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martes, 22 de marzo de 2011
Simin Daneshvar, primera novelista iraní
Simin Daneshvar nació en 1921 en Shiraz. Se doctoró en literatura persa y desde muy joven empezó a escribir artículos y novelas. Es la primera novelista y la más famosa de Irán. La obra a la que debe su fama, tanto en Irán como en el extranjero, es Suvashun, publicada en 1969 y posteriormente traducida a 17 idiomas diferentes. La traducción española es de Joaquín Rodríguez Vargas y está publicada por El Cobre, Barcelona, 2005.
Simin Daneshvar de blanco en el centro de la foto.
Actualmente Daneshvar sigue viviendo en Teherán, en espera de poder publicar su última novela que se titula La montaña errante y es la tercera parte de una trilogía, ambientada en el Irán después de la revolución islámica de 1979.
Véamos ahora algunos fragmentos de su novela Suvashun.
El marido de Zari, Yusef, está discutiendo con sus amigos un plan para enfrentarse con sus enemigos. Zari ha salido de la habitación a petición de su marido. Dice la voz del narrador:
1. واقعا با شکم پر و سه تا بچه چشم انتظار، چه کاری از او بر می آمد که گوش بایستد یا نایستد؟ قلیان را که برای یوسف آماده می کرد می اندیشید که با شیوه زندگی و با تربیتی که او را برای چنین زندگی آماده ساخته است، او تنها آماده فرار در جهت مخالف خطر است.
“La verdad era que Zari, con tres hijos y uno en camino, ¿qué podría hacer? ¿Para qué se quedaba entonces escuchando tras la puerta? Todavía no hacía una hora que se habían marchado los niños y ya estaba preocupada, no fuera a ser que se hubiese caído de la yegua o les hubiese dado una insolación, pues hacía mucho calor, aunque sabía de sobra que los senderos del jardín de la mezquita Verdí eran muy umbrosos. Mientras le preparaba el narguile a Yusef, pensaba que, fuese ella valiente o cobarde, con esa forma de vida que tenía y para la que había sido expresamente educada, sería imposible que estuviese dispuesta a hacer algo cuyas consecuencias fuesen el desmoronamiento de su entorno. Las personas deben estar preparadas tanto física como anímicamente para enfrentarse a algo que huela a peligro. Sin embargo, ella estaba preparada para huir en la dirección contraria al peligro.”
2. چنین آدمی نمی تواند دل به دریا بزند. اگر اینهمه وابسته بچه ها و شوهرش نبود باز حرفی. نوبرها و لمسها و گفتگوها و چشم در چشم دوختنها از یک طرف و شاهد شگفتیها بودن از طرف دیگر... او مثل چرخ چاه هر روز عین روز دیگر چرخیده بود و با دستهای آزادش برای خودش هیچ کاری نکرده بود… کجا خوانده بود که: دست وسیله وسیله هاست؟
Era consciente de que carecía de osadía y de coraje para ello. Si no estuviese tan vinculada con su marido y sus hijos, quizá. Por un lado, los frutos del tiempo, las caricias, las conversaciones, las miradas mutuas y, por otro, el ser testigo de todas esas maravillas…Una persona que posee todas esas cosas no puede arriesgarse a echarlo todo por la borda. Era cierto que ella había rodado un día tras otro como una noria de forma monótona y rutinaria; era cierto que cada día, desde el amanecer hasta el anochecer, había hecho girar con los pies la rueda de la vida…, y que nada había hecho para sí misma con las manos que sí tenía libres. ¿Dónde había leído que las manos eran el medio de los medios?
3. نه. واقعا کاری از او ساخته نبود. تنها شجاعتی که می توانست بکند این بود که جلو شجاعت دیگران را نگیر و بگذارد آنها با دست و فکر آزادشان کاری بکنند. کاش دنیا دست زنها بود، زنها که زاییده اند یعنی خلق کرده اند و قدر مخلوق خودشان را می دانند. قدر تحمل، حوصله و بکنواختی و برای خود هیچ کاری نتوانستن را...اگر دنیا دست زنها بود جنگ کجا بود؟ رو به شوهرش گفت: اگر من بخواهم ایستادگی کنم، اول از همه باید جلو تو بایستم. آنقدر با تو مدارا کرده ام که مدارا عادتم شده...
No. Ella no podía hacer nada. El único acto de valentía que estaba dispuesta a emprender era no impedir que los demás se comportasen como valientes y dejar que hicieran algo con sus manos libres y sus pensamientos también libres… Ojalá el mundo estuviese en manos de las mujeres. Ellas han parido, es decir, han creado y conocen el valor de sus criaturas. Conocen el aguante, las ganas, la monotonía, y saben qué significa no poder hacer nada para sí mismo. Quizás por eso los hombres, al no haber sido nunca “creadores”, se arrojan ellos mismos al agua y al fuego para compensarlo. Si en el mundo mandasen las mujeres, no existirían guerras.
Entrada elaborada por Afsaneh Valadjani, alumna de tercer ciclo del Área de Estudios Árabes e Islámicos, Universidad de Alicante.
Etiquetas:
Literatura,
Mujeres árabes y musulmanas,
Traducciones
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1 comentario:
Un lujo haber encontrado este rincón dedicado a Simin Daneshvar en particular, y a la literatura y la cultura persa y árabe en general. Enhorabuena por el blog, y gracias.
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