“El señor de los señores que se llama Cublai Kaán es de la siguiente forma: es de hermosa talla, ni bajo ni alto sino de talla mediana. Su carne está bien repartida, si demasiado gordo ni demasiado flaco; está muy bien constituido en todos sus miembros. Tiene el rostro blanco y bermejo como rosa, lo que le da un aspecto muy agradable; los ojos negros y hermosos, la nariz bien hecha y bien puesta.
Hay cuatro mujeres a las que tiene por esposas verdaderas, y el hijo primogénito que de ellas tiene debe ser de pleno derecho Señor de todo el Imperio cuando el Gran Can, su padre, muera. Se las llama “Emperatriz”, pero también por su nombre. Y cada una de estas cuatro damas tiene una bellísima corte real en su propio palacio: ninguna tiene menos de trescientas doncellas escogidas por su gentileza y su belleza. Tienen numerosos criados eunucos y muchos hombres y mujeres, tantos que cada una de estas damas tiene en su corte por lo menos diez mil personas. Y cada vez que él quiere acostarse con una de estas cuatro mujeres la manda acudir a sus habitaciones, pero a veces él va a la habitación de su mujer.”, Marco Polo, El libro de las maravillas, ediciones generales Anaya, Madrid, 1983, p. 172.
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