El Ejército destituye a Morsi del poder y suspende la Constitución
Entrevista a Hany El Erian El Basssal En Radio Francia Internacional
En las calles de El Cairo los manifestantes anti Morsi
celebran el anuncio de su derrocamieno
REUTERS/Suhaib Salem
REUTERS/Suhaib Salem
Poco después de que se cumpliera el ultimátum que habían
dado al presidente Mohamed Morsi, para que respondiera a las peticiones de los
manifestantes, los militares egipcios salieron a las calles del país y
derrocaron al mandatario. La situación preocupa a la comunidad
internacional. Estados Unidos llamó a la rápida elección de un gobierno civil. La imagen se repitió casi como si se tratara
de un déjà vu. Los protagonistas y las circunstancias son otras, pero el júbilo
de la plaza Tahrir y los militares en primera plana informativa hicieron
recordar el momento en que la revolución lograba sacar a Hosni Mubarak del
mismo palacio presidencial.
Mohamed
Morsi alcanzó a cumplir un año en
el poder, no los veinte de su antecesor, pero la crisis social, la
división del país, la islamización de la Constitución, fueron la mezcla
perfecta para este golpe militar, anunciado en horas de la tarde por el jefe
del ejército, el general Abdel Fatah Al Sisi, que también dio la hoja de ruta
de los militares para una nueva transición política. En un discurso televisivo,
el general Abdel Fatah al Sisi anunció que el presidente islamista será
reemplazado por el presidente del Tribunal Constitucional, Adly Mansour, quien
deberá llamar a nuevas elecciones.
Consultado por
RFI, el profesor Hany El Erian El Bassal, del Área de estudios árabes de la
Universidad de Alicante en España, comenta que el golpe de los militares no es
más que un nuevo capítulo de la revolución que terminó con la caída de Hosni
Mubarak. “Los militares lo que han hecho es obedecer a lo que quiere la gente
–señala el profesor- los partidarios de Morsi son una parte mínima. Cuando
salen veinte millones de personas diciéndole a Morsi que se vaya y salen dos
millones diciendo que se queda, ¿quién es la mayoría?”.
El ex presidente
Morsi y su equipo de gobierno están bajo arresto domiciliario, según los
Hermanos Musulmanes, sin que las fuerzas de seguridad hayan indicado el lugar
exacto en que se encuentran. A pesar de eso se pudo conocer su opinión a través
de un vídeo, previamente grabado, en donde señala que él es ‘el único
presidente de Egipto’ y llama a sus partidarios a la resistencia pacífica.
El ejército había dado de plazo hasta la tarde de
este miércoles para que ex mandatario escuchara las reivindicaciones del pueblo. Una solución difícil de encontrar en tan poco
tiempo ya que Egipto presenta problemas en su estructura política. Así lo
comenta Hany El Erian El Bassal de la Universidad de Alicante en España: “El
problema es que en Egipto no hay un parlamento que pueda censurar a un
presidente cuando se equivoca. Egipto está desde hace un año sin parlamento.
Cuando un país tiene esa realidad, ¿cómo puede reaccionar? El pueblo ha salido
a las calles a censurar a su presidente y quitarle la confianza”.
Por su parte, los
gobiernos occidentales se inquietan por las consecuencias que pueda tener esta
maniobra del ejército. Estados Unidos evacuó su embajada por temor a que la
situación empeore. Paralelamente, la Unión Europea llamó a todas las partes
implicadas a volver rápidamente a un proceso democrático.
Esto mientras el ejército amenazaba con desarticular las manifestaciones
a favor del depuesto presidente. Al menos cuatro personas murieron en choques
entre la policía y seguidores de Morsi.
Entrevista a Hany El Erian El Bassal, profesor de
Estudios Árabes de la Universidad de Alicante, España.
04/7/2013
Entrevistado Por Aída Palau
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