inicia la era de la literatura palestina de la resistencia. Con “Lo que os queda” de 1966 recibe el Premio Amigos del Libro del Líbano a la mejor novela. Otros muchos títulos le dan el prestigio que consiguió como representante y defensor de la tierra palestina. Éstos son: “Um Sa’ad” de 1966 o “De vuelta a Haifa” de 1969.

Así como un gran número de ensayos que estudian la literatura palestina y sionista y la ocupación israelí: “La literatura de la resistencia en la Palestina ocupada”, “La literatura sionista”, “La resistencia y sus dificultades” o “La revolución de 1936-1939 en Palestina” todos escritos entre 1966 y 1972.
Aparte publicó 57 relatos cortos en cuatro colecciones: “Muerte en la cama no”, “Hombres y fusiles”, “La tierra de las naranjas tristes” y “Un mundo que no es nuestro” desde 1961 a 1968.

Murió asesinado el 8 de Junio de 1972 en Beirut. La explosión de una bomba colocada en su automóvil fue lo que lo convirtió en una víctima más de este conflicto que, no solo termina con las vidas de personas pertenecientes a ambos bandos sino que también acaba con el espíritu de unidad que tenía el pueblo palestino.

Después de muerto recibió el Premio de la Organización mundial de Periodistas en 1974 y en 1975 el Premio Lotus de la Unión de Escritores Asiáticos.
Su obra literaria tiene como tema central el sufrimiento y el exilio del pueblo palestino. Constituye un testimonio, tanto por su crudo realismo y su justa descripción de situaciones y personajes, como por la indiscutible calidad literaria que ha merecido el reconocimiento de la crítica especializada.

Con la lectura de “De vuelta a Haifa” uno es incapaz de no advertir lo afirmado en el párrafo anterior.

La historia contada en esta novela no deja indiferente y mucho menos al pensar que no se encuentra tan lejos de la realidad como un simple texto narrativo. El hecho de pensar que una madre palestina abandona a su hijo debido a las circunstancias que vive ya resulta difícil de aceptar pero más aún cuando en el desarrollo del libro vemos que este niño acaba creciendo en el seno de una familia israelí.

El momento más emotivo lo encontramos con el reencuentro de la madre con su hijo y las conversaciones de ella con la madre adoptiva y su propio hijo. Sobre todo, las reflexiones internas de la madre biológica sobre el significado de la palabra patria y el amor que siente hacia su hijo, aunque él se sienta israelí, resultan conmovedoras. Y tampoco dejan indiferente los pensamientos del chico que se debate entre lo que ha sido durante toda su vida y aquello que, de repente, aparece y le dice lo que en realidad es.

La forma de tratar los personajes los hace reales hasta el punto de trasmitir cada sentimiento de ellos incluso cuando no hablan. Te hace llegar a conocer la personalidad, las emociones y los pensamientos de cada uno de ellos sin ni siquiera verlos redactados.

Se trata de un libro que habla de la lucha de ambos pueblos, palestino e israelí, por salir adelante, por tener una vida completa y normal que no deja de verse afectada por el conflicto en el que viven y que se mezcla con sus vidas influyendo en los sentimientos más naturales del hombre como es la familia y el amor por ella.

Finalmente, te plantea preguntas clave para las que ha ideado todo el marco narrativo: ¿cuál es el significado de “patria”? ¿Qué es la “patria”? buscando el absurdo del conflicto que viven tanto palestinos como israelíes.

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