Shirin Neshat nació el 26 de Marzo de 1957 en Qazvin, Irán. Actualmente reside en Nueva York y es artista visual, la mayoría de sus trabajos son sobre formato video o fotografía. Procede de una familia de clase media, su padre era fisioterapeuta y su madre trabajaba en casa. Una vez la revolución terminó e Irán se convierte en una nación islámica tradicional, su familia ya no vivía tan cómodamente y un año después se trasladan a San Francisco, donde empieza a estudiar en el colegio de los dominicos. Finalmente, se matricula en la Universidad de Berkeley y tras estudiar un posgrado se muda a Nueva York donde trabajará para una ONG llamada Storefront Art & Architecture. Esta organización multidisciplinaria es el trampolín de distintas ideologías y allí acumuló una gran experiencia en la exposición de los conceptos que más tarde desarrollaría como propios en sus obras.
El pasado año, Neshat ganó el León de Plata a la Mejor Dirección en el Festival de cine de Venecia con la pieza “Mujeres sin hombres”, dijo sobre la película: "Este ha sido un trabajo de amor por seis años.(...) Esta película habla del mundo y para mi país". Este mismo año, la artista toma parte en una huelga de hambre de tres días junto a la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en protesta por las últimas elecciones en Irán.Declara la autora sobre este tema de candente actualidad:

“Es como si los americanos hubiera mirado hacia otro lado con respecto a la política estadounidense en Oriente Próximo y la amenaza fundamentalista, y un día de repente despertaron y se dieron cuenta de que el enemigo estaba en casa. Desde entonces los americanos son mucho más curiosos con respecto al Islam. No se sabe la cantidad de libros que se han escrito sobre el Islam. Es de agradecer que los americanos estén haciendo el esfuerzo de educar al pueblo aunque la realidad es que la mayor parte de América sigue teniendo una mala imagen del mundo musulmán."
Shirin Neshat evoca la separación tradicional entre ambos sexos con el lenguaje visual, rebelándose contra el conformismo y la soberanía del patriarcado, colocando a la mujer en primer plano como un velo, como un monumento. La utilización del blanco y el negro corresponde con su propia visión de las transformaciones que ha sufrido Irán hasta el momento actual en el que la heterogénea cultura persa se vuelve involuntariamente hacia la homogeneidad del extremo bicolor.
[Continuará...]
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