Hablemos primero de cultura general. La sociedad es ese animal que alimenta su conocimiento y su saber de varias formas. Los hay que estudian simplemente para conseguir trabajos remunerados, los hay que buscan un conocimiento que varía con los años y el aprendizaje, los hay que no pueden acceder a estudios pero tienen la curiosidad de descubrir otras realidades distintas a lo que se les plantea, los hay que conocen de oídas, los que siguen dogmas establecidos y los comprenden que se necesita una lucha contra los imaginarios universales que persisten en cada uno de nosotros.
No se si habréis oído hablar de las tres “P” , es una teoría de un filósofo holandés llamado Teun van Dijk, según él las tres P son la élite de las sociedades, las personas que realmente tiene poder para hacer realidad un cambio, estos son: Profesores, Políticos y Periodistas. De estas tres P, los periodistas ocupan un lugar privilegiado ya que controlan uno de los medios que más cala en la gente: la televisión.
La mayoría de los occidentales podrían sacarse un par de carreras y sus correspondientes doctorados si dedicaran a estudiar la mitad del tiempo que dedican en ver la televisión. La caja tonta como vulgarmente se llaman, y este nombre dice mucho, se encuentra en la mayoría de los hogares, independientemente del estatus social al que pertenezcamos. Una caja que a veces deja de ser tonta y se convierte en un arma de poder e influencia en los seres humanos. Este arma funciona a base de repeticiones y estereotipos simples y entendibles por todos, como el blanco y el negro, el cielo y el infierno, Oriente y Occidente, cristianismo e Islam.
Por otro lado, hablemos de cine. Las películas occidentales, especialmente en Hollywood, se han ocupado de demonizar el mundo árabe, su cultura y sobre todo su religión. Como ya ocurría en la literatura francesa del S.XII, los árabes son percibidos de forma muy negativa, sin que la Europa del medievo dudara ni un solo segundo que lo que se les contaba era la verdad.
En libros como los cantares de gesta podemos observar deformaciones del Islam. Por poner un solo ejemplo, los nombres de los sarracenos empiezan por “Mal”: Maltruc, Malfren, etc., Según el primer y más importante Cantar de Gesta, el Cantar de Roldán, los sarracenos medievales adoraban a varios dioses y eran hombres impíos e hipócritas, que acababan maldiciéndolos cuando perdían alguna de sus batallas. Pues bien, si tienes una mínima idea de lo que supone ser musulmán y conoces la cultura araboislámica, esta imagen resulta ser una exageración absurda, sin pies ni cabeza, y debemos felicitar a la humanidad por ser conscientes de esto diez siglos después… ¿o no?
¿Cuál es la nueva imagen del árabe en estos tiempos? Parece que ya sabemos todos que árabes no se llaman Maltruc o Malfren, ahora son Mustafá y Mohamad adoran a un solo Dios pero son retrógrados, ortodoxos y terroristas, siempre en desacuerdo con los infieles y llevando su Yihad hasta el extremo. Eso es lo que vemos en la televisión y en el cine, historias medievales hechas para entretener pero que, desgraciadamente, influyen negativamente en Occidente. Por que seamos sinceros, la gente salta de su sofá como si se hubiera pillado un dedo con una puerta cuando escucha en la televisión la palabra marroquí, argelino, iraquí,… es curioso como en los medios de comunicación parece que es importantísimo dejar clara la nacionalidad del individuo y cómo en la sociedad eso se traduce en una antipatía a lo oriental, aunque hay que señalar que ese rechazo se concentra casi exclusivamente en la nación árabe y su supuesta problemática para convivir con cualquiera que no esté de acuerdo con su credo.
Si aún no os queda muy claro de lo que os hablo podéis ver el vídeo que aparece más abajo para haceros una idea del machaque ideológico y la deformación araboislámica a la que estamos sometidos los occidentales.
Contra el Islam.
Y el subtítulo aclara a qué se refiere:
La visión deformada del mundo árabe en Occidente,
Está escrito por Laura Navarro García, Doctora en Comunicación Audiovisual e investigadora del equipo Minority Media.
Unos de los capítulos que más me ha llamado la atención de esta lectura es el del cine el Hollywood con una mención especial a la industria que ha sido número 1 éxitos de taquilla desde hace décadas, solo desbancada hace 4 años por el grupo PIXAR, si señores y señoras estoy hablando de las películas de Disney a primera vista inocentes dibujos animados autorizados para todos los públicos pero que después del análisis de Laura Navarro esa supuesta inocencia infantil se convierte en un mensaje subliminal racista, sexista y estereotipado.
Centrémonos en la película de Aladdín, producida poco después de la guerra del Golfo constituye uno de los mayores éxitos de la compañía Disnney y es también uno de los ejemplos más controvertidos de estereotipación racista en Disney, en este caso referida a los árabes.
Vayamos por partes, al comienzo de la película podemos escuchar la canción titulada “Noches de Arabia” que describe la cultura árabe con un tono abiertamente racista:
“Vengo de una tierra, de un lugar lejano,
donde vagan las caravanas de camellos,
donde te cortan las orejas sino les gusta tu cara,
es cruel, lo sé, y qué” (Pag.200)
Siguiendo con esta línea autorizada para todos los públicos vayamos ahora a un nivel estético:
“Todos los malos llevan barba larga y bulbosas narices, ojos siniestros y marcados acentos y están constantemente empuñando la espada, por el contrario, Aladdín no tiene una nariz larga; tiene una nariz pequeña. No lleva barba ni turbante, no tiene un acento marcado, lo que le hace atractivo es que le han dado rasgos occidentales.” (Pag.201)
Por otro lado hay un desconocimiento total de la cultura árabe como ya os decía antes que sucedía en la literatura medieval donde se deformaba el Islam, pues bien, en Aladdín volvemos a encontrarnos con la problemática de los nombres árabes.
Cuando Aladdín va a pedir la mano de la princesa Jazmine se presenta como el príncipe Aba Boua, nombre que no existe en árabe y no sólo eso recuerden queridos lectores el arquetipo de mujer árabe que se nos presenta en esta película: mujeres con sujetadores casi transparentes que enseñan buena parte de sus senos y su vientres pero que esconden sus caras con velos.
Así que queridos lectores plantéense que tipo de películas son realmente “inocentes” .
Películas como Pocahontas, El libro de la selva, Aladdín o el Rey León estas películas están cargadas de representaciones y códigos a través de los cuales a los niños se les enseña que l,os personajes que no llevan la impronta de la etnicidad blanca y de la clase media son culturalmente inferiores, desviados, no inteligentes y constituyen una amenaza.
Y para quien no esté totalmente convencido aún del daño que ha hecho Disney al imaginario occidental preguntaos algo: ¿por qué la única historia amorosa de Disney que no acaba con un “Fueron felices y comieron perdices…” es la de Pocahontas?
1 comentario:
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