CURSO DE INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO ISLÁMICO
TEMA 1:
CONCEPCIÓN ISLÁMICA DEL MUNDO
I.
Arabia y
la MITOLOGÍA preislámica
-
La Arabia anterior al Islam se define en términos
islámicos como “periodo de la ignorancia”, Ŷāhiliyya
/ جاهليـّة; ignorancia que coarta el conocimiento, el
saber, así, todo lo previo al Islam no merece ser registrado.
-
El Islam se establece desde el primer momento como una
religión en el tiempo, cronológica, dividiendo el tiempo en antes y después de
la Revelación.
-
Consecuentemente, es poco lo que se sabe de formas de
pensamiento elaboradas y especulativas por parte de las tribus árabes
preislámicas: himyaríes (Saba), tamudeos (Palmira) y nabateos (Petra), y las
tribus afines a bizantinos y persas: gasaníes y lajmíes respectivamente.
-
La Península Arábiga ha representado históricamente un
cruce de caminos entre diferentes continentes, uniendo el comercio de Asia con
África y Europa, tanto por tierra como por mar.
“The Arabs has a traditional
interest in matters concerning geographical knowledge. Even before the birth of
Christ and after, they were among the foremost traders and navigators of the
Arabian sea, Indian Ocean and Chinese seas […] These activities were greatly
influenced by the geography of the Arabian Peninsula, its midway position
between the East and the West”, en Nafis Ahmad, Muslim contribution to
Geography, Muhammad Ashraf, Lahore, 1972, p. 6. Cf. Dionisius A. Agius, Classic
ships of Islam: from Mesopotamia to the Indian Ocean, Leiden, Brill, 2008, pp. 63-109.
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La riqueza dependía del control de las vías de
comunicación y el transporte de mercancías. El comercio se erigía como
instrumento de vital importancia para establecer jerarquías; si bien
políticamente los árabes no podían compararse con sus vecinos bizantinos,
persas y etíopes, al menos eran imprescindibles para la continuidad de las
transacciones comerciales:
“In the period just prior to the Hijra, when
the Byzantines and Persians were involved in a mortal struggle (604-28), came
the golden age of Mecca and a very large part of the luxury trade of Byzantium
depended on it. Even the Indian goods landed on the shores of the Persian Gulf
often brought across to Mecca and so reached the Graeco-Roman world, and this
was done even when war was actually in progress and the Persians were making
every effort to stop Byzantine trade altogether”, en De Lacy O’Leary, Arabia Before Muhammad, Londres, Routledge, 2000 (1927), p. 182. Cf.
etiam Robert G., Hoyland, Arabia
and the Arabs from the Bronze Age to the Coming of Islam, Londres & New
York, Routledge, 2001.
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No obstante, si bien el comercio parece
haber jugado un papel decisivo en el surgimiento del nuevo orden islámico, un
fenómeno tan complejo no puede circunscribirse sólo a una eventual prosperidad
material:
“If we take it that trade is
the crucial factor behind the appearance of a prophet in Arabia, the spread of
his message there, and the Arab conquest of the Middle East, then the answer is
evidently yes. But, in fact, Meccan trade cannot be said ever to have provided
a convincing explanation for any of these events”, en Patricia Crone, Meccan Trade and the Rise of Islam, Piscataway,
Gorgias Press, 2004 (1987), p. 231.
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Así
pues, la prosperidad material de la ciudad de La Meca ―al-Makka / المكـّـة ― explica sólo una parte de los
orígenes del Islam, siendo otra parte importante el contacto con los
movimientos religiosos que habían florecido en Oriente Medio: judíos ortodoxos
y cristianos nestorianos, junto a las creencias paganas árabes.
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La
Meca desarrolló su propio panteón, un cubículo donde colocar las figuras de
barro de las deidades —al-Ka‘ba / الكعبة—, y donde se formalizaban peregrinaciones y
rituales.
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Junto a oráculos (saŷ‘) sobre genios (ŷinn)
que poetas (šā‘ir) cantaban, poblaciones tanto judías como cristianas
existían en Arabia, especialmente movimientos cristianos que debían ser altamente
heterodoxos (más allá de nestorianos, ortodoxos y monofisitas), y árabes
judaizantes altamente influenciados por las comunidades judías establecidas en
Arabia al menos desde el siglo II d. C.
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Antes del logos / λογος que representará la
escritura del Corán, la mitología árabe tenía como dios pancrático a Hubal / هبل, padre de Al-lāt / اللات, Al-‘Uzzà
/ العزى, y Manāt
/ مناة.
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La religión árabe antes de la misión profética de
Mahoma se componía por lo tanto de una larga nómina de dioses, varios de ellos
procedentes de los panteones grecolatinos y babilónicos, junto a peregrinaciones
y ritos politeístas
.
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La concreción inmanente de este sistema politeísta se
manifestaba a través de una ética patriarcal y endogámica, que exaltaba la
virtud personal y clánica, lo cual puede verse en los modelos esteriotipados de
la poesía preislámica.
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La casida (qaîīda
/ قصيدة) es una composición poética originada en la época de la ŷāhiliyya
preislámica con las siguientes características: estructura tripartita (nasīb,
raÊīl,
madīÊ);
tirada monorrima constante; verso (bayt / بيت)
como unidad sintáctica y semántica; división en dos hemistiquios (šaðr / شطر);
la rima del primer hemistiquio será la misma de la rima del poema; cada
hemistiquio se compone de un número determinado de pies métricos (taf‘īl
/ تفعيل), habiendo hasta dieciséis combinaciones (wazn / وزن).
-
En las casidas de la época de la ŷāhiliyya puede
rastrearse —si bien ciertamente a través de una estructura poética
estereotipada— una forma de concebir el mundo, un mundo preislámico
poéticamente valorado, pero cuya mitología y patrimonio será prácticamente relegado
al olvido con el triunfo del Islam.
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A partir de la Revelación coránica la cosmovisión árabe
cambiará radicalmente, desde el arte con el desarrollo de la mezquita, hasta
una filosofía basada en el logos y la especulación, en las fuentes y el pensamiento
racional en torno a la Revelación y su aplicación en ambos mundos.
II.
El texto
coránico como modelo de mundo
-
Dos serán las claves de la Revelación coránica: 1) sumisión
al único Dios (TawÊīd
/ توحيد) y esperanza en la resurrección el Día del Juicio (Yawm
al-Dīn / الدين يوم); y 2) la sucesión profética (Noé,
Abrahán, Moisés, Jesús) y Mahoma con el sello de los profetas (Jātim
al-anbiyā‘ / خاتم الأنبياء).
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Pero más allá de los conceptos teológicos, el Islam
posee en su desarrollo como religión una imagen específica de la realidad y su propio
modo de conceptualizar el tiempo y el espacio.
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Los elementos que sostienen este modelo de mundo
provienen de la Revelación islámica como profesión de fe, un mundo revelado y
posteriormente formalizado por una tradición que devendrá civilización.
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La cosmología islámica en este sentido viene definida
por el momento de Revelación que supone la transmisión del Corán durante la
primera parte del siglo VII d.C. al profeta Mahoma, la cual establece una
tradición hermenéutica basada en una afirmación de fe:
“In a traditional civilization like that of
Islam the cosmological sciences are closely related to the Revelation because
in such civilizations the immutable revealed principle, or the ‘presiding
Idea,’ manifests itself everywhere in social life as well as in the cosmos in
which that civilization lives and breathes”, en Seyyed Hossein Nasr, An Introduction to
Islamic Cosmological Doctrines, Shambhala, Boulder, 1978, p.1.
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La interpretación que se haga del “Cosmos” será
determinante para establecer el modelo de religión existente, el orden
metafísico al cual la Revelación da entidad. De hecho, en la formación de una
cosmología islámica fue determinante el sustrato cultural previo desde el cual
surgió la Revelación, es decir, la concepción que el pueblo árabe tenía del
espacio
.
-
Así pues, la tradición y percepción árabe ―en una
geografía hostil donde el conocimiento del medio era vital para poder
sobrevivir― parece ser causa relevante en el fuerte simbolismo que el espacio
tendrá para el Islam. La percepción espacial se transmitirá en una consistente
cohesión social, estableciendo lazos de solidaridad entre la Umma / أمـَّة (Comunidad de
creyentes).
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La idea subyacente es la unidad de la creación y del
creador, por la cual se establece la dimensión universal del mensaje islámicos:
Lā ilāha illā Llāh wa MuÊammad
Rasñl
Allªh
/ ﺍﷲ ﺮﺴﻮﻞ ومحمّد ﺍﷲ ﻻ ﺇﻠﻪ ﺇﻻ (No hay más dios que Dios y Mahoma es su profeta).
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La Comunidad de creyentes deberá expandir el mensaje de
universalidad y unidad a pueblos antropológica y geográficamente distantes
.
No obstante la diversidad de naciones humanas, el mensaje islámico reunirá
todas las aspiraciones religiosas en una misma centralidad, el centro de la
Revelación y la expansión islámica: La Meca.
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Al-Makka / المكـّـة se configura como el centro neurálgico del
mensaje islámico, al representar el motivo por el que se conforma una comunidad
de creyentes que emigra en 622 a.C.
hacia Yatrib, la cual devendrá la “Ciudad del Profeta”: al-Madīnat al-Nabī
/ المدينة النبيّ.
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La emigración hacia Medina, la hégira ―Hijra / ﻫﺠﺮﺓ―, no sólo pone de manifiesto la idea expansiva en términos
espaciales, sino también en términos espirituales. El movimiento en el espacio
geográfico tendrá su correspondencia en el esfuerzo interior en la búsqueda de
Dios, esfuerzo que será recompensado:
[4:100] -Quien emigre por Alá [في سبيل اﷲ], encontrará en la tierra
mucho refugio y espacio. La recompensa de aquél a quien sorprenda la muerte,
después de dejar su casa para emigrar a Alá y a Su enviado, incumbe a Alá. Alá
es indulgente, misericordioso ,
-
El movimiento en el espacio y en el espíritu
será una de las ideas principales aparecidas en el Corán. El espacio
proporcionará los signos necesarios con los cuales emprender el movimiento
interior de comprensión de la realidad, una realidad que se asume en términos
de Revelación— Ayāt/ ﺃﻴﺎﺖ:
[45:3] -Hay, en
verdad, en los cielos y en la tierra signos para los creyentes ,
[45:4] -En vuestra
creación y en las bestias que Él esparce hay signos para gente que está
convencida,
[45:5] -También en la
sucesión de la noche y el día, en lo que como sustento Alá hace bajar del
cielo, vivificando con ello la tierra después de muerta, y en la variación de
los vientos hay signos para gente que comprende,
-
Los signos en el horizonte incitan a la búsqueda de
Dios, una búsqueda desde lo aparente hacia lo inmanente, desde lo diverso hacia
la unidad. Más allá de la emigración geográfica, la hégira supondrá el episodio
fundacional de un movimiento en búsqueda de lo divino:
[2:177] - La piedad no
estriba en que volváis vuestro rostro hacia el Oriente o hacia el Occidente,
sino en creer en Alá y en el último Día, en los ángeles, en la Escritura y en
los profetas, en dar de la hacienda, por mucho amor que se le tenga, a los
parientes, huérfanos, necesitados, viajero, mendigos y esclavos, en hacer la
azalá y dar el azaque, en cumplir con los compromisos contraídos, en ser
pacientes en el infortunio, en la aflicción y en tiempo de peligro. ¡Ésos son
los hombres sinceros, esos los temerosos de Alá! ,
-
La Comunidad de creyentes se configura por lo tanto como
un cuerpo en expansión desde la propia hégira, expansión que llevará a
representar la medianía entre las naciones.
-
Si la expansión desde La Meca en círculos concéntricos
transmite la Revelación islámica hacia las naciones del Oriente y el Occidente,
la Umma ocupará la posición central
en un orden cardinal:
[2:142] - Los necios de entre los hombres dirán: "Qué es lo que les ha
inducido a abandonar la dirección hacia la que se orientaban?" Di:
"De Alá son el Oriente y el Occidente. Dirige a quien Él quiere a una vía
recta"
,
[2:143] -Hemos hecho así de vosotros un comunidad moderada [وسط], para que seáis testigos de los hombres y
para que el Enviado sea testigo de vosotros […],
-
No sólo se estipula la moderación de la Comunidad de creyentes,
sino sobre todo su medianía en relación al resto de naciones, medianía espacial
y espiritual.
-
La comunidad islámica se encuentra entre Oriente y
Occidente, y el mensaje islámico es comprehensible por todas las naciones del
mundo.
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Si Dios es el centro del Cosmos, la Comunidad de
creyentes es el centro de las sociedades, y la tierra del Islam (Dār al-Islām / ﺍﻹﺴﻼﻢ ﺪﺍﺭ) es el centro de las naciones, la
Revelación islámica está en posición de erigirse como el único mensaje
universalmente válido.
-
Nos encontramos por lo tanto ante un claro programa con
consecuencias políticas
.
Arabia representa el centro geográfico y espiritual del mundo, desde donde se
produce la Revelación y desde donde debe expandirse hacia todos los puntos
cardinales, con el fin de crear una única comunidad universal
.
-
Dado que la Comunidad de creyentes es la sociedad en el
centro geográfico y espiritual de las naciones, los extremos deben de orientase
hacia el centro y el centro debe devenir el intermediario entre los
extremos:
“They [los musulmanes] were made a ‘medium
nation’ to ‘be witnesses to the people’. What does it means? Medium is a thing
in the centre, neither to this side nor to that […] This ummah then is
the medium and well-balanced one; it is a criterion to judge and weigh both
sides of extremes […]; it is the point to which the two extremes are expected to
return”.
-
De hecho, ésta
fue la característica principal en la historia de la expansión islámica: la
comunicación entre los extremos del Dār al-Islām tuvo lugar
siempre en dirección al centro.
-
Así, desde el mar Mediterráneo al océano Índico, desde
al-Andalus a China, las rutas del mundo islámico siempre se orientan hacia el
centro.
III. Cosmología, Cosmografía y geografía sagrada
-
La imagen cosmológica que se revela en el Corán es la
de un Universo conformado por dos mundos, dos mundos ―Al-‘Alāmīn / العاﻠﻤﻴﻦ― de los cuales Dios es
creador y señor.
[1:2] -Alabado sea Alá, Señor del universo [العاﻠﻤﻴﻦ] ,
-
Siguiendo el Corán es posible reconstruir una
cartografía en la cual La Meca aparece como axis
mundi rodeado por dos grandes mares (BaÊrayn / ﺑﺣﺮﻴﻥ), con una barrera dividiéndolos del mismo
modo el Oriente y el Occidente:
[55:17] -Señor de los dos Orientes y Señor de los dos Occidentes ,
[55:19] -Ha dejado fluir las dos grandes masas de agua, que se encuentran , [55:20] - pero las separa una barrera que no rebasan ,
[55:22] -De ambas provienen la perla y el coral ,
[55:24] -Suyas son las embarcaciones, que sobresalen en el mar como mojones,
-
Nos encontramos por lo tanto con una cosmología
conformada por dos mares, una representación del mundo peninsular arábigo entre
el Mediterráneo y el Índico. Ambos estarán separados por una barrera, una división
entre el Oriente y el Occidente: Barzaj / ﺑﺮﺯﺥ
(barrera):
[25:53] -Él es Quien
ha hecho que las dos grandes masas de agua fluyan: una, dulce, agradable; otra,
salobre, amarga. Ha colocado entre ellas una barrera [ﺑﺮﺯﺥ] y límite infranqueable ,
-
Resulta sorprendente encontrar en las descripciones que
aparecen sobre las características cosmológicas de la Creación, alusiones
constantes a los medios de transportes.
-
El espacio es pieza capital en la conformación del
mensaje islámico. A través del movimiento en el espacio, la hégira constituyó
una Comunidad de creyentes, sociedad en el centro de las naciones.
-
Finalmente, son numerosas las alegorías en torno a los
medios de transporte, especialmente el barco. En efecto, si el mundo está
constituido por dos grandes masas de agua, sólo a través del barco se podrá
hacer universal la expansión de la Revelación islámica:
[35:12] -
No son
iguales las dos grandes masas de agua: una potable, dulce, agradable de beber;
otra salobre, amarga. Pero de cada una coméis una carne fresca y obtenéis
adornos que os ponéis. Y ves que las naves las surcan. Para que busquéis Su
favor. Quizás, así, seáis agradecidos ,
-
Más allá de la descripción del Creación, el Corán
agudiza en las relaciones humanas que tienen lugar en los diferentes espacios,
en la interacción del hombre con el medio.
-
Los medios de
transporte no son una mención gratuita, atañen a la necesidad del movimiento
humano para buscar bienes con los que subsistir.
-
Así, el hombre se ve impelido al movimiento en el
espacio para poder adquirir bienes, esto es, el Corán ya estipula el comercio
marítimo como necesidad humana, todo lo cual subsume a la voluntad de Dios:
[22: 65]
-¿No ves
que Alá ha sujetado a vuestro servicio lo que hay en la tierra, así como las
naves que navegan siguiendo Su orden? Sostiene el cielo para que no se desplome
sobre la tierra, si no es con Su permiso. En verdad, Alá es con los hombres
manso, misericordioso ,
[42:32] -Entre sus
signos figuran las embarcaciones en el mar como mojones,
[42:33] -Si quiere,
calma el viento y se inmovilizan en su superficie. Ciertamente, hay en ello
signos para todo aquél que tenga mucha paciencia, mucha gratitud,
-
Consecuentemente, la imagen de la Creación que se
describe en el Corán es la de dos mundos, estando el mundo de los seres humanos
dividido por dos grandes masas de agua. Entre Oriente y Occidente se encuentre
La Meca como centro del mundo.
-
Dada la existencia de una división marítima, el ser
humano se ve compelido a transportarse usando barcos como mojones en el mar.
Pero el transporte se hará igualmente por una necesidad de adquirir bienes de
subsistencia, dando carta de naturaleza al comercio marítimo como elemento
capital en la expansión islámica hacia los confines del mundo.
-
Dentro de esta panorámica de la geografía coránica, nos
encontramos con uno de los símbolos más recurrentes aparecidos en la
Revelación: el concepto espacial entre Oriente y Occidente.
-
El universalismo es parte definidora de la concepción
islámica de la Creación, donde existe una Comunidad de creyentes unida en torno a un único Creador. La
realidad circundante al ser humano en su movimiento revela signos divinos. Como
resultado, el hombre queda limitado temporalmente entre el orto y el ocaso a la
voluntad de un motor superior, y espacialmente entre levante y poniente.
-
Este símbolo nos muestra por un lado una cosmología de
la Creación, desde la salida del sol por el Este hasta su puesta por el Oeste;
por el otro, la geografía terrestre de un mundo entre Oriente y Occidente con
La Meca en el centro. Consecuentemente, se habrá completado la descripción de
una cosmología islámica donde todos los puntos cardinales pertenecen a un mismo
Creador:
[2:115] - De Alá son el
Oriente y el Occidente [ﻭﺍﻠﻤﻐﺮﺐ ﺍﻠﻤﺷﺮﻖ ﻭﻠﻠﻪ]. Adondequiera que os volváis,
allí está la faz de Alá. Alá es inmenso, omnisciente ,
[24:35] - Alá es la Luz
de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que
hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como
si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo,
que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin
haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Alá dirige a Su Luz a quien Él
quiere. Alá propone parábolas a los hombres. Alá es omnisciente ,
-
No sólo se implica una concepción cosmológica que se
revela a través de los fenómenos naturales ―en este caso el orto y el ocaso―,
sino también la centralidad de una Comunidad de creyentes que ha de expandirse
hacia todos los puntos cardinales.
-
Por consiguiente, la labor de la Umma en su movimiento después de la hégira será seguir el proceso
expansivo en círculos concéntricos hacia todas direcciones.
-
En suma, a través de las aleyas coránicas es posible
encontrar una clara exposición de argumentos, que van desde la cosmología de
una Creación con dos mundos en donde el mundo de los humanos está dividido por
dos grandes masas de aguas, localizándose en el centro La Meca. Los seres
humanos se ven impelidos al movimiento y a transportarse por el agua,
desarrollando el comercio pero estando expuestos a los fenómenos naturales.
-
La voluntad divina es el motor que está más allá del
tiempo entre el orto y el ocaso y más allá del espacio entre el este y el
oeste. Por lo cual, después del movimiento centrífugo de la hégira, la
Comunidad de creyentes deberá volver al centro, completando con ello la
sumisión del Oriente y el Occidente al centro de La Meca: el ajj
/ الحجّ.
-
La Meca ―ahora considerada como ciudad sagrada: al-Makkat
al-Mukarrama / المكرّمة المكـّـة― fue
el lugar desde donde se inició la emigración, originando a su vez una nueva
determinación religiosa de lo temporal y lo espacial: el calendario de la
hégira y la dirección sagrada de la Qibla / ﻗﺑﻠﺔ.
-
Así pues, desde La Meca se inició el proceso de
sacralización del espacio siguiendo los pasos de la hégira en su emigración
hacia la que devendrá la “Ciudad de Profeta”: al-Madīnat al-Nabī / المدينة النبيّ.
Desde estos primeros tiempos la dirección sagrada quedará determinada por la qibla.
-
Durante los primero años de la Revelación hasta el 623
a.C., la qibla islámica tomará la
misma dirección sagrada que el judaísmo, orientando la oración hacia Jerusalén.
Mahoma volverá no obstante la oración hacia La Meca a partir de una nueva
Revelación:
[2:144] -Vemos cómo vuelves tu rostro al cielo. Haremos, pues, que te vuelvas
hacia una dirección que te satisfaga. Vuelve tu rostro hacia la Mezquita
Sagrada. Dondequiera que estéis, volved vuestro rostro hacia ella. Aquellos que
han recibido la Escritura saben bien que es la Verdad que viene de su Señor.
Alá está atento a lo que hacen ,
[2:149] - Vengas de
donde vengas, vuelve tu rostro hacia la Mezquita Sagrada. Ésta es la Verdad que
viene de tu Señor. Alá está atento a lo que hacéis ,
-
La Meca se constituyó en la dirección sagrada del
Islam, siendo el elemento que determinaba la qibla la perpendicularidad al templo de la Ka‘ba / الكعبة.
-
Se logrará por lo tanto trasladar los imperativos de la
Revelación a una cosmografía centrípeta en donde todas las naciones del mundo
deben de dirigirse a un mismo centro, la Ka‘ba.
-
En su postración hacia el centro, la Comunidad de
creyentes define al mismo tiempo una sacralización de todo el espacio abarcado,
irradiando la Ka‘ba como eje de esta geografía sagrada: “Spread out like a
gigantic
wheel with Mecca as the hub, with lines drawn from all the mosques in the
world forming the spokes”
.
-
La hégira ha supuesto la expansión de una idea revelada
de la Creación y su traslación a la geografía humana. Pueblos racial y
étnicamente distantes se unirán en una misma comunidad de fe, emergiendo una
nueva geografía determinada únicamente por la posición cardinal de cada nación
en relación al centro.
-
Una rueda dividida en sectores geográficos señalará la
posición en la cual se encuentra la Ka‘ba, y con ello, la dirección sagrada de
la qibla. Como representación
circular, quedarán neutralizadas las direcciones cardinales; todo permanecerá
entre Oriente y Occidente:
-
Para poder llegar a definir una nueva interpretación
del espacio en donde todos los puntos cardinales se dirigen al centro, la
tradición árabe preislámica fue fundamental. De este modo, las primeras
técnicas para poder determinar la dirección de la qibla tuvieron como referencia la salida y la puesta del sol, lo
que indicaba el este y el oeste respectivamente.
-
Pero si la expansión universal debía tener lugar, era
necesario determinar los restantes puntos cardinales, para lo cual se emplearon
los nombres de los vientos árabes:
|
Vientos árabes
|
Direcciones islámicas
|
|
NORTE
|
Shamāl
|
Shamāl
|
ﺷﻤﺎﻞ
|
SUR
|
Janūb
|
Janūb
|
ﺠﻨﻭﺐ
|
ESTE
|
Sabā o Qabūl
|
Mashriq
|
ﻤﺷﺮﻖ
|
OESTE
|
Dabūr
|
Maghrib
|
ﻤﻐﺮﺐ
|
-
Un texto clásico donde por primera vez se exponía la
ciencia geográfica árabe de forma general es el tomo I de la Géographie d'Aboulféda (1848) de
Joseph Toussaint Reinaud (1795-1867). En esta obra podemos ver de forma pionera
una descripción de los vientos árabes y la representación circular de una rosa
de los vientos:
-
Desde este modelo se empezó la división sectorial de
los regiones de la tierra en un círculo ubicando a la Ka‘ba en el centro. De
tal forma se estipula una interpretación de los puntos cardinales según un
patrón islámico. En efecto, si la Ka‘ba es cuadrilátera, la división será en
cuatro sectores, ocho incluyendo las esquinas.
-
Con la creación de un modelo geográfico en el cual no
existen más diferencias entre las naciones que su posición cardinal respecto al
centro sagrado de la Ka‘ba, el Islam hizo efectivas las descripciones
cosmológicas de la Revelación y fue capaz de erigirse como mensaje universal
.
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De esta forma se creo una cartografía en los términos
de la dirección sagrada islámica, homogenizando a cada nación en un único
patrón de postración respecto a La Meca.
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Los continentes no tendrán presencia en esta geografía,
sino que aparecerán las naciones como grandes espacios geográficos.
Véanse: G. R.
Hawting, The Idea of Idolatry and the Emergence of Islam: From Polemic to
History, Cambridge
University Press, 1999; y
Patricia Crone, M. A. Cook, Hagarism: The Making of the Islamic World, CUP
Archive, 1977.
J. Dickie, “Allāh and Eternity: Mosques, Madrasas and Tombs”, en G.
Michell (ed.), Architecture of the Islamic World, Londres, Thames and Hudson, 1978, p. 16.