
Por otro lado, hay que tener en cuenta, cuando hablamos de musulmanes, judíos y cristianos en el mundo árabo-islámico que tendemos a tener una visión esencialista, es decir, de identidades fijas, cerradas, dadas, sin tener presente que eran muy distintos –por poner un ejemplo- los cristianos que vivían en el campo que los que vivían en la capital (Córdoba), los pobres frente a los obispos, cadíes y altos cargos palaciegos; los del siglo VIII y los del X. Los de origen andalusí y los de fuera de al-Andalus –comerciantes, esclavos, mercenarios-. En muchas ocasiones, en las alianzas políticas o militares, no primaban motivos religiosos sino de otra índole, por lo que la historia de las relaciones íslamo-cristianas es mucho más rica y, por consiguiente, difícil de aprehender, que las bases ideológicas sobre las que se asientan las normas religiosas y sociales, tanto del mundo musulmán como del cristiano. Por consiguiente, la práctica de la tolerancia medieval hay que situarla en un tiempo y en un lugar determinados.

Dicha tolerancia, concebida como “mal menor” combina, visto con nuestros ojos, hitos de convivencia pacífica y fructífera con momentos represivos. Esos hitos de convivencia pacífica se reflejan, sobre todo, en los contactos e influencias científicas y culturales entre los distintos grupos confesionales. La corte de Bagdad bajo los califas abbasíes en el s. IX, Córdoba bajo los omeyas en el X o la India en el siglo XVI bajo el mongol Mahmud de Gazna son ejemplos de relaciones fructíferas entre musulmanes, cristianos y judíos. Por otro lado, también sabemos de la puesta en práctica en algunos momentos históricos de medidas represivas contra las minorías cristiana y judía.

Aunque los ejemplos de convivencia son muchos a lo largo del mundo árabo-islámico medieval es al-Andalus, la Península Ibérica en época islámica, la que es considerada el mayor y más perfecto ejemplo de la tolerancia musulmana y donde la tolerancia como mito ha alcanzado sus cotas más elevadas. Se habla del pluralismo del “milagro andalusí”, ¿A qué se debe esta idealización de al-Andalus? Y, dentro del mundo árabo-islámico, ¿Es al-Andalus un caso único, especial?¿Hasta qué punto y por qué?

Pienso que la idealización se debe a dos factores: la cercanía a nosotros y a Europa en general y, sobre todo, el que luego fuera recuperada por el cristianismo y ocurriera algo similar por un tiempo en el lado cristiano. Es decir, durante siglos se interrelacionaron un estado (o estados) islámicos, que tenían bajo su égida minorías de cristianos y judíos, con estados cristianos entre cuyos súbditos se encontraban, según avanzaba la reconquista, minorías de musulmanes y judíos. Esa historia en espejo hace única a la Península Ibérica respecto a otros lugares del islam, si exceptuamos, en cierto modo, a Sicilia.

Al tema concreto de Al-Andalus y su modelo de tolerancia dedicaremos la siguiente entrada.
Imágenes: 1-Esenciero. Al-Andalus. Época de Taifas (s. XI); 2-Imagen del "Comentario al Apocalipsis de San Juan" del Beato de Liébana (Asturias, s. VIII); 3- Mahmud de Gazna; 4-Al-Andalus en época emiral (s. IX); 4-Catedral de Monreale (Sicilia)
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